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Lorenzo Castillo: selectas obras de arte, cocina oriental y paseos semanales por el Rastro
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Lorenzo Castillo: selectas obras de arte, cocina oriental y paseos semanales por el Rastro

Hoteles de medio mundo, tiendas y restaurantes cool, casas particulares… Nada se le resiste a uno de nuestros interioristas más internacionales. ¿Su próximo reto? Decorar las bodegas de un château francés del siglo XVIII

Foto: Lorenzo Castillo, uno de nuestros interioristas con más prestigio internacional. (Luisma Reyes)
Lorenzo Castillo, uno de nuestros interioristas con más prestigio internacional. (Luisma Reyes)

La temprana pasión de Lorenzo Castillo (Madrid, 1968) por las antigüedades le llevo a abrir su primera tienda en la calle Moratín de Madrid, donde ordenaba las piezas que compraba en sus viajes. Después, su profesión de anticuario le condujo de un modo casi inmediato al interiorismo. “No concibo la alta decoración sin una formación en Arte y Artes Decorativas como la que tuve yo”. Viajero incansable, el gran interiorista español, el rey del eclecticismo, nos adelanta en primicia su próximo y apasionante desafío: decorar las bodegas del Château Cheval Blanc, en Saint-Émilion, Burdeos, una maravillosa maison napoleónica que produce uno de los vinos más importantes del mundo.

Entre proyecto y proyecto, le invitamos a mostrarnos su agenda de tiempo libre nunca antes compartida. Tiendas, anticuarios y galerías del Rastro de Madrid de obligada visita donde localiza algunos de los muebles y obras de arte que configuran su formidable universo estético. Templos gastronómicos, que subrayan sus queridas raíces asturianas, en los que disfruta de sus verdaderos caprichos gourmet. Espectáculos teatrales —como 'El fantasma de la ópera'— o ese viaje pendiente a punto de hacerse realidad.

placeholder Lorenzo Castillo, adicto a la perfección y poseedor de una creatividad inclasificable. (Luisma Reyes)
Lorenzo Castillo, adicto a la perfección y poseedor de una creatividad inclasificable. (Luisma Reyes)

PARA COMER

Desayuno top: “El de Finca Cortesín en Málaga (Ctra. Casares, km 2) por su estética impecable y el carrusel de platos inesperados: fruta cortada, todo tipo de dulces caseros, quesos, huevos hechos a las mil maneras… En Madrid, para tomar un café recién molido, voy a Cafés El Pozo (Magdalena, 23); a veces le añado un pain au chocolat de la panadería Moega (León, 26), que tiene los bollos suizos más ricos de Madrid. En casa, un café y, cuando me acuerdo, fruta que pido que me dejen cortada; es la única manera de que la coma”.

Almuerzo entre amigos: “Me gusta ir a Beker 6 (Hermanos Bécquer, 6); siempre hay algo de cuchara y de caza, como las perdices que adoro. En fin de semana voy a Rafa (Narváez, 68), con una ensaladilla con gambas cocidas que es un auténtico sueño. Como soy loco de la comida oriental, y si vamos con niños, elijo a Don Lay (Castelló, 117) o China Crown (Don Ramón de la Cruz, 6), donde siempre pido pato laqueado. Por la noche, nada como un buen rodaballo en O'Pazo (Reina Mercedes, 20) o un sublime plato de caza de Horcher (Alfonso XII, 6)”.

Al dente: “Mi restaurante italiano preferido en Madrid es la Trattoria Sant Arcangelo (Moreto, 15). La pasta con ajo y guindilla es de chocar”.

Gourmet asturiano: “En Ribadesella soy asiduo de La Huertona (Ctra. de la Piconera, s/n), con el mejor pescado a la parrilla de España —el rey es mi favorito— y las angulas de la ría en temporada. En El Campanu (Manuel Caso de la Villa, 48) puedo disfrutar de su marisco y pescados con sidra, una tradición local que no se puede perder, y en El Muelle (Pº de la Grúa, 52) tienen un arroz con almejas o bogavante que te hace llorar, mientras ves los pesqueros salir a faenar. Si paso por Oviedo, no perdono la tortilla de merluza de Casa Laure (Pl. Trascorrales, 10). Y en la aldea de Peruyes, donde tengo mi retiro campestre, voy a La Posada de Granda (N-634 Arriondas-Ribadesella) a tomar fabada. En Gijón elijo La Pondala (Dionisio Cifuentes, 58), para disfrutar de un roastbeef con puré de patata como si estuviera en Highgrove House”.

Templo gourmet: “Me encanta visitar los mercados de Estocolmo cuando voy a comprar antigüedades a esta ciudad, no solo por sus fabulosos puestos de ahumados y fiambres, sino porque puedes sentarte a degustarlos allí mismo, con ese gusto increíble de los países nórdicos”.

PARA COMPRAR

Básicos de moda: “Los compro en Ecoalf (Goya, 76), desde jerséis de lana reciclada de cuello vuelto, mi uniforme diario, a prendas de abrigo de tejidos sostenibles. Su fundador, mi amigo Javier Goyeneche, intenta con ahínco que vivamos en un planeta más limpio. Para prendas de moda que te hagan soñar, nada como acercarse a Sportivo (Conde Duque, 20); cuando voy quemo la tarjeta. Su dueño Goyo tiene la mejor selección de ropa masculina de Madrid”.

Caprichos top: “Hace años era adicto a los relojes, pero, como ya tengo los que necesito, he parado de comprar y estoy más centrado en joyas antiguas, sobre todo de los años 20 a los 70, muchas veces en subastas como Segre (Segre, 18) y Alcalá (Núñez de Balboa, 9). Aunque mi auténtica adicción es el arte, tanto contemporáneo —que rastreo en galerías como Casado Santapau (Piamonte, 10) y Travesía Cuatro (San Mateo, 16)— como arte antiguo —en las subastas de Bayeu (Londres, 58), en Salamanca, y Ansorena (Alcalá, 52), en Madrid”.

Detalles deco: “No soy un verdadero coleccionista, ya que no me importa desprenderme de mis piezas y no tengo apego material a nada, pero el Rastro de Madrid es mi visita obligada de cada semana, donde siempre encuentro tesoros escondidos. Portici (Carnero, 10), experto en la mezcla de épocas y estilos, Isabel Martínez (Ribera de Curtidores, 29) y El Transformista (Mira el Río Baja, 18), con su visión del arte decorativo contemporáneo; son fabulosos. Imprescindible patearse con detenimiento la calle del Carnero o las Galerías Piquer (Ribera de Curtidores, 29), con comerciantes que no puedes perderte”.

Hora de lectura: “Gaudí (Argensola, 13), dedicada al arte y lo que rodea ese mundo, es mi librería preferida. Nunca compro libros online. ¿El último que he leído? 'El mago', de Colm Tóibín, que narra la vida del escritor Thomas Mann”.

PARA CUIDARME

placeholder Lorenzo Castillo, exquisito y punto. (Cortesía)
Lorenzo Castillo, exquisito y punto. (Cortesía)

En forma: “Nunca he sido deportista, pero desde los 18 años siempre he tenido entrenador personal. Para mí es un esfuerzo sobrehumano, pero sigo con ello cada mañana porque creo que es fundamental para mantenerse. Lo hago por pura vanidad, ja ja ja". ¿Centro de belleza? “Dos: Felicidad Carrera (Castelló, 67), que se ocupa del cuidado de mi piel, y Massumeh (General Arrando, 9), de las cremas y limpiezas faciales”.

Loco de las fragancias: “Me encanta aromatizar mi casa con velas belgas Baobab y las mías propias, para regalar a amigos y clientes, con olor a mandarina y albahaca. ¿Perfumes favoritos? Embruns d'Ylang, de Guerlain —como lo han retirado, me he comprado existencias para dos años—, y los perfumes de autor de Frederic Malle. Ahora acabo de descubrir Alguien, el perfume que me ha regalado mi amiga María Escoté. Una deliciosa rareza”.

PARA VIAJAR

placeholder Lorenzo Castillo, siempre impecable. (Cortesía)
Lorenzo Castillo, siempre impecable. (Cortesía)

Hotel de ensueño: “El Son Net (Castillo Son Net, s/n) en Mallorca, en cuya reforma he trabajado los últimos tres años, con un nivel altísimo de acabados, telas, antigüedades y piezas de arte. Otros que me fascinan son Cristine Bedfor (Infanta, 19), en Menorca, un hotel boutique alegre y fresco como sus dueños, y el Santo Mauro (Zurbano, 36), en Madrid, con sus mayestáticos salones, su renovado jardín y esas suites de infarto. Si lo que quiero es descanso absoluto, me voy de cabeza al Bahía del Duque (Av. Bruselas, s/n), en Tenerife, donde no me puedo sentir más cuidado”.

¡Al teatro!: “Estoy deseando ver 'El fantasma de la ópera', en Madrid. Siendo adolescente y estudiando en Londres fui a verla y me quedé prendado, ¡me la sé de memoria! También quiero ver 'The Book of Mormon', recomendada por el mismísimo Antonio Banderas la última vez que cenamos juntos”.

De concierto: “Muero por ver en directo a Harry Styles, me encanta cómo baila, cómo se viste y, por supuesto, su música. Un concierto que aún resuena en mi cabeza es el del grupo Supersubmarina, que disfruté en Asturias poco antes de su triste retirada”.

Viaje pendiente: “Japón, porque estudié Arte Oriental y siento enorme atracción por su estética”.

La temprana pasión de Lorenzo Castillo (Madrid, 1968) por las antigüedades le llevo a abrir su primera tienda en la calle Moratín de Madrid, donde ordenaba las piezas que compraba en sus viajes. Después, su profesión de anticuario le condujo de un modo casi inmediato al interiorismo. “No concibo la alta decoración sin una formación en Arte y Artes Decorativas como la que tuve yo”. Viajero incansable, el gran interiorista español, el rey del eclecticismo, nos adelanta en primicia su próximo y apasionante desafío: decorar las bodegas del Château Cheval Blanc, en Saint-Émilion, Burdeos, una maravillosa maison napoleónica que produce uno de los vinos más importantes del mundo.

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