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Descanso en el Palacio atlántico de Eugenia de Montijo
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Descanso en el Palacio atlántico de Eugenia de Montijo

Corría el año 1835 cuando una niña de la alta sociedad fue por primera vez a veranear en la costa del País Vasco francés. La localidad

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Descanso en el Palacio atlántico de Eugenia de Montijo

Corría el año 1835 cuando una niña de la alta sociedad fue por primera vez a veranear en la costa del País Vasco francés. La localidad elegida fue Biarritz, un pequeño pueblo a pie de playa –a doce kilómetros de la actual frontera con España– que hizo las delicias de la pequeña, que por aquel entonces contaba con tan sólo nueve años de edad. A pesar de su juventud, o quizá por ella, años más tarde, su pasión por los veranos en la costa atlántica no desapareció.

Su nombre era Eugenia de Montijo, y en 1853 se convertiría en la esposa del príncipe-presidente Napoleón III. La joven, lejos de alejarse de Biarritz, convenció a su marido para que la acompañase a la localidad costera. Napoleón accedió y se instalaron en el Château de Grammont. Esta sería la única vez que el Château fuese su residencia, porque el príncipe disfrutó tanto, que decidió construir un palacio a pie de costa para que toda la corte pudiese acompañar a la pareja a Biarritz.

Napoleón III ordenó entonces la construcción del edificio que hoy alberga el Hotel du Palais, un establecimiento de cinco estrellas cuya seña de identidad son las impresionantes vistas y el cuidado de los detalles para mezclar la solera con que cuenta con los últimos avances en una búsqueda del lujo y el confort.

El palacio, que por aquel entonces llevaba el nombre de ‘Villa Eugenia’, se construyó en un tiempo record: tan sólo diez meses hicieron falta para levantar las estancias que albergarían a la real pareja y a todo su séquito. Tras ellos y sus frecuentes visitas, la flor y nata de la realeza europea se dejó ver por los salones palaciegos. La reina Isabel II de España, el canciller alemán Otto Von Bismark -quien mantenía un idilio con otra de las asiduas de la villa, la princesa Orloff- o el escritor Prosper Merimée fueron algunos de los invitados que acudieron a los veraneos en Biarritz que durante 17 años pasó la pareja Bonaparte-Montijo en la costa.

Tras la guerra franco-prusiana –de 1870 a 1871- la banca parisina se hizo con la propiedad del local, que en 1880 se convertiría en un casino para pasar a ser hotel trece años más tarde. La fastuosidad volvió a las suites del Palais con visitantes como la emperatriz austríaca ‘Sissi’, o los representantes de la alta sociedad rusa. Fue en esta época, recién inaugurado el siglo XX, cuando el hotel tuvo que ser reconstruido tras un incendio. Es en ese momento cuando el palacio incorpora un ala más y queda convertido en el complejo que alberga el Hotel du Palais más moderno.

El hotel actual ha sabido aprovechar el patrimonio histórico y artístico que el paso de personajes ilustres le ha legado. Las habitaciones entre las que predomina la decoración al estilo del Segundo Imperio, contienen elementos de ese legado y están equipadas con pantalla de plasma, conexión a Internet, servicio de habitaciones y minibar.

Las estancias se dividen en habitaciones y suites. Entre las habitaciones, el huésped puede optar por una habitación clásica –de un tamaño de 27 metros cuadrados- o bien por una de lujo –de 32 metros-. Todas ellas tienen vistas a los jardines del palacio, al patio patio Cour d’Honneur o bien a las playas del atlántico.

En el caso de las suites, el hotel dispone de suites junior, residenciales –que llevan el nombre de algún visitante ilustre de la villa- suites reales o imperiales, de una dos o tres habitaciones en torno a un salón privado. Pero para quienes deseen un salón más amplio, el resort tiene habilitados varios salones para reuniones tanto de cuestiones laborales como para aquellos temas un poco más distendidos.

En el Hotel du Palais nada se deja al azar, tanto es así que su restaurante ‘Villa Eugenia’, cuyo equipo de cocina trabaja a las órdenes del chef Jean-Marie Gautier, ha sido galardonado con numerosas distinciones, incluida una estrella de la Guía Michelín. Acompañan al restaurante otras salas y lugares de descanso como es el caso de la sala Rotonde o del Bar Imperial.

El spa del Palacio, cuyas instalaciones se reparten en cinco plantas, también es digno de mención. Está compuesto por una piscina cubierta, jacuzzi, sauna y baños turcos en el sótano, un solarium con terraza en la planta baja, un centro de estética y peluquería en las plantas primera y segunda a cargo de Leonor Greyl la firma de cosméticos Gerlain y un gimnasio que ocupa la tercera y última planta del complejo. Y es que los deportes se han convertido en otra de las apuestas de este resort que ofrece golf, paseos a caballo, pesca y surfeo, uno de los deportes de moda en Biarritz por las olas atlánticas. Para quienes tan sólo deseen relajarse, basta con sentarse en alguno de los jardines o terrazas del Hotel du Palais y dejar que el tiempo se escape observando el mar.

Hotel du Palais

Categoría: Cinco estrellas
Habitaciones: Clásica, de lujo, suite junior, residencial, real o imperial.
Teléfono: 335 59 41 64 00
Dirección: 1 Avenue de L’imperatrice, 64200 Biarritz, Francia
Web: www.hotel-du-palais.com

Corría el año 1835 cuando una niña de la alta sociedad fue por primera vez a veranear en la costa del País Vasco francés. La localidad elegida fue Biarritz, un pequeño pueblo a pie de playa –a doce kilómetros de la actual frontera con España– que hizo las delicias de la pequeña, que por aquel entonces contaba con tan sólo nueve años de edad. A pesar de su juventud, o quizá por ella, años más tarde, su pasión por los veranos en la costa atlántica no desapareció.