Máxima de Holanda arranca su visita de Estado a Eslovaquia: abrigo de hace 20 años y tocado 'british'

La reina de los Países Bajos ha sacado del baúl de los recuerdos un abrigo diseño de su firma de cabecera, Natan, que estrenó en el año 2002. Un modelo en azul marino largo que está como nuevo a pesar de ser ya una prenda que podríamos considerar 'vintage'. Se trata de un abrigo que tiene botonadura sencilla en el frontal, con un único botón a contraste. Cuenta con escote de pico y carece de solapas.

Un diseño muy atemporal, pues 20 años después sigue estando de total actualidad, que lleva estructura en los hombros, en los que incluye hombreras no demasiado llamativas. Máxima lo ha combinado con un sombrero de estilo británico, no en vano es de la firma Philip Treacy. Una marca a la que tanto Kate Middleton como Meghan Markle han recurrido en multitud de ocasiones para sus actos oficiales en el Reino Unido. Es un sombrero de terciopelo que va ladeado ligeramente y que incorpora un tocado a modo de lazo medio deshecho que se mantiene rígido.

Un diseño que Máxima ha combinado a la perfección, pues ha lucido un total look en diferentes tonos de azul oscuro. A su abrigo azul marino le acompañaban, además de este sombrero de estilo británico, una bufanda o pañuelo en el mismo tono en el cuello. No se ha olvidado tampoco Máxima de los guantes de piel, pues este martes en Bratislava hace tan solo 8 grados y está ligeramente nublado. En los pies ha lucido salones a tono, en azul marino.

Por debajo del abrigo, podíamos entrever el vuelo de una falda de corte midi en azul índigo, un diseño de estreno con corte camisero. Un vestido cruzado que se cree que podría ser un diseño de Natan, pero del que todavía no se ha confirmado su procedencia. Cuenta con seis botones de estilo joya de gran tamaño en la parte de arriba, a los que Máxima ha añadido un espectacular broche de zafiros y diamantes que ya le vimos en la gira del Caribe y que data de la época de la reina Guillermina. El broche iba a juego con los pendientes de zafiros y diamantes que la reina Máxima ha lucido en sus orejas, y que hemos podido ver a la perfección debido al recogido que llevaba.

Nada más llegar al aeropuerto eran recibidos oficialmente por el presidente Čaputová y poco después se trasladaban hasta el palacio presidencial en Bratislava. Allí en el mismo aeropuerto, Máxima se reencontraba con una vieja aliada. Su secretaria privada, Gabriella Sancisi, que fue su sombra y confidente desde marzo de 2014 hasta abril de 2021, cuando fue designada como nueva embajadora holandesa en Eslovaquia por el ministro de Relaciones Exteriores, Stef Blok.

Ya en el recibimiento en el palacio presidencial sorprendía que a su llegada se les ha ofrecido un trozo de pan que Guillermo Alejandro y Máxima han aceptado con gusto. No sabemos si se trata de alguna tradición eslovaca, pero lo cierto es que nos ha llamado la atención. Poco después los reyes holandeses firmaban en el libro de invitados de palacio, donde han dejado registrada su visita.

Después de esta recepción por parte del presidente, los reyes depositan una ofrenda floral en la llamada Puerta de la Libertad en Devín, un monumento erigido en memoria de los asesinados entre 1948 y 1989 mientras intentaban huir del telón de acero tras la Segunda Guerra Mundial. Ya por la tarde, el presidente Čaputová y el alcalde de Bratislava, Matúš Vallo, llevarán al rey Guillermo Alejandro y a la reina Máxima a dar un paseo por el centro histórico de la ciudad. Un paseo que terminará en el monumento al periodista de investigación Ján Kuciak y su prometida, Martina Kušnírová, asesinados en 2018.

Poco después, los reyes holandeses se trasladan hasta el palacio Primaciálny, donde mantendrán un encuentro con los medios de comunicación eslovacos, además de representantes del Gobierno, la policía y el poder judicial. Allí tratarán, precisamente, sobre la importancia y la preservación de la libertad de prensa y la protección de los periodistas.

Habrá que esperar a esta noche para conocer con qué look nos sorprende la reina Máxima en el banquete de Estado que el presidente eslovaco ofrece en su honor y en el del rey Guillermo en el edificio de música Reduta. Durante el banquete, tanto el monarca holandés como el presidente eslovaco pronunciarán unas palabras.