Charlton Heston, la estrella que entrenó en el Bernabéu y vio jugar a su hijo en la playa de Peñíscola

Si alguien nos hubiese contado que, cuando se redactó la parte dedicada a Moisés y los diez mandamientos en el Antiguo Testamento, alguien estaba pensando en un señor del futuro llamado Charlton Heston, nos lo habríamos creído. Heston no solo fue Moisés. También encarnó a personajes históricos como el Miguel Ángel en pleno proceso de crear la Capilla Sixtina, Marco Antonio, el presidente Andrew Jackson o el Cid. El protagonista de 'Ben-Hur', 'Cuando ruge la marabunta' o 'Cuando el destino nos alcance' habría cumplido 100 años este miércoles y su cara nos sigue pareciendo uno de esos perfiles que aparecen siempre en las monedas.

Más allá de su encendida defensa del uso de las armas (en los últimos años de su vida, fue muy polémica su presidencia de la Asociación del Rifle en Estados Unidos), de su querencia por el cine épico de sandalia y torso desnudo o la ciencia ficción setentera de pronóstico apocalíptico, en España conocimos a otro Heston. El actor que nos visitó a raíz de aquellas superproducciones que Samuel Bronston trajo a Madrid, cuando Heston ya había sido Moisés y Judá Ben-Hur, por la que ganó un Oscar, y ya había peleado por poner a Orson Welles en la silla de director de 'Sed de mal'. Para que algunos duden de su importancia en la historia del cine.

El actor llegó a España para rodar 'El Cid' a principios de los años 60, cuando el cine y el mundo estaban a punto de cambiar para siempre. Esperanza García Claver, historiadora y comisaria de la exposición 'Mad about Hollywood', dedicada a aquellas superproducciones de rodaje patrio, conoce al dedillo cómo fueron los años en los que nuestro país fue un enorme plató. Nos recuerda la sintonía de Charlton Heston con el mismísimo Menéndez Pidal: "En aquellos momentos había muy buenos asesores históricos para este tipo de películas. Menéndez Pidal, por ejemplo, hizo ese trabajo en 'El Cid'. Había una foto en la exposición de Heston junto a él, subido en una escalerita. Es una foto muy graciosa".

Aquella exposición nos mostró estampas impagables, como la de Charlton Heston con espada de madera en mano ensayando en un lugar emblemático para los más futboleros. "Bronston tuvo otros asesores como Enzo Musumeci Greco para el entrenamiento de esgrima. Heston y él entrenaban... ¡en el Bernabéu! Hay fotos de él con Di Stefano y es famosa la anécdota de cuando dijo que le parecía el estadio más grande que había visto en su vida", detalla García Claver.

Mérida y el circo romano

La presencia de Heston en España no fue cosa de una vez. El buen recuerdo le hizo rodar aquí, una década más tarde, 'Marco Antonio y Cleopatra'. En esa ocasión también se puso detrás de las cámaras. Famosa es aquella mano que se posó, durante una secuencia, en el pecho de una reacia (al menos tras las cámaras) Carmen Sevilla. La escena volvió a ser recreada en los 90, cuando 'Sorpresa, sorpresa' trajo al actor a Antena 3 y agasajó a la sevillana, que se había pasado la vida comentando con un sonoro "pero, shiquillo, ¿qué hasse?" el toqueteo de la estrella de Hollywood.

En los 70, años antes de aquel programa, Heston también visitó España con un especial interés en ver un circo romano. ¿Qué mejor que acudir a Mérida? Lo narra Esperanza García Claver: "Vino con Lydia Clark, su mujer, en los primeros días de abril de 1975. Estuvieron viendo el circo romano. Ya habían pasado años de sus rodajes para Samuel Bronston. Él insistió en ver un auténtico circo romano, ya que el de 'Ben-Hur' se había recreado para la película. Estuvo viendo el famoso mosaico. Justo por aquellos días se decidió que se construyese un Museo Romano, y ahí es donde está ahora el mosaico".

Jarandilla de la Vera, en Cáceres, fue otro de los puntos de aquel viaje de mediados de los 70. El castillo de la localidad supuso otro recuerdo de Rodrigo Díaz de Vivar y la leyenda española: "Es como un castillo más del rodaje de 'El Cid'. Hay una fotografía de mi exposición en la que aparece Anthony Mann localizando para 'El Cid' y uno de ellos era el de Manzanares el Real, al que se parece bastante". Fuera de Madrid, Charlton Heston rodó en Peñíscola, que hizo las veces de la Valencia medieval en la superproducción. En los 'free tours' de nuestros días, se sigue contando que el castillo modificó sus almenas para adaptarse al aspecto que querían los señores de Hollywood para la película. Algo que hoy habría sido impensable y habría horrorizado a cualquier miembro de Patrimonio Histórico.

Quien tiene recuerdos de tú a tú con Heston es Luis Aznar, que a sus 92 años aún sigue siendo entrevistado por una razón de peso: fue el director del Corral de la Morería, mítico local flamenco por el que pasaron desde Ava Gardner hasta Elizabeth Taylor. "La primera vez que le vi fue en la puerta del hall que conducía al salón. Me quedé mirándole porque iba muy derecho, con la barbilla hacia arriba". Una actitud pétrea y solemne, parecida a la de sus personajes, rememora Aznar.

"Se solía sentar en la mesa 5. Casi siempre venía con 3 o 4 personas del equipo de sus películas. No tuve una amistad con él, como sí la tuve con otros actores, pero creo que era bastante serio y a la vez atento. Se veía que tenía mucha personalidad", asegura Luis Aznar, que durante su vida ha llegado a retratarse y a conocer a personajes como Greta Garbo o la propia Ava Gardner, de la que fue muy amigo desde aquella vez que la recibió en el aeropuerto de Barajas en 1953. Eso fue años antes de que el productor Bronston aterrizase en España para rodar '55 días en Pekín' o 'La caída del Imperio Romano'.

Un autógrafo y un recuerdo para siempre

Más de medio siglo después de aquel cine, el brillo de Charlton Heston no se apaga. El alzhéimer se lo llevó en 2008, pero se siguen escribiendo reportajes y libros sobre él. Este mes, la editorial Notorious ha publicado 'El universo de Charlton Heston', un repaso a su vida y milagros, que incluye un exhaustivo análisis de su filmografía. El autor del prólogo, el actor Antonio Albella, es otro de los vínculos del intérprete con España, aunque solo sea por la fugaz relación epistolar que mantuvo con él.

Albella vio su dirección postal en la revista 'Fotogramas' y, tal y como hizo con otras estrellas, decidió coger papel y bolígrafo para enviarle una carta al heroico Ben-Hur. "Mi primer recuerdo de Charlton Heston fue viendo 'El planeta de los simios', porque mis padres eran profesores y siempre ponían 'La clave' y la película que incluía el programa. Fue una de las películas que más me impresionaron", relata Albella, que, como el resto de su generación, descubrió, en la mal llamada caja tonta, a aquel hombre que lo mismo se ponía un taparrabos que un uniforme en sus cintas, que abarcaron todos los géneros.

Cuando Antonio Albella fue más mayor, y tras ver a Heston abriendo las aguas del Mar Rojo en la gran pantalla, fue cuando se decidió a escribirle: "Al contestarme con otra carta, me convertí en el héroe del bloque. '¡Ha llegado una carta de Hollywood para Antoñito!', decían los vecinos. Le volví a escribir. Descubrí que se casó un 17 de marzo, justo la fecha de mi cumpleaños. En la segunda carta, que recibí a los 15 días, me puso que él y su mujer estaban muy agradecidos por el recuerdo de esa fecha". Pero los padres de Antoñito le insinuaron que podría molestar al actor y frenaron, indirectamente, aquel cruce de misivas. "Siempre pienso en qué habría ocurrido si, una vez fui actor, le hubiese mandado las críticas sobre mi carrera o detalles de mi trabajo. Estoy seguro de que me habría contestado", reflexiona.

Las cartas demuestran que Heston tenía especial cariño por sus fans españoles, y que nunca buscó los elogios intelectuales, más allá del cariño del público. Quizá porque nunca aspiró más que a entretener, algo que logró a través de ese cine gigantesco (y por fin reconocido por la crítica) del que a menudo fue cabeza de cartel. "Como actor, creo que era bastante lineal. Ese tipo de interpretación lineal favorecía al tipo de películas que hacía. Estas siempre eran más grandes que el propio actor. Películas como 'Ben-Hur' son tan enormes que si las hubiesen hecho actores como Cary Grant o Laurence Olivier las hubiesen ensombrecido", nos señala Albella.

Pese a su fama de conservador, a mediados de los 70 recordó la importancia del cambio en la España de la Transición. "Creo que los cambios que se están produciendo en España revitalizarán no sólo a este país, sino a todo el continente europeo", recogió 'El País'. En 1991, volvió a Peñíscola como invitado en la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Comedia de la localidad. Habían pasado tres décadas del 'Cid' y algunos lugareños recordaban cómo comía paella o los juegos de su hijo Fraser en la playa del Grau.

"España es un país para hacer películas porque tiene infraestructura y todo tipo de paisajes. Hay mar, desierto, montañas y, lo más importante, los intérpretes españoles hablan inglés y los técnicos son muy profesionales", sentenció en 1999, cuando visitó Santiago de Compostela para participar en una serie. Cuando se cumple un centenario de su nacimiento en Illinois, se podría decir que, tras Ava Gardner, Charlton Heston fue la estrella de Hollywood más española. Y quizá por eso, en Madrid, Peñíscola o Extremadura no se olvidan del rostro sereno de Moisés.