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Estas son (de verdad) las aventuras con las que fantasean las españolas
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Estas son (de verdad) las aventuras con las que fantasean las españolas

Imaginar que rompes con las reglas es solo el primer paso para convertir las fantasías en realidad

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Todos tenemos un lado prohibido. Una cara oculta que, por comodidad, rutina o miedo, no siempre revelamos… Pero y si de la noche a la mañana, pudieras coger tus maletas, dejar todo –trabajo incluido- y escaparte, ¿lo harías? El 42% de las españolas se atrevería a aceptar el reto. Y no se quedaría precisamente cerca de casa. Sino que escogería para hacerlo una cabaña en una isla desierta viviendo de lo que le ofrece la propia tierra. Otras tantas (38%) elegirían también un lugar recóndito, pero en la montaña –para gustos, colores-, y allí esperarían a que llegara su leñador soñado.

Este es solo uno de los resultados del test '¿Te gusta correr riesgos?' que publicamos hace unas semanas y en el que han participado cerca de 7.000 mujeres. El resto de las respuestas no deja lugar a dudas: las españolas están dispuestas a romper las reglas para conseguir lo que se proponen. O, al menos, a fantasear con ello. “El hecho de que esté en tu cabeza correr ese riesgo o atreverte con esa aventura es ya el primer paso. Es como la famosa ley de atracción: si lo crees, lo creas”, afirma la coach Almudena Gómez.

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Junto con la idea de escapar a una playa o montaña escondidas, otro deseo oculto de las encuestadas sería irse una semana a un hotel de lujo para desconectar. Es más: siete de cada 10 –el porcentaje más alto de todo el test– confesaba que sería capaz de inventarse un congreso o un viaje de trabajo ficticio para así irse sola. Sin pareja, ni amigas, ni amantes. So-la. “Lo de viajar sola sigue siendo un reto para muchas mujeres. Además, oculta otra realidad: que cada vez necesitamos más romper con el día a día y que el tiempo se ha convertido en el mejor regalo que te pueden hacer”, sostiene Almudena, experta en coaching emocional y para mujeres.

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También nos saltaríamos los convencionalismos en temas de moda: la mayoría -78%- se pondría transparencias con ropa interior negra o iría a una boda con calzado plano (¿y quién no?). Si hablamos de correr riesgos en el amor, pocas se quedan con eso de 'mejor lo malo conocido'. La idea de tener una aventura con un compañero de trabajo triunfa por encima de volver con ese primer novio que dicen que nunca se olvida. ¿Qué esconden estas fantasías? “Realmente tras ellas se observa confianza. Que se sienten seguras de, llegado el caso, ser otra persona; capaces de romper con todo y sin temor”, explica la experta.

Pero, ¡ay!, cuando se trata de economía, somos instintivamente más conservadoras. Nuestro plan perfecto (77%) para disparar la adrenalina sería irnos de shopping a París con amigas pero –eso sí– con una tarjeta sin límite. Y a la hora de invertir su dinero, cuatro de cada 10 buscarían un buen banco antes que darse un capricho en forma de bolso de lujo.

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En resumen, según los resultados de nuestra encuesta, las españolas se sitúan en la franja del inquieto atrevimiento. Esa que combina rebeldía, atrevimiento y riesgo con un toque de prudencia. Es el equilibrio perfecto, como el aroma del nuevo Eau de Toilette L’Interdit de Givenchy. El frasco encierra un aroma con un espíritu desafiante. El acorde inesperado de amapola, combinado con un bouquet blanco (flor de azahar y nardo) y una nota de vetiver y pachulí, emana un soplo liberador. Es ese empujón que nos hace falta para desvelar la parte secreta –tener una aventura, jugar con las transparencias, escaparse a una isla desierta…- que esconde cada mujer.

Todos tenemos un lado prohibido. Una cara oculta que, por comodidad, rutina o miedo, no siempre revelamos… Pero y si de la noche a la mañana, pudieras coger tus maletas, dejar todo –trabajo incluido- y escaparte, ¿lo harías? El 42% de las españolas se atrevería a aceptar el reto. Y no se quedaría precisamente cerca de casa. Sino que escogería para hacerlo una cabaña en una isla desierta viviendo de lo que le ofrece la propia tierra. Otras tantas (38%) elegirían también un lugar recóndito, pero en la montaña –para gustos, colores-, y allí esperarían a que llegara su leñador soñado.

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