En vídeo | El despiste del rey Felipe VI con el coche al salir del Club Náutico de Palma

Las vacaciones de la familia real en Mallorca siguen siendo una tradición, llena de anécdotas, y entre ellas un despiste protagonizado por el rey Felipe VI con su coche en el Real Club Náutico de Palma, donde le hemos visto casi a diario desde el jueves. Primero, para poder entrenar para la 41 Copa del Rey Mapfre de vela, y luego, en el propio torneo.

Tras la llegada de la Reina y sus hijas el sábado, el Rey decidió no acudir al entreno programado para pasar el domingo en familia. Por la noche y después de disfrutar del día juntos, Letizia asistió a la clausura del Atlàntida Mallorca Film Festival, una cita en su agenda que no puede faltar año tras año.

Al comienzo de la semana, el monarca dio el pistoletazo de salida a la competición de vela en la isla. Unas imágenes que se producían poco después de las que su padre y su hermana protagonizaban mientras competían también, pero en Galicia. Felipe VI se mostró en todo momento en sintonía con el resto de compañeros, divirtiéndose durante el trayecto y disfrutando de una de sus principales aficiones.

Por la tarde, la familia real posó para la prensa en los jardines de Alfabia, que visitaban por primera vez tras más de cincuenta años veraneando en la isla. Los Reyes mostraron su sorpresa ante el mantenimiento de los jardines, regalando momentos divertidos en unas fotografías donde resaltaba la buena afinidad entre Letizia y sus hijas. Además, el monarca confesaba cómo estaba yendo el torneo en su primer día: "Podría haber ido mejor, pero también peor. Así que contento".

En el segundo día de competición, Felipe VI se volvió a subir al Aifos. Dirigió el timón en todo momento con la ayuda del resto de tripulación. Al bajar, también ayudó a sus compañeros a descargar el equipo y prepararlo para el día siguiente. Saliendo del puerto para volver al palacio de Marivent, el Rey saludó a muchos de los que allí se encontraban esperando para poder saludarle y se despidió de un amigo que se acercó antes de irse. Fue en ese momento cuando tuvo lugar la anécdota de la jornada náutica, que terminó a última hora de la tarde.

Y es que, cuando se subió al coche de color negro mate, perteneciente al extenso parque móvil de Zarzuela, el jefe del Estado intentó ponerlo en marcha sin éxito. No conseguía que arrancase, por lo que intentó comprobar si ocurría algún problema. Ni él ni su amigo daban con la clave hasta que un tercero en discordia acudió al rescate. El motivo por el que el coche no arrancaba era simple: faltaban las llaves para poder continuar con el viaje. Al tenerlas, el monarca sacó una sonrisa por este divertido despiste y, finalmente, pudo abandonar el recinto en dirección al palacio de Marivent.

La agenda semanal se centra en combinar las distintas citas que tenga Felipe durante el torneo y los actos familiares de carácter privado y público. Este jueves se reunirán con las distintas autoridades y parte de la sociedad de la isla en Marivent, en esa tradicional recepción que, como el día a día del club náutico, siempre produce alguna que otra anécdota.