Carolina de Mónaco vuelve a escena: del elegante conjunto con los colores de su bandera al título del que no se desprende
Hay cosas que no cambian para la hermana de Alberto de Mónaco por muchos años que pase. Una, su elegancia. La otra, su título de princesa de Hannover
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Aunque últimamente es su cuñada, la princesa Charlène, la que lleva el peso de la agenda oficial monegasca cuando se trata de actos de representación sin mucho peso institucional, también Carolina de Mónaco tiene su protagonismo. La hija mayor de Grace Kelly ha vuelto a escena en una cita en la que han destacado dos cosas. Por un lado, su elegante conjunto con los colores de su bandera. Por otra, el título del que no se desprende.
Esta nueva aparición de Carolina tenía lugar el pasado miércoles, aunque en palacio llevan sus propios ritmos a la hora de distribuir e informar de los compromisos oficiales y no ha sido hasta este martes cuando han publicado las fotografías. El escenario, una cena solidaria con un grupo de scouts, con el objetivo de recaudar fondos para construir una escuela en Argentina.
Como siempre, el contexto queda casi en un segundo plano con la presencia de la princesa Carolina y esta vez tampoco fue una excepción, ya que además destacaba con su estilismo sobre los uniformes de los scouts, en los habituales tonos marrones y verdes que conectan con la naturaleza. Ella quiso poner la nota de color con un dos piezas en blanco combinado con un top rojo, interpretando así la bandera monegasca.
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La princesa se mostró fiel a su estilo, como siempre, aunque no lucía un traje de chaqueta al uso, sino que este diseño incluía un pantalón palazzo, un esencial para las celebrities y las expertas en moda. Y experta o no, se sabe que es una de las grandes pasiones de Carolina, con Chanel como su marca de cabecera, que tampoco faltó para este look.
Porque la hermana de Alberto de Mónaco tiró de esos esenciales que no faltan en sus diferentes apariciones. Así, eligió un bolso de la mítica casa francesa, de la extensa colección que posee, y también tiró de sus básicos en cuanto a joyas, sacado de su joyero unos pendientes de perlas con amatistas en forma de pera y más perlas, pero de diferentes colores y alternadas con pequeñas arandelas de oro para formar un original collar.
Y su elegancia es una de las cosas que nunca cambian, sin importar el contexto ni el lugar, tampoco lo hace su título, por mucho que lleve más de 15 años separada de facto de Ernesto de Hannover, sin que entre ellos se haya firmado nunca ningún papel para hacerlo oficial.
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Tanto en el organigrama del Palacio de Mónaco como en las diferentes publicaciones de sus redes sociales, Carolina de Mónaco sigue apareciendo como Princesa de Hannover, ya que es el título que le corresponde por su matrimonio con el príncipe alemán, con el que se casaba en 1999, y que también le corresponde a la única hija del matrimonio, Alexandra.
Lo curioso es que aquella relación hizo aguas diez años después de casarse y cada uno ha hecho vidas completamente por separado. Incluso, en el caso de Ernesto de Hannover, el amor volvió a llamar a su puerta, ya que sale desde hace tiempo con la española Claudia Stilianopoulos. Eso sí, aunque están separados de facto, el divorcio nunca se firmó ni tiene pinta de que vaya a llegar.
Y aunque Carolina sigue utilizando su título, el motivo de que no haya una separación oficial no es que se aferre a él con uñas y dientes, sino que los motivos van más allá y tienen más que ver con los tres hijos del príncipe, incluyendo a su propia hija. La razón es que si firmara el divorcio y Ernesto pudiera casarse con otra mujer y tener un hijo legítimo, podría desheredar a los mayores y que el patrimonio de los Hannover fuese para él, mientras que de esta forma son Ernesto Jr, Christian y Alexandra los herederos legítimos.
Así, Carolina protege una fortuna que considera que tiene que quedar en manos de los Hannover. De hecho, la princesa se posicionó en el conflicto de su todavía marido con sus hijos y apoyó la idea de que estuviera tutelado, ya que su estado de salud no le permitía gestionar sus bienes con acierto.
Aunque últimamente es su cuñada, la princesa Charlène, la que lleva el peso de la agenda oficial monegasca cuando se trata de actos de representación sin mucho peso institucional, también Carolina de Mónaco tiene su protagonismo. La hija mayor de Grace Kelly ha vuelto a escena en una cita en la que han destacado dos cosas. Por un lado, su elegante conjunto con los colores de su bandera. Por otra, el título del que no se desprende.