Pamela Anderson, un icono de moda en el tiempo equivocado

Febrero empieza para los seguidores de las series de televisión a toda velocidad. El miércoles día 2 llega al catálogo de Disney+ 'Pam & Tommy', el biopic sobre la relación amorosa de Pamela Anderson y Tommy Lee, batería del grupo de rock Mötley Crüe, y primer marido en la vida de Anderson.

La serie, protagonizada por Lily James en el papel de ella y por Sebastian Stan en el de él, promete, pero no vamos a destriparte nada de ella. No es nuestra intención detenernos en la parte privada de Pamela Anderson, sino aprovechar el estreno de la ficción sobre una etapa concreta de su vida privada para abordar una nueva mirada a su personaje público, la Pamela Anderson icono mundial de los años 90. Una mujer etiquetada por sus excentricidades, víctima de la cultura del culto al cuerpo que marcó a la sociedad occidental, y recordada por todo ello de manera equivocada por una generación, la millennial, que desconoce en gran medida que Pamela Anderson fue mucho más que una mujer objeto, sobre todo en el campo de la moda.

Suena arriesgada esta teoría de Pamela Anderson como precursora de estilo, pero hay argumentos de sobra que refuerzan la opinión de quienes creemos que Anderson, simplemente, se hizo famosa en la década equivocada. Solo hay que ver la dimensión adquirida por mujeres cuyo estilo evoca en cierto modo al de Pamela y otros iconos de comienzos de los 90, como es el caso de Kim Kardashian.

Carrera meteórica

Que Pamela Anderson es una adelantada a su tiempo lo demuestra hasta la anécdota que le cambió la vida. Cuando a finales de los 80 acudió en Vancouver (ella es canadiense de nacimiento) a presenciar un partido de fútbol americano. Lo hizo envuelta en una camiseta de la cerveza Labatt. El videomarcador del estadio pinchó su imagen y fue tal la reacción del público que tuvo que bajar al terreno de juego. La marca de cervezas le ofreció su primer contrato publicitario y antes incluso de que terminara la década de los 80 ya se había publicado su primer posado en 'Playboy'. En 1992, se estrenó 'Los vigilantes de la playa', donde Pamela dio vida a C. J. Parker, el personaje que definitivamente la convirtió en una de las mujeres más famosas del planeta. Todo en tiempo récord.

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Pues bien, en esta breve sinopsis de su camino al estrellato ya hemos citado, de pasada, dos detalles de estilo en los que Pamela Anderson ha sido una precursora. Por un lado, lo fue sin querer de la ropa de merchandising cuando decidió aquella noche lucir la camiseta de la cerveza Labatt. Tres décadas después de aquello la gente se ha vuelto loca con unas deportivas con los colores corporativos de Lidl, Carrefour ha lanzado una línea con prendas vintage de las extintas Pryca y Continente, y las colecciones cápsula de firmas como Coca-Cola están a la orden del día en las principales marcas fast fashion. ¡Hasta Moschino se ha inspirado en los últimos años en productos como McDonalds para sus colecciones de alta costura!

Y, por otro lado, el bañador de tiro alto, la línea que hoy dibujan la inmensa mayoría de los bikinis y bañadores que son tendencia en verano. Pamela fue, junto a sus compañeras en 'Los vigilantes de la playa' (ella fue sin duda la que más impacto mediático tuvo), quien popularizó por primera vez este corte de ropa de baño con aquel inolvidable diseño rojo imitado una y otra vez desde entonces, especialmente a lo largo del último lustro.

La reina del cut out

Ya convertida en icono mundial, Pamela Anderson era una asidua de las alfombras rojas y fiestas más mediáticas de los años 90. Su condición de estrella de la época, personaje deseado por todos los organizadores de eventos por su indiscutible capacidad de reunión, nos permite disfrutar de una hemeroteca muy completa sobre el armario de la modelo y actriz.

Sabemos, por ejemplo, que fue de las primeras mujeres en apuntarse a los vestidos cut out, que vivieron su primera época de esplendor a comienzos de los 90 —cómo olvidar el diseño de Versace con imperdibles dorados que llevó Elisabeth Hurley en el estreno de 'Cuatro bodas y un funeral' en el año 94, por ejemplo—, y al bautizado como 'side boob', el escote lateral, que en la actualidad es uno de los recursos de estilo favorito de los creadores de vestidos de fiesta.

También hay fotografías de sobra para comprobar que Pamela Anderson llevó como pocas celebrities de la época la tendencia 'denim on denim' que, con el repunte reciente de los 90 como gran fuente de inspiración para los creadores de moda, todos hemos vuelto a llevar. Y si te hemos insistido tanto recientemente en que dejes de mirar al escote frontal porque los diseñadores han cambiado el foco a la espalda de sus creaciones es porque en las 90 mujeres como Pamela Anderson ya apostaron por posar una y otra vez con diseños que dejaban la espalda abierta.

Podríamos seguir citando ejemplos durante un buen rato más. Por ejemplo, el uso que hizo siempre de los materiales y detalles de estilo más sensuales como es el caso del látex, de los corsés, el escote corazón o los guantes largos. Los dominaba a su antojo. Con estos últimos dejó Pamela Anderson, de hecho, uno de sus looks más recordados, aquel conjunto negro en homenaje a Barb, la estrella de la película 'Barb Wire', que protagonizó en 1996, con el que se presentó en el festival de cine de Cannes. Sí, Pamela Anderson recorrió la alfombra roja del prestigio certamen. Para que veas que no todo fueron, ni mucho menos, fiestas salvajes y portadas de 'Playboy'.

Es más, pocos saben todavía hoy en día que Pamela también ha sido una adelantada a su tiempo en cuestiones sociales. Activista declarada, fue nombrada personaje del año por PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) ya en el año 2016, justo uno después de diseñar una colección de bolsos y zapatos veganos en colaboración con la diseñadora francesa Amélie Pichard. Hace más de un lustro de esto que ahora sigue siendo una estrategia novedosa, la producción sostenible en la moda, la industria que ha mirado con menos prejuicios a Pamela Anderson.

Por lo menos, una parte de ella. Por ejemplo, Vivienne Westwood, que escogió a Anderson hasta dos veces para promocionar sus colecciones. Para el recuerdo quedan los reportajes fotográficos que firmó en ambas ocasiones el fotógrafo Juergen Teller, uno de los elegidos que ha tenido la suerte de plasmar el idilio de Pamela Anderson con el objetivo, da igual si se trata del de una cámara de fotos, como es el caso, o del de una cámara de vídeo. A partir del miércoles podremos ver si Lily James, su alter ego en la ficción, es capaz de mantener viva esta llama. El reto que tiene ante sí es muy complicado porque Pamela Anderson solo hay una.