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Comer como en Portugal, sin moverse de Madrid
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GASTRONOMÍA

Comer como en Portugal, sin moverse de Madrid

José Alves y su mujer, María Graca de Eira, son los propietarios de este  restaurante situado en el nuevo barrio madrileño de Montecarmelo. Se trata del

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Comer como en Portugal, sin moverse de Madrid

José Alves y su mujer, María Graca de Eira, son los propietarios de este  restaurante situado en el nuevo barrio madrileño de Montecarmelo. Se trata del sustituto del famoso Don Sol, que fue el primero de la saga y que tuvo que cerrar como consecuencia de los problemas con la comunidad de propietarios del edificio donde estaba ubicado, en la calle de Ramón Gómez de la Serna.

José y María Graca son, asimismo, los propietarios del restaurante Trans os Montes, situado en la zona de Mirasierra, y del que en otro momento hablaremos. Así que, como dice el refranero español, “no hay mal que por bien no venga”, cierran uno y abren otro. Por supuesto, como me comentaba José, con mucho esfuerzo y gran sacrificio económico.

O’Trana Montano es una bombonera. Lo componen tres comedores con acceso para minusválidos. Está situado en una zona nueva de viviendas, muy bien comunicada, con acceso directo en la salida 54 de la M-40 y por la carretera de Colmenar Viejo. De momento no es problemático aparcar.

Ha cuidado con esmero su decoración, empezando por su fachada en granito y su puerta de entrada, dos hojas de madera con cristales emplomados, que forman unas bonitas figuras. Al frente, la barra, con un botellero en madera que causa sensación, y de aquí parte la distribución a cada uno de sus comedores. El de la izquierda tiene ocho mesas y en su pared un bonito mural en azulejos esmaltados de un paisaje del pueblo de Trans os Montes, rematado con otro que es un retrato de Fernando Pessoa, el gran poeta de la lengua portuguesa.

En el comedor de la derecha, otro espléndido mural de Almada Negreiro, artista portugués de afamado prestigio, una vidriera emplomada de la estación marítima de Alcántara en Lisboa y un tercer comedor, presidido por un mural de Miranda do Douro, pueblo natal de José.

La cocina está basada en el bacalao como casi único protagonista, si bien también se pueden tomar otras cosas. En la carta existen dieciocho platos distintos de bacalao, y para poder decir que se han probado todos, es necesario visitar este restaurante cuatro o cinco veces, tomando nota de los platos tomados para no repetir.

Se suele empezar, si es que optamos por hacer una degustación de platos de bacalao, con una ensalada de bacalao sobre una base de tomate y fina cebolla. Después el bacalao dourado, que es un revuelto de bacalao con patatitas paja, o el bacalao de la casa, asado con un sofrito de cebolla y pimentón, o el bacalao a la brasa, con un sofrito de ajo y cebollas... Y así hasta dieciocho platos distintos. Las raciones son abundantes y permiten compartirla entre varios.

Otra alternativa es probar algún guiso portugués, como los callos de bacalao a la portuguesa, las lulas (chipironcitos) estofadas con habitas y jamón o la feijoada transmontana, que lleva siete tipos de carnes cocidas, aliñadas con judías, verduras y arroz.

De carnes, el solomillo, el entrecote y la chuleta de un kilo aproximadamente de la D.O. Aliste.

Para terminar, algo dulce como las filloas caseras, el pastel de morando y alguna otra cosa, siempre acompañada de una copita de Oporto.

La bodega es buena, con vinos blancos similares a nuestros vinos gallegos y tintos de la ribera alta del Douro, parecidos a los de la zona de la denominación de origen Toro. Y, por supuesto, disponen de todos los tipos de Oporto que uno desee.

Precio medio: 45 €
Avenida del Monasterio de El Escorial c/v Monasterio de Silos, 11 (Montecarmelo)
Teléfono: 917297147
Cierra domingos y lunes por la noche.

 

 

José Alves y su mujer, María Graca de Eira, son los propietarios de este  restaurante situado en el nuevo barrio madrileño de Montecarmelo. Se trata del sustituto del famoso Don Sol, que fue el primero de la saga y que tuvo que cerrar como consecuencia de los problemas con la comunidad de propietarios del edificio donde estaba ubicado, en la calle de Ramón Gómez de la Serna.