En vídeo | Los gestos de cariño y la complicidad de la infanta Cristina y su hijo Pablo Urdangarin
La hermana de Felipe VI se desplazó hace unos días a Nava de la Asunción, Segovia, fiel como es a los partidos de balonmano de su segundo hijo
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Ya no es ninguna novedad que en las gradas de cualquier partido del Granollers esté como espectadora a la infanta Cristina viendo a su hijo Pablo Urdangarin. Y da igual que el encuentro sea en Barcelona o en cualquier otro punto de nuestro país. Si la genda se lo permite, allí está animando como una más. Y este fin de semana, ha viajado hasta Segovia para animar al deportista y protagonizar las imágenes más reveladoras de madre e hijo, con grandes gestos de cariño y complicidad.
El Granollers afronta ya la recta final de la temporada y este domingo jugaba en Nava de la Asunción, un pueblo segoviano en el que cosechó una nueva victoria para afianzarse en el segundo puesto de la liga Asobal. La alegría no podía ser mayor para Pablo Urdangarin y sus compañeros, así como para su madre, la infanta Cristina, que no dudó en bajar a la pista para celebrar el resultado con el equipo.
Fueron muchos los que quisieron saludar a la hermana del rey Felipe, que además tuvo un pequeño papel principal al entregar un trofeo a uno de los jugadores del Granollers. Toda la plantilla la conoce, por lo que repartió besos aquí y allí, pero también recibió mucho cariño del público segoviano, atendiendo a las peticiones de fotos.
Finalmente, llegó el reencuentro de la infanta Cristina y su hijo Pablo Urdangarin, fundiéndose en un abrazo. Solo unos segundos, puesto que cada uno tenía un cometido por separado en ese momento, pero no tardaron en volver a juntarse, sin importarles que una nube de fotógrafos captara el momento con sus cámaras. Saben que la presencia de la hermana de Felipe VI despierta interés en casi cada aparición, por lo que se han resignado a que pase desapercibida.
Así, los dos se mostraron con total naturalidad frente a medios y público. Compartieron impresiones, se tomaron de la mano e incluso accedieron a las peticiones de los fotógrafos para que posaran. Un gesto, eso sí, que debieron agradecer a la infanta Cristina, ya que fue ella la que animó a su hijo a que mirara a cámara, a pesar de que no le gusta la lógica atención mediática que suele despertar por pertencer a la familia del rey.
De hecho, doña Cristina estaba tan relajada y contenta que hasta bromeó ante los medios sobre la altura de su hijo Pablo, con un gesto que despertó las risas de los presentes. Mientras posaban y dándose cuenta de la diferencia de estatura de uno y otro, se puso de puntillas para intentar igualarse, provocando también la carcajada de Pablo al verla.
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Llegaban después unos segundos de conversación sin que las cámaras pudieran captar las palabras entre madre e hijo, pero seguía patente la complicidad que tienen ambos. Quizá precisamente por estar fuera de Barcelona, escenario habitual de sus encuentros, estaban más relajados y mucho más a favor de que la prensa pudiera ser testigo de ese momento.
Aunque la imagen estaba algo incompleta. Es ya una constante el hecho de ver a la infanta Cristina en la primera fila de la grada del Palacio de Deportes de Granollers y, junto a ella, Johanna Zott, la novia de Pablo Urdangarin. Suegra y nuera comparten los momentos de tensión de cada partido, animan al jugador y le consuelan cuando toca conocer la derrota.
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Pero en esta ocasión, la infanta Cristina viajó sola al pueblo segoviano de Nava de la Asunción para animar a su hijo en el que es el penúltimo partido de la Liga Asobal. Un encuentro que nos ha servido, una vez más, para constatar la complicidad que tiene con Pablo Urdangarin. Al tener el chico un perfil mucho más público, es más habitual verla con él que con sus otros tres hijos, que han optado por vivir con todo el anonimato posible, dentro de lo que supone ser nieto del rey Juan Carlos.
Es precisamente por la proyección pública y la carrera deportiva de Pablo Urdangarin por lo que hemos conocido la faceta más familiar y espontánea de la hermana del rey Felipe, que disfruta de los éxitos de su hijo con todas las consencuencias.
Ya no es ninguna novedad que en las gradas de cualquier partido del Granollers esté como espectadora a la infanta Cristina viendo a su hijo Pablo Urdangarin. Y da igual que el encuentro sea en Barcelona o en cualquier otro punto de nuestro país. Si la genda se lo permite, allí está animando como una más. Y este fin de semana, ha viajado hasta Segovia para animar al deportista y protagonizar las imágenes más reveladoras de madre e hijo, con grandes gestos de cariño y complicidad.