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Belleza vintage: cuando la teletienda era tu personal shopper
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Belleza vintage: cuando la teletienda era tu personal shopper

Sus anuncios daban vergüenza ajena, pero podía solucionarte cualquier problema 'beauty'. Hoy nos entregamos a la nostalgia en brazos de... ¡la teletienda!

Foto: Sí, nosotros tampoco podemos dejar de mirarla
Sí, nosotros tampoco podemos dejar de mirarla

¿Quién no ha tenido alguna vez insomnio y ha terminado encendiendo la tele a las tantas para intentar dormirse viendo un anuncio de baba de caracol? ¿Y quién no se ha quedado hipnotizado como un zombi viendo la teletienda en bucle? No sé si serán los doblajes chusqueros, esa gente salida de los años 80, la sonrisa forzada de la señoras que consiguen entrar en una faja milagrosa o ese olor a naftalina que puede percibirse saliendo incluso de los televisores con pantalla LED y tecnología Smart TV, pero el caso es que la teletienda engancha. Sobre todo, a las tres de la mañana.

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Teletienda

Más allá de su poder para doblegar voluntades -que siempre juega con el descuento especial a las 50 primeras llamadas-, la teletienda nos ha dejado un buen número de inventos y fórmulas para estar más guapos, más jóvenes, más delgados y más fuertes. Si no te lo crees, echa un vistazo a la selección que hemos recopilado.

El Thigh Master

¿Quién no recuerda este aparato anunciado por la mismísima Suzanne Somers? Esa bolita roja era el centro de un aparato especialmente diseñado para ejercer tal resistencia que a tus músculos de brazos y piernas no les quedaba más remedio que tonificarse y ponerse bien fuertes. Eso sí, solo parecía funcionar si sonreías todo el rato. Y, como cualquier aparato de teletienda que se precie, podías utilizarlo mientras llevabas a cabo tareas relajantes como ver la televisión o tomar el sol.

El Topsy Tail, también conocido como Hair Loop

¿Que toca peinar rapidito a la niña? ¿Que tienes una reunión y no sabes qué hacerte en el pelo? ¿Que hay que ir al gimnasio y se te viene la melena a la cara? Todas estas preguntas tenían una única solución en los 90: Topsy Tail. Esta especie de palo terminado en un óvalo, cuya versión barata podía encontrarse en las tiendas de Todo a 100, se convirtió en uno de los imprescindibles de belleza de aquellos años por transformar una coleta sencilla en un recogido con 'glamour' en un tiempo récord. Por favor, que no vuelva a ponerse de moda.

El Total Gym

A ver, debo confesar que, así de primeras, un aparato de gimnasia apadrinado por Chuck Norris me da respeto. Mientras que a personajes como George Foreman o María Patiño solo les ha dado por vendernos aparatos para cocinar, nuestro Ranger de Texas preferido nos ofrece la solución para estar tan en forma como él: un aparato de gimnasia para torpes que promete ejercitar todos los músculos de tu cuerpo con el mínimo esfuerzo y sin salir de casa. Es tan bueno que convenció hasta al mismísimo Wesley Snipes (minuto 2:40).

Celltone (la baba de caracol)

¿Asqueroso? Sí ¿Eficaz? A saber. La crema hecha a base de baba de caracol ha sido uno de los anuncios más impactantes de la teletienda y precisamente es su repugnancia lo que nos plantea la duda sobre su eficacia: algo tan asqueroso solo es vendible si es eficaz, ¿no? Cualquier otro fabricante hubiese apostado por ingredientes más 'amables' como sonrisas de unicornio o unas gotas de la fuente de la vida eterna, pero no: Celltone apostó por la realidad más sucia y así se quedó en nuestro cerebro para siempre.

Sauna Belt

Si en algo se parecen todos los aparatos de teletienda, es en que su uso te ayuda a adelgazar mientras ves la tele. Así, sin moverte del sofá. Y entre estos productos destacaba el Sauna Belt: un cinturón que hacia sudar tu abdomen y que tenía más pinta de provocarte una deshidratación severa que de ayudarte a bajar de peso.

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¿Quién no ha tenido alguna vez insomnio y ha terminado encendiendo la tele a las tantas para intentar dormirse viendo un anuncio de baba de caracol? ¿Y quién no se ha quedado hipnotizado como un zombi viendo la teletienda en bucle? No sé si serán los doblajes chusqueros, esa gente salida de los años 80, la sonrisa forzada de la señoras que consiguen entrar en una faja milagrosa o ese olor a naftalina que puede percibirse saliendo incluso de los televisores con pantalla LED y tecnología Smart TV, pero el caso es que la teletienda engancha. Sobre todo, a las tres de la mañana.

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