Cinco consejos para alargar la vida de tu ropa deportiva
Cuándo desechar o no las prendas que utilizas para correr o ir al gimnasio. He aquí la cuestión. Aquí van algunos trucos para conseguir que dure más... y mejor
¿Eres de los que aprovechan la camiseta de promoción que dan en el súper al comprar dos cajas extragrandes de cacao soluble? Pues estírate un poco si has decidido hacer deporte de manera continuada... y si no, también. Y no ya por una cuestión de ir a la moda, ni siquiera por lucir palmito, sino por tu propio bien. Porque el ‘dress code’ –esto es, vestirse de forma adecuada para cada ocasión– bien llevado –y ahora nos estamos refiriendo a la equipación deportiva– te facilitará los movimientos a la hora de entrenar, te permitirá una buena transpiración, te protegerá de las inclemencias del tiempo sin perjudicar tus marcas, etc.
Así que olvídate del chandalismo y revisa tu armario ‘fit’, porque tan importante como saber qué ponerse es conocer cuándo deshacerse de ese culote que marca tus atributos, pero está tan desgastado que apenas amortigua sus posaderas en el sillín, o ese ‘bra’ que dejó hace tiempo de llevar por delante el ‘wonder’.
Dicho esto, es importante que sepas que, como todo en la vida, nada es para siempre y que la ropa deportiva también tiene fecha de caducidad. He aquí algunas pautas para que te dure lo más posible en buen estado.
1. Si lo primero que haces cuando compras unas mallas es cortar la etiqueta, ya la estás liando. A menos, claro, que la guardes como oro en paño. “Es fundamental mirar los componentes con los que se ha fabricado, pues algunas no admiten su lavado a altas temperaturas o el secado”, explica Daniel Klarkowski, experto de la marca Fabletics.
2. Quizá no controles todos los programas de la lavadora y la pongas por defecto en el que tienes predeterminado, pero así solo le estarás restando años de vida a tus prendas. Como recuerda el experto, “la mayoría de la ropa deportiva está hecha con materiales de secado rápido”, así que pasarla por la secadora no solo es prescindible, sino contraproducente, porque la desgastará a la velocidad de los 100 metros lisos de Usain Bolt. Si es posible, déjala secar en una superficie plana, ya que si la cuelgas el peso del agua puede deformar la prenda.
3. Si lo tuyo es destacar o si te gusta que te vean de lejos con esa camiseta verde fosforito, atento: “La ropa muy colorida debe ser lavada al revés para proteger los estampados de las prendas. Y la clara o blanca ha de lavarse separada de los colores más oscuros o muy intensos”. Y en todos los casos, es mejor utilizar el jabón líquido que en polvo, que daña y deja más residuos.
4. La plancha, bien guardada. La mayoría de la ropa deportiva no se arruga, y si lo hace, ¿qué más da? Plancharla solo deteriorará las fibras… si es que no la quemas antes. Mejor que sea el roce provocado cuando lo das todo en la clase de powerlifting, en Crossfit, cogiendo pesas, etc… la que haga un roto.
5. ¿Te has gastado una pasta con la ropa de compresión? Pues no la estropees. Klarkowski recomienda tener dos precauciones adicionales: “No lavar a más de 30 grados para no estirar el material que crea la compresión y no utilizar suavizante. Si necesitas quitar un mal olor que no se va, agrega unas gotas de vinagre blanco durante el lavado”.
Dicho esto, hay que terminar recordando que si la ropa deportiva es de calidad y se cuida bien puede durar años (claro está, si no pretendes terminar un ironman y cada día haces un intensivo de natación, bici y atletismo). Incluso, algunas características de determinadas prendas, como las impermeables, recuerda el especialista de Fabletics, se pueden renovar: “Existen sprays que recuperan el efecto aislante o repelente de agua de un cortavientos”.
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¿Eres de los que aprovechan la camiseta de promoción que dan en el súper al comprar dos cajas extragrandes de cacao soluble? Pues estírate un poco si has decidido hacer deporte de manera continuada... y si no, también. Y no ya por una cuestión de ir a la moda, ni siquiera por lucir palmito, sino por tu propio bien. Porque el ‘dress code’ –esto es, vestirse de forma adecuada para cada ocasión– bien llevado –y ahora nos estamos refiriendo a la equipación deportiva– te facilitará los movimientos a la hora de entrenar, te permitirá una buena transpiración, te protegerá de las inclemencias del tiempo sin perjudicar tus marcas, etc.