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Los prodigios naturales de la isla de Montecristo
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Los prodigios naturales de la isla de Montecristo

La isla italiana de Montecristo, en la que el literario Edmundo Dantès encontró un fabuloso tesoro, esconde una riqueza natural única, que interesa a numerosos científicos

Foto: Los prodigios naturales de la isla de Montecristo
Los prodigios naturales de la isla de Montecristo

La isla italiana de Montecristo, en la que el literario Edmundo Dantès encontró un fabuloso tesoro, esconde una riqueza natural única, que interesa a numerosos científicos y ahora se quiere dar a conocer a niños y adolescentes del archipiélago para favorecer la educación medioambiental.

Montecristo es la más agreste y desconocida de las siete islas del archipiélago Toscano (oeste de Italia), cuyas características especiales están protegidas por un número limitado de 1.000 visitas anuales, durante sólo unas horas, desde que en 1988 el Consejo de Europa le atribuyó el ‘diploma europeo’.

El Cuerpo Forestal del Estado es el encargado de proteger la isla y la gestión de las visitas, sobre las que este mes se ha decidido que tengan prioridad los habitantes y estudiantes de la cercana isla de Elba previa realización de un curso sensibilización medioambiental.

Montecristo es "un tesoro natural"; la novela de Alejandro Dumas "creó el mito de otras cosas pero objetivamente su tesoro más precioso es el natural", tal y como reconocen fuentes de los forestales. Su aislamiento, por la lejanía de tierra firme y la dificultad de desembarcar, pues sólo se puede en cala Maestra, son características que han hecho aflorar durante los siglos numerosas leyendas en relación con esta isla de 16 kilómetros cuadrados.

La más famosa tiene origen literario, pues Alejandro Dumas situó en la isla el tesoro encontrado por Edmundo Dantès, siguiendo las indicaciones del abad Faria, en su novela El conde de Montecristo. "Está situada a veinticinco millas de la Pianosa, entre Córcega y la isla de Elba. Montecristo, que ha estado siempre y está todavía enteramente desierta, es una peña de forma casi cónica, que parece lanzada por un cataclismo volcánico desde el fondo del mar a la superficie", según las palabras escritas por Dumas en 1844. Algunas cosas han cambiado muy poco en Montecristo, pues sigue desierta, a excepción del guardián y su mujer, apoyados por dos agentes de Cuerpo Forestal del Estado que se relevan cada semana.

"Encontrábase solo, enteramente solo con aquellas riquezas. (...) Apretóse un instante la cabeza con las manos, como para impedir a la razón que se le escapara, y luego se puso a correr por toda la isla, sin seguir, no diré camino, que no lo hay en Montecristo, sino línea recta, espantando a las cabras salvajes y a las aves marinas, con sus gestos y sus exclamaciones", narra Dumas.

Si en la isla hay o no un tesoro oculto aún está por descubrir, pero para los responsables de la protección de la isla sí existe y es su ecosistema único, su biodiversidad y su ambiente puro y salvaje. En Montecristo se han catalogado más de 300 especies botánicas y entre las animales destacan la foca monje, el halcón peregrino, la escasa águila de Bonelli y las variedades autóctonas de cabra y serpientes.

Las visitas están guiadas por expertos y se limitan a dos recorridos preestablecidos, además de un pequeño museo natural en el que se exponen las principales especies presentes en la isla. Uno de esos itinerarios lleva hasta los restos del convento de San Mamiliano, construido por monjes benedictinos en el siglo VII.

El consejo que gestiona el Parque Nacional del Archipiélago Toscano pondrá en marcha este año un proyecto de educación ambiental dirigido a los estudiantes de secundaria de las islas del archipiélago, informaron a Efe fuentes del mismo. Cada año 300 adolescentes de educación secundaria de la isla de Elba, conocida por ser lugar de destierro de Napoleón, seguirán un curso para aprender a conocer la biodiversidad de la isla antes de visitarla, para lo que tendrán prioridad sobre el resto de personas. El objetivo es que los estudiantes aprendan a valorar la importancia del patrimonio natural de Montecristo y desarrollar los valores de conservación y protección de ese tesoro.

La isla italiana de Montecristo, en la que el literario Edmundo Dantès encontró un fabuloso tesoro, esconde una riqueza natural única, que interesa a numerosos científicos y ahora se quiere dar a conocer a niños y adolescentes del archipiélago para favorecer la educación medioambiental.