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Tanorexia, la extraña adicción al sol
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Tanorexia, la extraña adicción al sol

El nuevo estilo de vida que impera actualmente en nuestra sociedad se está dejando notar en nuestra salud de manera alarmante. Las enfermedades que han surgido

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Tanorexia, la extraña adicción al sol

El nuevo estilo de vida que impera actualmente en nuestra sociedad se está dejando notar en nuestra salud de manera alarmante. Las enfermedades que han surgido asociadas a los nuevos hábitos son múltiples y algunas, incluso, no guardan ninguna relación con la comida o las drogas. Se trata de la llamada tanorexia, un trastorno por el cual aquellos que padecen sienten una atracción irremediable hacia el sol y no dudan en someterse a continuas sesiones de bronceado para lucir lo más morenos posibles. Lo que ocurre es que, como en el caso de la anorexia, la gente no tiene una percepción real de su tono de piel y, por ello, se pasan gran parte de su tiempo intentando conseguir el bronceado ideal. Los afectados suelen tener una media de 27 años, aunque no es difícil encontrar a niños de 15 y 16 años.

La enfermedad, aún sin catalogar, tiene unos síntomas claros y bien definidos. Además de la pérdida de percepción en cuanto al tono de piel obtenido, los afectados sufren ansiedad si pierden una sesión de bronceado. Asimismo no dudan en competir con gente cercana para obtener el bronceado más alto. Hay una cuarta señal que,a los ojos del enfermo no son visibles pero sí para las personas que lo rodean. El exceso de bronceado provoca sequedad y deshidratación en la piel necesitando una mayor cantidad de cremas y tratamientos para paliarlo. Incluso, a largo plazo (y cómo ya le suele ocurrir a los agricultores y ganadores o todo aquél que pase largas jornadas bajo el sol ya sea en verano o en invierno) los tanoréxicos están expuestos a sufrir envejecimiento prematuro, es decir, a tener las líneas de expresión muy marcadas.

Fue en 2005 cuando se habló por primera vez de la tanorexia, si bien todavía la ciencia médica se ha atrevido a definirla como tal. Ese año un grupo de expertos en dermatología lanzaron una investigación en la que se empezó a hablar del tema. En 2006 el estudio fue revisado determinándose que esta adicción al sol se debe a una liberación de opioides mientras se toma el sol. Además el estudio de la University Wake Forest señala que los rayos UV provocan una experiencia placentera en los tanoréxicos, de igual manera que sucedería con las drogas. Obviamente los peligros tienen que ver principalmente con el hecho de padecer cáncer de piel. En casos extremos, los tanoréxicos pueden llegar a ser víctimas de un trastorno dismórfico corporal, una perturbación mental en la que uno es excesivamente crítico respecto a su físico o imagen.

El nuevo estilo de vida que impera actualmente en nuestra sociedad se está dejando notar en nuestra salud de manera alarmante. Las enfermedades que han surgido asociadas a los nuevos hábitos son múltiples y algunas, incluso, no guardan ninguna relación con la comida o las drogas. Se trata de la llamada tanorexia, un trastorno por el cual aquellos que padecen sienten una atracción irremediable hacia el sol y no dudan en someterse a continuas sesiones de bronceado para lucir lo más morenos posibles. Lo que ocurre es que, como en el caso de la anorexia, la gente no tiene una percepción real de su tono de piel y, por ello, se pasan gran parte de su tiempo intentando conseguir el bronceado ideal. Los afectados suelen tener una media de 27 años, aunque no es difícil encontrar a niños de 15 y 16 años.