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Halloween viajero: el castillo de Drácula y otros destinos para pasar mucho miedo
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Halloween viajero: el castillo de Drácula y otros destinos para pasar mucho miedo

¿Te atreverás a subir a la Colina de las Cruces en Lituania? ¿Entrarás al Osario de Sedlec en la República Checa? ¿Y darte un paseo por Belchite o peregrinar a San Andrés de Teixido en Cedeira?

Foto: El Castillo de Drácula, en Transilvania, Rumanía. (Foto: Bran Castle)
El Castillo de Drácula, en Transilvania, Rumanía. (Foto: Bran Castle)

No nos vamos a quedar de brazos cruzados este Halloween, vestidos de momia o de Morticia Addams en el sofá mientras Drácula nos sonríe desde la esquina, que pensándolo bien tampoco está mal, sino que vamos a hacer las maletas, apostándolo todo al 'total black' -esto es muy 'dark'-, y a desplazarnos al lado oscuro de nuestra galaxia (sin metáforas). Queremos decir que estamos deseando ir, en un acto de frikismo sin igual, a pasar mucho miedo. Si estabas acariciando la idea de disfrutar de un fin de semana en la Ciudad de la Luz, déjalo para otra ocasión. Ahora toca transportarse al reino de la oscuridad. De la República Checa a Cedeira. Halloween, o el Samhain, es así.

Osario en Sedlec, en la República Checa

Hay que armarse de valor y ser muy amigo de los cementerios para ir de visita de placer al Osario de Sedlec y colarse en su misterioso inframundo. El escenario no podía ser más escalofriante ni más oscuramente bello. Recreado por el arquitecto Jan Blazej Santini Aichel (1677-1723) sobre los restos mortales de cuarenta mil personas, como si fuera otra reflexión del Hamlet de Shakespeare sobre la fugacidad de la vida. Hay cruces, cálices, custodias, arañas y todo el atrezo que te puedas imaginar. Le sobra teatralidad.

placeholder ¿Entrarás? (Foto: Czech Tourism)
¿Entrarás? (Foto: Czech Tourism)

Realmente es la capilla subterránea de la Iglesia de Todos los Santos que formaba parte de un monasterio cisterciense con leyenda, la de uno de sus abades que viajó a Jerusalén y trajo un puñado de tierra de Tierra Santa. Está cerca de Kutná Hora, en la República Checa, que es una preciosa ciudad histórica. No dejes de visitar la catedral de Santa Bárbara.

La Colina de las Cruces, en Lituania

En la carretera que va de Kaliningrado a Riga, en la ciudad de Siauliai, se alza esta colina que no se podía llamar sino como se llama. Hay la friolera de medio millón de cruces de todo tipo y condición. Las que han ido colocando los creyentes desde que Lituania se hizo católica; hasta el Papa Juan Pablo II puso la suya (en 1993). O puede que fuera a raíz de la represión de las autoridades zaristas del Imperio Ruso tras la insurrección de 1831. La cuestión es que se trata de un lugar de culto y sagrado, por eso nunca se pudo anegar (hubo varios intentos durante la etapa soviética), aunque sí prohibir. Solo verlo ya da pasmo. Curiosamente, la fabricación artesanal de cruces es gloriosa en Lituania.

placeholder La Colina de las Cruces. (Foto: Lithuania Travel)
La Colina de las Cruces. (Foto: Lithuania Travel)

Derry, en Irlanda del Norte

En Derry, el Halloween es todo un carnaval. Esto quiere decir que durante estos días, del 28 a 31 de octubre, no verás ni la sombra de alguien sin disfraz y sí a ti mismo, transformado también, entre vampiros, zombis, fantasmas que aparecen en casas encantadas, recorridos fantasmagóricos y otras atracciones, o brujas tramando el más espeluznante de los aquelarres. En esta ciudad irlandesa amurallada llevan a gala ser la cuna de Halloween, ese festival ancestral irlandés celebrado como Samhain (el final del verano), porque el 31 de octubre se consideraba el último día del año y la noche en que los muertos se mezclaban con los vivos. Y ya que te encuentras por aquí, aprovecha para ver la maravillosa península de Inishowen, al oeste de Derry-Londonderry. Sin olvidar, eso ni por asomo, la ruta costera y muy mágica de La Calzada del Gigante.

placeholder Una escena del Derry Bram Stoker Festival. (Foto: Tourism Ireland)
Una escena del Derry Bram Stoker Festival. (Foto: Tourism Ireland)

San Andrés de Teixido, en La Coruña

En un lugar de Cedeira, allá en las Rías Altas, hay un santuario de los que lo saben todo del mar, como el de Nosa Señora da Barca en Muxía, solo que a este van de muertos los que no fueron de vivos, tal y como reza el dicho popular. Así que a lo sobrecogedor y literario que siempre resulta el Atlántico con todas sus historias y leyendas de marineros y naufragios, se suma esta procesión de almas en pena en medio de la oscuridad y con los abisales acantilados como telón y al fondo. San Andrés de Teixido, que así se llama el templo, está a 140 metros sobre el nivel del mar.

placeholder San Andrés de Teixido, al menos una vez en la vida. (Foto: Turismo Galicia)
San Andrés de Teixido, al menos una vez en la vida. (Foto: Turismo Galicia)

Ponerle imaginación aquí, en Galicia, te será más que fácil. Peregrina tú también de vivo y ya no tendrás que hacerlo después. Y hazlo, a poder ser, en el Samhain, en el comienzo de la época oscura. Durante la noche del 31 de octubre, los espíritus vuelven a caminar entre los vivos. Es la hora de adentrarse en el casco viejo, con pasacalles a oscuras, asistir a la quema de la gran calabaza a orillas del río o esperar a que se cruze en el camino la Santa Compaña.

Belchite, en Zaragoza

Esta también es de película y de película de cine español, de una (más) sobre la Guerra Civil, ambientada en el pueblo abandonado de Belchite. O mejor dicho, una aldea fantasma donde todavía se escuchan los ecos de la contienda: los lamentos de las más de 6.000 personas que murieron en la batalla. En la Oficina de Turismo tiran el guante: te invitan a una visita nocturna, si te atreves, para el día 31 de octubre. Estas noches suelen ser la pasión de aficionados a los fenómenos paranormales, amantes de la astronomía, investigadores y fotógrafos. Y la oportunidad de conocer qué pasó en esas tierras desde julio de 1936 hasta el 'la guerra ha terminado' de 1939. No temas, las hay diurnas. Ahora bien, de día también sobrecoge.

placeholder Belchite, una aldea fantasma. (Foto: Turismo Belchite)
Belchite, una aldea fantasma. (Foto: Turismo Belchite)

El castillo de Bran, en Rumanía

Podíamos haber dicho también el castillo de Drácula en Transilvania, concretamente cerca de Brasov, que es lo que tiene tirón. Esa fortaleza medieval realmente espectacular, más allá de toda la literatura de Bram Stoker, jamás tuvo relevancia militar ni sufrió asedio alguno. Jamás vivió Drácula aquí, ni tan siquiera, dicen, Vlad III Draculea, el Empalador (siglo XVI, el personaje histórico que al parecer inspiró a Stoker), pero sí la reina María de Rumanía que lo tuvo como residencia de verano en los años veinte y treinta. ¿Pasaría miedo? El paisaje que lo abriga es espectacular. Curiosamente los interiores no son nada tétricos y tiene hasta un pabellón de té o una casita que lleva el nombre de la princesa Ileana. Lo rodean casas tradicionales rumanas.

placeholder Así es el castillo de Drácula que realmente no lo es. (Foto: Bran Castle)
Así es el castillo de Drácula que realmente no lo es. (Foto: Bran Castle)

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No nos vamos a quedar de brazos cruzados este Halloween, vestidos de momia o de Morticia Addams en el sofá mientras Drácula nos sonríe desde la esquina, que pensándolo bien tampoco está mal, sino que vamos a hacer las maletas, apostándolo todo al 'total black' -esto es muy 'dark'-, y a desplazarnos al lado oscuro de nuestra galaxia (sin metáforas). Queremos decir que estamos deseando ir, en un acto de frikismo sin igual, a pasar mucho miedo. Si estabas acariciando la idea de disfrutar de un fin de semana en la Ciudad de la Luz, déjalo para otra ocasión. Ahora toca transportarse al reino de la oscuridad. De la República Checa a Cedeira. Halloween, o el Samhain, es así.

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