La Corinna de los regalos: a quién acuden los famosos para acertar con sus mujeres

Acertar con los regalos de cumpleaños, aniversario, ‘mesiversario’ y otras fiestas de guardar resulta todo un arte. ¿Lo tendrá? ¿Será este el color que quería? ¿Y la talla? Infinidad de factores influyen en una decisión que aunque acertada a priori (primer paso superado), puede terminar en fracaso. Algo estrepitoso si la tarea se une a un nuevo componente, la exclusividad, y a otro de sobra conocido, la falta de tiempo.

Movernos en las delicadas e inaccesibles aguas del lujo complica aún más la tarea. Lo que queremos normalmente no lo hay (drama al canto). Objetos de deseo que puestos a pedir encabezan nuestras listas de must have y que la idea de encontrarlos, en la mayoría de ocasiones, se convierte en algo casi imposible. Al menos para nosotros, ciudadanos de a pie sin contactos en las altas esferas de la moda ni provistos del increíble radar que posee Virginia Ibáñez, creadora de La Agencia Secreta.

Esta personal shopper se sale literalmente de los esquemas. No hay prenda, joya o bolso que se le resista. Y es que, aunque afirma que no obra milagros ni consigue imposibles, lo cierto es que es lo más cercano a un hada madrina de las compras que conocemos. Una auténtica conseguidora de caprichos o lo que es lo mismo.

Futbolistas, empresarios, actores y muchos vips contratan sus servicios para no fallar nunca en esta difícil tarea y también para satisfacer algunos de sus caprichos más exclusivos. Lo mismo ocurre con influencers y celebrities entre las que tener las primeras el artículo de moda supone una auténtica obsesión.

Desde zapatos por encargo hasta comprar una chaqueta de Chanel (la única a la venta en el mundo) en Boston, no hay excentricidad en el mundo que Virginia no sea capaz de conceder. Eso sí, tiene que cumplir con dos criterios: que sea de temporada (no consigue prendas descatalogadas) y que no estén agotadas de fábrica. “No somos Lourdes, no hacemos milagros”, explica con gracia Ibáñez.

Tras más de una década en funcionamiento, las peticiones han sido de lo más variadas: de relojes de lujo a anillos de compromiso (¿se lo pueden creer?). No obstante, si ha habido un boom, ha sido el del auge de las influencers y de todas las seguidoras que detrás de ellas desean lo que se pone.

Si ya de por sí ellas no llegan las primeras (ya está todo inventado), encontrar lo que se ponen, normalmente agotado, resulta una labor complicada. Las sneakers Triple S de Balenciaga, las pulseras tejidas de Dior o las superdeseadas iniciales de Céline son algunas de las peticiones más frecuentes entre las que reciben a diario.

Lo traen de tiendas de Europa, Dubái e incluso de Estados Unidos, siempre de primera mano y bajo demanda. ¿Se puede ser más exclusivo? En la era de internet, han reivindicado que las personas siguen siendo las mejores aliadas para cumplir todos los deseos.