Albert Uderzo: las herederas del padre de Astérix venden parte de su patrimonio

Una crisis cardiaca se llevó el pasado 24 de marzo a Albert Uderzo. Tenía 92 años y en su haber unos personajes a los que millones de niños en todo el mundo deben el haberse interesado por la Historia Antigua. Su nombre: Astérix y Obélix. Aunque la suya fue una muerte que nada tuvo que ver con el coronavirus, al artista le dio tiempo a conocer la pandemia. Quizá sea esa la razón detrás de la venta de cinco láminas originales del creador por parte de sus herederas: su hija Sylvie y su mujer, Ada. Los beneficios de dicha venta irán a parar a la Fundación de los Hospitales de París y de Francia.

Las herederas lo han contado este lunes en 'Paris Match', asegurando, en una amplia entrevista, que al mítico creador le faltó tiempo para ayudar a aquellos que sufren la pandemia que ha paralizado el mundo.

"Mi marido fue siguiendo el progreso de esta espantosa epidemia. Y quiso hacer algo al respecto. Lamentablemente, no tuvo tiempo, se marchó demasiado rápido. Así que con Sylvie, y en su memoria, decidimos lanzar esta venta, elegir láminas de 'Astérix', así como de 'Tanguy et Laverdure' o 'Oumpah-Pah', para rendirle homenaje", asegura su esposa. Lo cierto es que eligieron los dibujos de forma cuidadosa y no al azar, teniendo en cuenta a los millones y millones de niños y de lectores adultos que se han enamorado de los personajes de Uderzo. "Tenemos claro lo que la gente busca, así que elegimos láminas con personajes en movimiento, escenas con un poco de emoción", ha dicho su hija Sylvie, emocionada ante la posibilidad de que su padre colabore con una buena causa pese a no estar ya en el mundo de los vivos.

El secreto de los dibujos, conservados a la perfección, revela mucho del propio Uderzo. Su hija es consciente de que la venta no sería posible si su padre no se hubiese esforzado siempre en preservar su propia obra. "Fue bastante doloroso tener que revisar sus trabajos. Pero era necesario que se hiciera debido a la situación (...). También fue emocionante encontrar sus dibujos, vivimos tantas cosas a través de ellos... Cuando murió, recibimos muchos mensajes de personas que nos ayudaron. Nos dimos cuenta hasta qué punto había impactado su obra. Todos sus lectores, mayores o menores, me apoyaron y les doy las gracias de nuevo. Recibí cartas de California, de toda Europa. Es conmovedor".

Uderzo murió en Neuilly-sur-Seine, al noroeste de París, tras sufrir una crisis cardiaca. Hijo de padres italianos, su faceta de dibujante pronto le labró una brillante carrera como creador de cómics de aventuras y de humor, habiéndose consagrado como tal con la llegada de Astérix, coproducida junto a René Goscinny.

Tras la muerte prematura de su compañero en 1977, Uderzo se encargó de la continuación de la serie en solitario. Desde entonces, su fama fue imparable y sus ganas de trabajar, tal y como recuerda su mujer, no mermaron. Más bien al revés. "Empezaba a dibujar a las ocho, almorzaba a la una y trabajaba desde las dos hasta la cena de las nueve. En Eaubonne, donde vivíamos nada más casarnos, la vecina dijo que, en casa de los Uderzo, la luz era la primera que se encendía por la mañana y la última que se apagaba por la tarde", recuerda en 'Paris Match'.

Ese esfuerzo, ese trabajo incansable, es el que ha permitido que parte de su patrimonio, unos dibujos de incalculable valor, se pongan a la venta en beneficio de todos aquellos que están sufriendo una crisis que ni siquiera el sabio Astérix habría podido imaginar.