Los invitados mejor y peor vestidos de la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio

Norma número 1: nada de fotografías y vídeos. Pero ¿cómo? Estoy invitada a la boda más importante del año y ¿no puedo dejar constancia de lo ideal que voy?

Norma número 2: quedan rotundamente prohibidos los colores rojos, naranjas, rosas, verdes y blancos. ¿Resultado? Si creías que los 400 invitados a la boda iban a seguir la tónica de ‘todo negro’ de los Globos de Oro de 2018… errabas, tanto como lo han hecho ellos… Bueno, casi todos.

Entre las mejor vestidas -mención aparte merecerían los chaqués masculinos- destacaba Virigini Troconis, poco arriesgada, siguiendo las normas cromáticas y con un vestido de cuerpo entallado y falda de vuelo, todo en un aceptable azul bebé.

La amplia afluencia de WAG (esposas y novias de jugadores de fútbol) prometía, cuando menos, colorido y diversidad de estilos… Siempre con permiso de la rigurosa y cromática etiqueta impuesta.

Alice Campello acudió con un vestido en elegante azul noche, de cuerpo sencillo pero muy ajustado, dejando la espalda al aire, anudada por ligeras tiras. Para el peinado, la italiana optó por trenzar parte de su cabello y así despejar su rostro.

La cantante Lorena, novia de René, hermano de Sergio Ramos, eligió un color de los no prohibidos, el morado, y optó por ponérselo todo encima: encaje, transparencias, bordados, brillo, abertura para presumir de pierna y, por supuesto, un hombro libre para lucir bronceado.

El exjugador del Real Madrid, Mateo Kovačić, acudió con un chaqué azul y su mujer, la bellísima Izabel, apareció con uno de los vestidos más bonitos y evocadores de la boda. Un diseño drapeado, con falda de tul en azul grisáceo. Para continuar con el look de diosa griega, la croata dejó su cabello suelto con ondas amplias y muy marcadas.

La mujer del central del Real Madrid acertó con el tono del vestido y aunque entendemos la inspiración flamenca, no termina por convencernos. El pronunciado escote tampoco encajaba con el protocolo para acudir a la catedral de Sevilla.

Naty Abascal. Ella, diosa vestida de rosa. Con un diseño en crepé fucsia firmado por el desaparecido Óscar de la Renta, la socialite fue una de las mejores vestidas de la boda del año.

Jesús Nava, exjugador de la selección y sevillano como Sergio Ramos, acudió en un impoluto chaqué. Lo que nos falla más es el diseño demasiado cerrado de su mujer, que debió de pasar mucho calor al llevar un tejido tan grueso y además en negro. El moño le hacía un flaco favor.

Sin duda, el vestido de Victoria que lució Silvia Nastal, mujer de Julio Baptista, fue uno de los más elegantes y retro de la celebración. Sobrio en su justa medida y acompañado de un peinado y maquillaje muy sencillo, brilló por sí solo.

Victoria es la única mujer capaz de acudir a tu boda vestida de blanco y conseguir que la admires. Con el mismo vestido que se pusiera Meghan Markle durante su embarazo, parece que el cromático protocolo no le hizo demasiada gracia y por ello, no contenta con aparecer de blanco y con gafas de sol, se plantó unos salones en rosa fucsia, otro de los colores prohibidos. Aun con todo eso, fue de las mejor vestidas.

El portero más dicharachero de la selección española y su mujer acudieron casi con el mismo color y, aunque pasaron desapercibidos, el vestido de paillettes y el pronunciado escote nos recordaban más a unos premios de alfombra roja que a una boda.

Continuando con los looks demasiado festivos, Andrea Salas, mujer de Keylor Navas, jugaba con una tonalidad crema salpicada por un diseño que recordaba a los arrecifes de coral, pero en azul Klein. Apertura lateral a lo Angelina Jolie y tacones con plataforma completaban su outfit más propio de los Grammy.

Uno de nuestros looks preferidos es el de la presentadora Nuria Roca. Un vestido wrap con hombreras en un favorecedor morado que resaltaba el bronceado de la presentadora. Cinturón amarillo, clutch rosa y sandalias de cuña. Cómodo, veraniego, elegante y superfavorecedor.

Y por último, una de las apariciones más esperadas, la que confirmaba el romance de Marco Asensio y Sandra Garal. Ella, impoluta con un vestido de tirantes con cuerpo bordado y falda drapeada, iba muy juvenil y sencilla. Su azul bebé era ideal.

De nuevo recordamos para justificar a aquellos que no han superado nuestro criterio: Sevilla, 5 de la tarde, 30 grados marca el termómetro, pero la sensación térmica hace que pasear por la plaza del Triunfo parezca hacerse el París-Dakar en chanclas, para sumarle complicaciones a la difícil tarea de ser invitado y acertar en la boda del año. La alfombra roja de los Oscar requiere menos preparación.

Y, por último, guardemos un minuto de silencio por el protocolario ‘los hombres de chaqué’ que recibieron como una orden los invitados de la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos y que reinterpretaron a su entender.