Gwyneth Paltrow: su guerra secreta contra Harvey Weinstein (y su episodio más duro)

El próximo mes de enero tendrá lugar uno de los momentos más esperados en Hollywood. Harvey Weinstein será juzgado por un tribunal de Nueva York acusado de violación y de otros delitos de índole sexual por tres mujeres, lo que podría suponer la definitiva caída en los infiernos del magnate de Miramax, que ha negado los cargos que se le imputan, pero que ya ha sido condenado al ostracismo y repudiado por mujeres como Gwyneth Paltrow, quien fue la gran estrella de su productora y, quizás, la mujer cuyo testimonio más daño le ha hecho.

Gwyneth Paltrow no ha demandado ni por lo civil ni por lo penal al gran artífice del mayor éxito de su carrera, 'Shakespeare in Love', por la que ganó el Oscar hace ahora veinte años, pero, sin embargo, sí ha tenido un papel clave para dar voz a las supuestas víctimas, como desvela el libro 'She Said: Breaking The Sexual Harassment Story That Helped Ignite A Movement', escrito por dos periodistas de 'The New York Times', Jodi Kantor y Megan Twohey, que fueron claves para que emergiera uno de los mayores escándalos de la meca del cine en las últimas décadas.

De hecho, la actriz estadounidense estuvo en la sombra ayudando a los investigadores a contactar con algunas de las actrices que aseguran haber sido víctimas de sus abusos. Pocas horas después de que trascendiera el alcance del papel de Gwyneth en este controvertido asunto, hubo reacción por parte del productor, a través de su jefe de prensa, quien manifestó que "Gwyneth Paltrow pertenece a la realeza de Hollywood. Su padre era un productor del más alto nivel, su madre una famosa actriz, su padrino es Steven Spielberg. No necesitaba hacer películas con Harvey Weinstein, pero quiso hacerlas. Así que ganó premios muy importantes y fue la actriz mejor pagada durante casi una década, con Weinstein. Así que su relato de que su trabajo estaba en juego era gratuito".

Estas afirmaciones no eran sino la punta de lanza de una estrategia para desacreditar a Gwyneth Paltrow. En efecto, dos días más tarde se filtraron emails para demostar que, aunque dejaron de trabajar juntos en 2003, continuaron siendo amigos e incluso el productor le ofreció algunos trabajos. Cuatro años más tarde, por ejemplo, la actriz le pidió que asistiera al estreno de 'La chica de mis sueños', una película dirigida por su hermano Jake en la que, por cierto, intervenía Penélope Cruz, otra de las estrellas que pertenecieron al universo laboral de Harvey Weinstein. Y también, en otro mail, la actriz le agradece en 2011 sus elogios por su interpretación en la película 'Country Strong'.

Muchos han considerado esta jugada como una cortina de humo de Harvey Weinstein, quien querría desviar la atención sobre el asunto principal en juego: los supuestos abusos sexuales. "No hay nada en estos emails. Parece algo desesperado".

Ahora vuelve al primer plano un episodio que Gwyneth Paltrow vivió con Weinstein en los inicios de su carrera, cuando iba a rodar 'Emma', la adaptación de la novela homónima de Jane Austen. El productor la citó en la suite del hotel Peninsula Beverly Hills y, según ella narró, todo comenzó a discurrir por los cauces esperados, hasta que el productor le pidió que se fueran al dormitorio para hacerse unos masajes el uno al otro.

El encontronazo con Brad Pitt

Gwyneth se lo contó al que entonces era su pareja, Brad Pitt, quien se enfrentó al productor en un estreno de 'Hamlet' en Broadway. "Me gritó durante mucho rato, fue brutal. Yo no era nada. Era una niña que había firmado un contrato. Estaba petrificada. Creí que me iba a despedir", contó Gwyneth sobre la reacción del productor tras este episodio.

Su colaboración profesional continuó, pero decidió distanciarse de Weinstein una vez se quedó embarazada de Chris Martin, cantante de Coldplay. Años más tarde, sin embargo, la actriz le mandó un email de condolencias por la muerte de su madre en 2016. Una circunstancia que, según el relato de la actriz, aprovechó para ponerse en contacto con ella y pedirle que guardara silencio si la llamaban unos periodistas de una publicación estadounidense que estaban haciendo un reportaje de investigación sobre cómo había tratado a las mujeres que habían trabajado para él.

Por este motivo, los periodistas de 'The New York Times' que investigaban los casos de supuestos abusos no contaban con su testimonio, pues consideraban que habían tenido una relación personal tan estrecha que la actriz se querría mantener al margen. Sin embargo, en junio de 2017 se llevaron una gran sorpresa cuando se prestó para ayudarles a encontrar a actrices que estuvieran dispuestas a hablar. Lo más duro para ella, como se ha sabido ahora, es constatar que el productor la ponía de ejemplo de cómo si sucumbían a sus intenciones podían tener una carrera como la suya.