Letizia afianza una de las normas que implantó como reina con un look angelical
Para una entrega de bandera en Cartagena, la Reina ha demostrado que sigue apostando por la fórmula que ella misma introdujo en 2014. Nada de vestidos largos, ni mantillas ni peinetas
Doña Letizia tenía claro, cuando todavía era princesa de Asturias, que algunas cosas de la etiqueta de la Casa Real debían cambiar. Y cuando se convirtió en reina en junio de 2014 decidió ponerse manos a la obra con ello. Una de esas tradiciones que Su Majestad quiso eliminar fue la de que las mujeres vistieran de negro y lucieran peineta y mantilla en los actos de entrega de bandera. Así lo habían hecho durante años doña Sofía y las infantas Elena y Cristina, e incluso a ella le tocó vestirse de esa manera en sus primeros años de casada.
Sin embargo, esa imagen algo anacrónica no gustaba a doña Letizia, quien decidió dar un giro radical. Nada de negro, nada de trajes largos y adiós a la peineta y a la mantilla. Y así la hemos visto este martes en Cartagena en el que ha sido su primer compromiso de la semana, cuando la Reina ha amadrinado y ha presidido el acto en el que se ha hecho entrega de la Bandera Nacional a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de Infantería de Marina, con base en La Algameca. Una celebración para la que ha elegido un vestido blanco corto perfecto para el verano.
Se trata de un diseño de cuello redondo, sin mangas y de largo midi, que presenta un elaborado encaje de guipur formando flores. Un vestido de la firma Sfera, de una colección pasada, con empaque para darle solemnidad a este acto. Cuando la Reina rompió con la tradición de esos antiguos looks decidió apostar por una nueva fórmula: trajes cortos, de cualquier color, pero siempre elegantes. Y para que el cambio de etiqueta fuera menos brusco, para la primera entrega de bandera que realizó ya convertida en reina lo compensó con uno de los estilismos más importantes de su armario.
Fue en la entrega de la enseña nacional a la 11ª Zona de la Guardia Civil en el País Vasco, en mayo de 2015. Consciente de que todos los ojos se posarían en ella después de ese cambio, decidió lucir el mismo estilismo que llevó en la proclamación de Felipe VI: abrigo y vestido en crepé blanco bordado con cristal de rubí, amatista, ámbar y rosa talco con microperlas crema, firmado por Felipe Varela. Todo un detalle. Desde entonces sus looks son muy cuidados y algunos de ellos con simbología. El año pasado, sin ir más lejos, recuperó el vestido abrigo de tweed que había estrenado en el bautizo de Leonor, en 2006, para presidir el acto de entrega de la enseña nacional a la Academia de Aviación del Ejército de Tierra (ACAVIET).
En esta ocasión no había guiños al pasado, ya que el vestido es nuevo, pero sí un look regio acorde con la formalidad del acto y que, además, doña Letizia ha sabido combinar de una manera exquisita. La Reina llevaba prendida del vestido la insignia de la Orden Española de Carlos III, la más importante de la que dispone, y ha decidido que los complementos fueran a tono con el azul, calzándose unos salones slingback de Magrit que estrenó hace unas semanas para la bienvenida al emir y la jequesa de Catar con motivo de su visita de Estado a España y luciendo la cartera de mano a juego.
Los pendientes también iban a tono con el azul. Y es que que a los pendientes de Bulgari en forma de aro que combinan oro blanco, aguamarinas y diamantes les ha colgado la gran lágrima de aguamarina que destacaba gracias a su recogido, un moño de estilo bailarina. No faltaba el anillo de Karen Hallam.
Hay que destacar que también la reina Sofía se ha sumado a esta nueva fórmula de Letizia para los actos castrenses. Hace escasas semanas, la veíamos presidir una jura de bandera de personal civil en el Acuartelamiento de la Guardia Real, El Rey, en El Pardo, prescindiendo de la mantilla y luciendo falda a la altura de la rodilla con un vestido en color beis con estampado floral de pequeño tamaño en color negro y lunares blancos.
Doña Letizia tenía claro, cuando todavía era princesa de Asturias, que algunas cosas de la etiqueta de la Casa Real debían cambiar. Y cuando se convirtió en reina en junio de 2014 decidió ponerse manos a la obra con ello. Una de esas tradiciones que Su Majestad quiso eliminar fue la de que las mujeres vistieran de negro y lucieran peineta y mantilla en los actos de entrega de bandera. Así lo habían hecho durante años doña Sofía y las infantas Elena y Cristina, e incluso a ella le tocó vestirse de esa manera en sus primeros años de casada.