La reinvención de la hostelería urbana de lujo

Siempre ocurre lo mismo cuando de una novedad se trata: que genera sentimientos enfrentados. O se ama o se odia; no hay matices de gris entre el blanco y el negro. El Murano de París no escapa a este estigma que trae consigo lo trendy. Concebido como un urban resort, sus huéspedes pueden disfrutar en él de una experiencia que rompe con los moldes tradicionales de la hostelería de lujo.

En el Marais, a tiro de piedra de los bares de la rue Oberkampf y de las tiendas de la Bastilla, el Murano es ahora mismo el lugar en el que lo más chic de la sociedad parisina se pelea por dejarse ver. El hotel, por ejemplo, se llena cada fin de semana de una curiosa y variada clientela para cenar en el restaurante o para disfrutar del brunch. El lounge ofrece comidas ligeras, aperitivos y cócteles en un entorno glamouroso en el que destacan las cálidas tonalidades de las paredes.

El Murano no escatima ni en el tamaño ni en las facilidades de las habitaciones. Nada más proceder al registro, junto a un inmaculado pasillo con una chimenea que parece prolongarse hasta el infinito, el huésped se sorprende al no recibir una llave ni una tarjeta de acceso al dormitorio.

En su lugar, el recepcionista toma una huella dactilar que luego sirve para franquear la entrada al cuarto. Una vez dentro, sorprende el espacioso ambiente de los mismos, así como de los cuartos de baño. Algunas de las suites disponen de piscina, así como de terraza, pero en general los dormitorios cuentan con pantalla LCD, reproductor de CD y DVD o acceso de alta velocidad a internet a través de cable de fibra óptica o Wi-Fi.

El establecimiento se encuentra en una zona destacada en la que los hip hotels se están convirtiendo casi en una obligación. Cerca se halla, por ejemplo, Le Bellechasse, diseñado por Christian Lacroix. Incluso con una competencia tan reñida, el Murano es una opción que vale la pena tener en cuenta.