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El buen trato y el maltrato
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EL EROTICÓN

El buen trato y el maltrato

La satisfacción en las relaciones eróticas o sexuales depende de muchos factores. Algunos de los más importantes tienen que ver con la relación de pareja, y

La satisfacción en las relaciones eróticas o sexuales depende de muchos factores. Algunos de los más importantes tienen que ver con la relación de pareja, y con el trato y el cuidado que se den los dos miembros de una pareja. Hoy vamos a dedicar unas palabras a hablar de ese buen trato imprescindible en las relaciones amorosas.

El placer y el trato en la relación: es obvio que si dos personas se tratan con ternura, amor, cariño, atención, mimo y cuidado, tienen muchas más posibilidades de disfrutar de su vida erótica y sexual. Por el contrario, si dos personas se tratan con crueldad, con indiferencia, mal humor, falta de respeto, violencia o desprecio, es bastante probable que su sexualidad, y su vida en común, no sea muy satisfactoria. Lo mismo sucede si una de ellas trata de este modo a su compañera o compañero.

El mal trato no influye únicamente en la sexualidad, sino que produce malestar en diversos aspectos de la existencia. Todas las personas debemos defender nuestro derecho a que nos traten bien, con respeto, con ternura, con atención y cuidado, tanto en las relaciones de una noche (algo que a veces no parece tan obvio), como en las relaciones de pareja de muchos años. Y de la misma forma, somos responsables de ofrecer ese mismo buen trato a nuestros amantes y compañeros o compañeras sentimentales.

Buen trato: El buen trato mejora la autoestima y hace sentirse importantes a las personas, amadas, atendidas, equilibradas... El buen trato es algo que se ofrece diariamente, y que se compone de pequeñas y grandes cosas: tener en cuenta a la otra persona, ofrecerle mimos y hablarle bien, respetar y atender sus necesidades, deseos y placer, preocuparse por sus sentimientos, planificar conjuntamente la anticoncepción y prevención de ETS, implicarse de forma equitativa en la crianza y educación de los hijos e hijas comunes, hacer ver que ambos miembros de la pareja son igual de importantes, etc.

Maltrato: El maltrato produce sentimientos intensos de malestar. Empeora la autoestima de las personas y les hace sentirse poco importantes, insignificantes, incapaces, confusas e infelices… Hay muchas formas de tratar bien y muchas formas de tratar mal. Algunas de las formas de tratar mal son muy obvias: los golpes, los insultos…

Otras formas de maltrato son más sutiles y a veces es más difícil percibirlas. Algunos ejemplos serían: amenazas (“si no haces esto, te haré daño…”), golpes a los objetos o las cosas, empujones, demostraciones de violencia física o verbal, conductas de control (“dónde vas, con quién vas, no te vistas así, no te juntes con esta gente…”), conductas de aislamiento: intentar separar a la persona de su familia o amigos, o reducir su grupo de amistades y conocidos, conductas de “vigilancia” (espiar dónde va la pareja o con quién va, leer su correo, escuchar sus conversaciones al teléfono, perseguirla, llamarla constantemente por teléfono, acosarla…), faltas de respeto (burlarse de las opiniones de la pareja, burlarse de su familia y/o amigos, incumplir acuerdos, comentarios humillantes sobre su aspecto, su cuerpo o su forma de ser…), control económico (no permitirle trabajar, controlar su dinero…), violencia sexual (presiones para mantener relaciones coitales contra su voluntad, u otro tipo de relaciones…).

Es cierto que una persona puede en un momento dado “perder los nervios” y tener una mala contestación, hablar mal su pareja, o gritar… sin embargo, las relaciones abusivas o de maltrato se caracterizan porque comportamientos desagradables que pueden ser muy puntuales en algunas parejas, en su caso son bastante frecuentes y se mantienen en el tiempo.

Las conductas aversivas (“de castigo”) o de maltrato en las relaciones abusivas se caracterizan por ser, además de relativamente frecuentes, instrumentales. El hecho de que determinadas conductas sean instrumentales quiere decir que se utilizan con un fin determinado: controlar, someter, dominar. Tienen la intención de quebrar la voluntad de la persona que las sufre, de forma sistemática, para lograr el control.

Muchas de estas conductas pueden parecer impulsivas, por lo que a veces no se percibe su carácter instrumental. Sin embargo, sirven al fin de dominar y someter a otro ser humano. La persona que maltrata obtiene de ello los “beneficios” del control y la dominación, beneficios efímeros ya que estas personas al final suelen ser abandonadas.

En muchos casos, incluso, la persona que abusa logra convencer a la persona maltratada de que es la responsable (y tiene la culpa) de esos malos tratos.

Y de hecho, las personas que viven inmersas en una relación abusiva, siempre andan “con pies de plomo”, mirando bien lo que hacen y dicen, observando (y temiendo) las reacciones de su pareja.

En terapia sexual y de pareja se observan con frecuencia relaciones abusivas que no llegan al maltrato físico, aunque producen también altos niveles de sufrimiento. Parejas en las que uno de los dos miembros humilla, controla y somete al otro miembro, que suele sentirse, por cierto, bastante desdichado. Es frecuente que la persona que maltrata sea un hombre, y la víctima una mujer, pero también se observan casos en los que un hombre es psíquicamente maltratado por su pareja. Es obvio que ambos sexos deberíamos trabajar de forma conjunta para eliminar estas situaciones.

Como es lógico, el maltrato produce que la persona maltratada empeore progresivamente su estado de ánimo. En muchas ocasiones, las personas que son maltratadas mantienen la relación porque esperan (infructuosamente) que la pareja cambie y mejore. Pero por desgracia eso no suele suceder (si algún cambio se produce, suele ser a peor), de forma que la actuación más conveniente en estos casos es abandonar a estas personas.

Existen diversos recursos en las distintas ciudades y pueblos de España para atender a las personas (fundamentalmente mujeres) que están siendo víctimas de malos tratos, la mayoría gratuitos y confidenciales (asociaciones de mujeres, centros de atención a la mujer, servicios de orientación legal, etcétera). También existe un teléfono gratuito de asesoramiento ante el maltrato: 016.

*María Victoria Ramírez es psicóloga y sexóloga.

Asociación www.lasexologia.com

La satisfacción en las relaciones eróticas o sexuales depende de muchos factores. Algunos de los más importantes tienen que ver con la relación de pareja, y con el trato y el cuidado que se den los dos miembros de una pareja. Hoy vamos a dedicar unas palabras a hablar de ese buen trato imprescindible en las relaciones amorosas.

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