La trágica vida de James Caan: drogas, depresión y la mansión Playboy

Nunca llegó a ganar un Oscar, pero el actor, karateka y jugador de fútbol americano en su juventud nos dejó un buen puñado de papeles inolvidables y otros que pudieron serlo, ya que se cuenta que rechazó ser Han Solo y Superman.

James Caan, que pasó a la historia del cine al interpretar a Sonny Corleone en la emblemática saga sobre la mafia 'El padrino', falleció en la noche del miércoles a los 82 años, según informó su familia a través de su perfil de Twitter. "La familia aprecia el amor y las condolencias y pide que se continúe respetando su privacidad en este difícil momento", se añadía en el breve comunicado.

Eternamente ligado al Hollywood de los años 70, muchos recordarán a Caan por la dramática muerte de su personaje, Sonny Corleone, acribillado a balazos en un peaje de Long Island por los hombres de Barzini en una de las escenas más famosas de 'El padrino'.

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Nacido en 1940 en el Bronx de Nueva York, hijo una pareja de emigrantes judíos procedentes de Alemania, Caan hizo de su característico acento y de su semblante serio y duro una seña de identidad que permaneció en gran parte de sus personajes.

Mientras consagraba su carrera con películas como 'Rollerball' o 'A Bridge Too Far', el actor tuvo a su primer hijo, Scott Caan, también actor, con su segunda mujer, Sheila Marie Ryan. Luego, se casó hasta en dos ocasiones más y tuvo otros tres hijos, el último con casi 60 años.

Entre las curiosas anécdotas que protagonizó, una fue vivir durante un tiempo en la mansión Playboy. Durante una breve temporada en los años 70, Caan residió allí invitado por Hugh Hefner después de que su primer divorcio le dejara sin hogar.

"Había montones de chicas allí y, bueno, lo siento, pero me gustaban", dijo a 'The Guardian' en 1999. Aunque su estancia en el "mayor club nocturno del mundo" fue breve, tuvo un profundo impacto en Caan, que se marchó tras solo un año, por miedo a no poder volver a vivir en el "mundo real" si se quedaba más tiempo del que le correspondía. Incluso contempló suicidarse mientras vivía en la mansión porque pensó que su vida nunca sería "mejor que esto".

Uno de los golpes más importantes que sufrió el actor fue la pérdida de su hermana Barbara, en 1981 a causa de la leucemia. Entonces Caan cayó en una profunda depresión que lo atormentó durante la mayor parte de su vida. "Cuando la perdí, no pude soportarlo, no sabía qué hacer", dijo en una reciente entrevista para 'Turner Classic Movies'.

Los dos hermanos estaban muy unidos, ya que Barbara incluso dirigía su productora. En 1991 declaró al 'New York Times' que tras la muerte de su hermana "me di cuenta de que la pasión es algo muy importante en la vida porque se acaba muy pronto, y mi pasión era crecer con mi hijo".

Su adicción a las drogas estuvo a punto de costarle su carrera, pero su amigo, el director Rob Reiner, le salvó al ofrecerle en 1989 un papel en la adaptación de la novela de Stephen King, 'Misery'. Esa película le sirvió también para superar los graves problemas económicos que tenía entonces. "Conté con gente maravillosa, como Rob Reiner y todos aquellos tipos, que Dios los bendiga. Fue una gran victoria para mí", aseguraba Caan.

El actor había sido hospitalizado en 2015, aquejado con un fuerte dolor en el pecho, y a pesar de que se sospechó que se tratara de un ataque al corazón, los médicos lo atribuyeron a una infección. Durante los últimos años, el actor usaba una silla de ruedas para desplazarse, ya que su salud se resintió tras aquel incidente.

La muerte de Caan ha causado un gran pesar entre sus compañeros de Hollywood. Desde la cuenta oficial de 'El padrino', hasta sus compañeros en la mítica cinta, los mensajes de condolencia no han dejado de sucederse.

"Jimmy era mi hermano en la ficción y mi amigo de toda la vida", dijo en un comunicado Al Pacino. "Es difícil creer que ya no estará en este mundo porque estaba tan vivo... Era gran actor, un director brillante y un querido amigo. Le voy a echar de menos".

Otro de sus grandes amigos, Arnold Schwarzenegger, se despidió de él calificándolo como "un icono y una leyenda", añadiendo que "tuve la suerte de trabajar con él y ver su talento y su fantástico sentido del humor de primera mano. Fue un gran compañero de entrenamiento en el gimnasio y un verdadero amigo, y le echaré de menos".