Mary de Dinamarca aprovecha las joyas de Trust: broche de hombro en el escote cut-out y pendientes de diamantes customizados

Una de las primeras casas reales que ha reanudado sus agendas oficiales ha sido la danesa y lo ha hecho por todo lo alto. Desde que empezase el nuevo año, ya van tres actos de gala protagonizados por Federico X y Mary. Su última aparición ha sido con motivo de la recepción en el palacio de Christiansborg a mil ciudadanos, entre los que se encontraban oficiales de la Defensa danesa y de la Agencia Danesa de Gestión de Emergencias y representantes invitados de las principales organizaciones nacionales.

Tres actos y tres vestidos de gala. Para su apuesta diurna, Mary de Dinamarca optó por el vestido customizado diseñado por Julie Fagerholt. La parte superior estaba compuesta de seda gris y manga larga. Para la falda, ligeramente más oscura, está confeccionada con un patrón floral. Su apuesta por esta prenda coincide con su último uso, que fue durante los mismos actos del 2023. En esta ocasión, debido a las bajas temperaturas, lo acompañó de una capa para el exterior.

Aunque sin tiara, aprovechó las joyas de Trust para complementar su estilismo. Para decorar el escote cut-out de la blusa, utilizó uno de los dos broches para hombros del joyero de Trust. Se trata de unas joyas cuadradas con diamantes, engastadas en plata y oro. Datan de 1840 y se trata de la herencia que la reina Josefina de Suecia recibió de su hermana, la emperatriz Amelia de Brasil. Y aunque tradicionalmente eran para los hombros, ella ha preferido darle otro uso.

Asimismo, también escogió los pendientes de diamantes de la princesa heredera Carolina Matilde. Unas piezas que pueden desmontarse para alargar así su longitud. En concreto, Mary añadió una cruz para prolongarlo.

El protocolo también regía que, al igual que Federico X, portase guantes blancos, la medalla de la Orden Familiar del Rey, la cinta azul de la Orden del Elefante y la Cruz del Comandante de la Orden de Dannebrog.

Ambos llegaron al palacio de Christiansborg mediante el llamado carruaje del rey Christian VIII, con chapa de pan de oro de 24 quilates, que fue construido en 1840. Es habitual que se utilice para la recepción de Nochevieja, pero durante todo el año se conserva en las Caballerizas Reales. Con este acto, se pone fin a la tradicional bienvenida del nuevo año en Dinamarca tras tres actos que han dejado ver joyas antiguas junto con largos vestidos.