El posado de los Reyes con Leonor y Sofía en Mallorca: "Hemos tardado mucho en venir”

Medio siglo de vacaciones en Mallorca y siempre hay una primera vez. Los jardines de Alfabia, con su finca histórica del siglo XIII, su huerto, su actividad agrícola y el encanto que le otorga un paisajismo de inspiración inglesa a los pies de la Serra de la Tramuntana fue el escenario escogido por la familia real para ofrecer este lunes su primer posado estival de la semana (podría haber alguna sorpresa más). Un posado que, por cierto, se anunció a los medios con poca antelación -y aún más a los propietarios del enclave escogido- y levantó las sospechas de que fuera una especie de 'contraprogramación' al acto de la reina Sofía en Motril, presidiendo el homenaje a Balduino de Bélgica.

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A. Rodríguez

Cumpliendo el guion de años atrás, tras unos primeros días con protagonismo para la navegación del Rey a bordo del Aifos y la aparición oficial de Letizia clausurando el Atlàntida Film Festival, tocaba el 'todos juntos' y la oportunidad de ver en la isla a Leonor y Sofía antes de que ambas empiecen una nueva etapa en su formación. Así que, a pesar de la humedad -que a las nueve de la noche seguía siendo insoportable incluso para los Reyes y sus hijas, que no tenían que cargar con los equipos de fotografía y televisión-, la cita era ineludible. Hay que exprimir la semana.

Decíamos que siempre hay una primera vez porque, tras el recorrido, Felipe VI reconocía a los medios que habían "tardado mucho en venir". "No lo conocía, y mira que hemos estado en muchos lugares en estos últimos años. Es increíble lo bien conservado que está después de tantos siglos", apuntaba el Rey. A continuación, y siempre atenta, contraatacaba Letizia al preguntar a los redactores: "¿Y, vosotros, habíais estado antes?".

Aquí, disparidad de respuestas entre los periodistas locales y los desplazados desde la península. Lo que es seguro es que el lugar les impresionó. "Imaginaos, encinas de más de 400 años", señalaba la Reina durante alguna de las paradas del recorrido. “Es un sitio muy tranquilo”, apostillaba la infanta Sofía. Y es que este tipo de encuentros informales sin acceso al público brindan una oportunidad de oro a los medios de comunicación para arrancar algunas palabras al jefe del Estado y su familia.

Accedieron Felipe, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía a los jardines por la conocida subida de las palmeras, que lleva hasta el estanque cubierto de Sa Pujada. Mientras los fotógrafos ocupaban posiciones, los Reyes y sus hijas rompían el protocolo para saludar a los 'plumillas' y preguntarles cuánto tiempo llevaban esperando. Ocasión perfecta para saber si la primera jornada de la Copa del Rey de Vela Mapfre había sido satisfactoria para el monarca: "Podría haber ido mejor, pero también peor. Así que contento".

Mientras, Leonor y Sofía permanecían siempre bajo el abrazo de su madre. La complicidad de las niñas -ya no tanto- con Letizia es un hecho evidente hasta en la forma de vestir. Complementan colores para no pisarse, aunque cada una con su estilo peculiar: la Reina, con un vestido firmado por Adolfo Domínguez en el color de moda del estío, el rosa fucsia; la heredera, con un vestido de Mango en color verde, y la benjamina, con un minivestido étnico de la firma francesa Ba&sh.

Buena parte de la renombrada familia Zaforteza, propietaria de los jardines y la casa desde el año 1700, esperaba paciente y calurosos en una sala aparte para charlar con los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía mientras que la gerente, Cristina Zaforteza, explicaba al milímetro algunas de las características más reseñables del lugar. "La visita ha sido la misma que realizamos a los turistas. Para nosotros todos los visitantes son especiales”, explicaba a Vanitatis tras despedirse de ellos.

Los cuatro pudieron apreciar el artesonado mozárabe del siglo XIII y se sorprendieron al descubrir el mueble gótico más antiguo de Mallorca: una silla del año 1490. Aunque, sin duda, lo más curioso -y por lo que Leonor y Sofía preguntaron mucho- se produjo al llegar a la estancia donde se encuentra la cama en la que, parece ser, durmió la reina Isabel II de España en el año 1860. Debió pensar eso Felipe, que hacía mucho tiempo que ningún miembro de la monarquía española visitaba el lugar, aunque obvió un detalle, quizás por desconocimiento: el Rey emérito sí había estado en aquel lugar, en la celebración del bautizo del hijo de unos amigos. Quizás era un secreto.

Cincuenta años de recuerdos

Quiso saber Vanitatis si Felipe guardaba algunos recuerdos de sus veranos en Mallorca, al cumplirse este 2023 medio siglo del primer desembarco en la isla de Juan Carlos, Sofía, Cristina, Elena y el propio Felipe y su posterior idilio con Marivent. “El tiempo pasa muy rápido, pero guardo muchos recuerdos, por ejemplo, de las primeras veces que veníamos y nos alojábamos en los apartamentos Victoria, la vela, los amigos…". Letizia, Leonor y Sofía sonreían al lado: su memoria emocional y su relación con la isla es mucho más breve. Si la visita a los jardines de Alfabia sirve para "seguir promocionando la isla", el deber estaba cumplido.