Margaret Atwood ('El cuento de la criada'): una gran noticia en su año más duro
El pasado 18 de septiembre falleció su pareja, el también escritor Graeme Gibson, quien la acompañaba en la gira promocional de su nueva novela, 'Los testamentos'
Cuando Margaret Atwood publicó en 1985 la novela 'El cuento de la criada', ni ella misma era consciente de que el mundo distópico que había nacido de su generación podría acabar teniendo tantas similitudes con algunas realidades que estamos viviendo en la actualidad. Pero muchísimo menos podía esperar que la adaptación televisiva de HBO convertiría a esta novela en un bestseller y a ella, a sus casi 80 años (los cumple el 18 de noviembre), en una de las escritoras más populares del planeta. De hecho, aunque las ventas iniciales fueron considerables cuando se publicó, las críticas no fueron demasiado buenas y, por ejemplo, Mary McCarthy escribió en 'Times' que no era capaz de tomársela en serio.
Tal ha sido la magnitud del éxito que casi tres décadas más tarde acaba de publicar su secuela, 'Los testamentos' (Ediciones Salamandra), que se convirtió en un éxito planetario a las pocas horas de publicarse el 10 de septiembre pasado. Ironías del destino, ocho días más tarde fallecía de manera repentina la pareja de la escritora canadiense.
La autora acaba de ganar el premio Booker, el más pretigioso en lengua inglesa, por la mencionada novela, ex aequo, con Bernardine Evaristo por 'Girl, Women, Other'. Un galardón que llega en este momento duro para Atwood, dotado con 57.000 euros, y que llega después de que se haya constatado el éxito editorial, pues solo en el Reino Unido lleva más de 250.000 copias.
Margaret Atwood daba la noticia más dura de su vida mediante un comunicado que emitió la editoria Penguin Random House Canadá, en el que daba las claves de una muerte que ha dejado un vacío enorme en su familia: "Estamos destrozados por la pérdida de Graeme, nuestro querido padre, abuelo y marido, pero estamos contentos porque logró la rápida salida que quería y evitó el declive que tanto temía a consecuencia de la demencia".
Su vida familiar
En efecto, Graeme Gibson, que también era escritor, aunque ninguna de sus obras alcanzó la trascendencia de la narrativa de su pareja, estaba luchando contra esta dolencia, que trascendió cuando en abril de 2017 lo publicó 'New Yorker', que desvelaba que se lo habían diagnosticado en una fase muy temprana. El proceso de escritura de este último trabajo, que ha recibido nuevamente los parabienes de la crítica, estuvo mediatizado por la enfermedad de su marido, a quien acompañaba a todas sus consultas médicas.
Margaret y Graene llevaban juntos desde 1973, después de dos fracasos matrimoniales. Atwood se había casado en 1968 con el escritor Jim Polk y se divorciaron justo cuando comenzó su gran historia de amor, que también coincidió con el fin del matrimonio de Gibson con la editora Shirley Gibson, con quien tuvo dos hijos, Matt y Grae, aunque volvió a ser padre junto a la autora de 'La mujer comestible' y 'El asesino ciego' de una niña Eleanor Jess, que nació en 1976.
Se habían conocido en los círculos literarios que ambos frecuentaban y los primeros años de su relación estuvieron viviendo en una granja cerca de Ontario, porque era más barato que la ciudad y era el entorno ideal para los dos hijos adolescentes del escritor y fue allí donde vino al mundo su hija, aunque cuatro años más tarde convirtieron Toronto en su centro de operaciones..
Se cuidaron el uno al otro
Aunque, como decimos, Gibson nunca alcanzaría el éxito de su pareja, no parece que tuviera celos profesionales y según una necrológica publicada por John Fraser en 'National Post': "Su apoyo fue incansable e inspirador y llevaba aparejado la convicción de que la grandeza de Atwood exigía el mismo tipo de compromiso que aportaron juntos a las causas de derechos humanos y a las organizaciones de escritores en las que participaron".
Según Fraser, muy cercano a la pareja y coautor junto a Atwood del libro 'The writer and human rights', "la trasformación que se produjo con el diagnóstico de la demencia revirtió los roles y sus cuidados y protección de su hombre fueron feroces e inspiradores. Incluso descubrió la alegría de los largos viajes en barco que le permitían mantener en territorio seguro a Graeme y al mismo tiempo le permitían cuidarlo y seguir escribiendo".
Un regalo muy emotivo
La escritora, que estaba enamoradísima de su marido, le regaló en una ocasión una camiseta en la que se podía leer: "Todas las escritoras deberían casarse con Graeme Gibson".
Margaret, en pleno proceso de duelo ahora, hablaba con humor del tiempo que le queda: "No me queda demasiado tiempo. Y por eso se están volviendo locos con la promoción de este libro. Sé lo que están pensado. Están pensando: "¿Y si se muere? Mejor lo hacemos ahora, por todo lo alto, es la última oportunidad. Cuando digo esto se sonrojan y se van arrastrando los pies. No pueden negar que lo están pensando", según recoge 'The New York Times'.
Ahora la escritora prepara un poemario y seguirá inmersa en las distintas causas que apoya. Una de ellas, el derecho a la muerte digna, que compartía con el gran amor de su vida.
Cuando Margaret Atwood publicó en 1985 la novela 'El cuento de la criada', ni ella misma era consciente de que el mundo distópico que había nacido de su generación podría acabar teniendo tantas similitudes con algunas realidades que estamos viviendo en la actualidad. Pero muchísimo menos podía esperar que la adaptación televisiva de HBO convertiría a esta novela en un bestseller y a ella, a sus casi 80 años (los cumple el 18 de noviembre), en una de las escritoras más populares del planeta. De hecho, aunque las ventas iniciales fueron considerables cuando se publicó, las críticas no fueron demasiado buenas y, por ejemplo, Mary McCarthy escribió en 'Times' que no era capaz de tomársela en serio.