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El oro marroquí es el aceite de Argán
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El oro marroquí es el aceite de Argán

Pese a ser uno de los tesoros más preciados de Marruecos, el aceite de Argán todavía es un producto desconocido en nuestra mesa… y en nuestro

Foto: El oro marroquí es el aceite de Argán
El oro marroquí es el aceite de Argán

Pese a ser uno de los tesoros más preciados de Marruecos, el aceite de Argán todavía es un producto desconocido en nuestra mesa… y en nuestro cuarto de baño. Y es que no sólo posee propiedades nutricionales sino también dermatológicas e, incluso, cosméticas. Son tan grandes y variados sus beneficios que bien vale su peso en oro, una botella de 20 cl puede llegar a costar unos 17 euros.

El aceite de Argán nace del árbol del mismo nombre, el cual pertenece a la familia de las sapotáceas, de hoja coriácea, flores pequeñas y amarillas y de fruto una especie de dátil. Lo negativo es que su crecimiento es lento y hasta pasados los seis años no comienza a dar frutos. De ellos se extrae el aceite. La forma de recolectarlos, a principios de junio, es bastante curiosa y tradicional, los recogen las cabras. A la vez que se comen las hojas, hacen lo mismo con los frutos a los que quitan el hueso, la materia con que se fabrica el aceite. Y si tradicional: es la forma de recolectarlos aún lo es más la extracción del mismo: se parten los huesos y se muelen las pipas que hay en su interior en un molino de piedra hasta que se convierta en una sustancia parecida a la crema de sésamo. A continuación se pone a secar y en una semana ya estaría listo.

Se trata de uno de los sustentos principales de las tribus bereberes, quienes lo usaban además como producto medicinal. Pese a crecer en ciertas zonas de México y Andalucía, se desarrolla sobre todo en Marruecos, en la franja que va hasta Tarourudant y Tiznit, en el límite sahariano, en lugares secos y con una altitud no superior a los 800 metros. De ahí que se le catalogue como el ‘oro líquido de Marruecos’.

Bueno para todo el mundo

Las ventajas de su uso no dejarán indiferente a nadie y es que sirve para casi todo. Algunos de sus beneficios son los siguientes: da fuerza y brillo al cabello; alivia las quemaduras producidas por el sol; es recomendable para los pacientes con psoriasis; provoca un rejuvenecimiento de las células; ayuda a reducir la tasa de colesterol y otras enfermedades cardiovasculares; trata la fertilidad masculina y femenina; e, incluso, se usa para fortalecer a personas débiles y niños.

Sin embargo, estas no son las únicas propiedades del aceite. Actualmente se está llevando a cabo un estudio por científicos gaditanos y marroquíes con el fin de detectar los posibles efectos anticancerígenos del aceite de argán. Por si esto fuera poco hace tiempo científicos franceses de la universidad de Metz probaron que el aceite provoca un rejuvenecimiento de las células. Además, de acuerdo con las palabras del médico alemán Dr. Peter Schleicher apenas dos cucharadas diarias del aceite bastarían para que se notasen sus efectos curativos.

Pese a ser uno de los tesoros más preciados de Marruecos, el aceite de Argán todavía es un producto desconocido en nuestra mesa… y en nuestro cuarto de baño. Y es que no sólo posee propiedades nutricionales sino también dermatológicas e, incluso, cosméticas. Son tan grandes y variados sus beneficios que bien vale su peso en oro, una botella de 20 cl puede llegar a costar unos 17 euros.