La nueva tendencia de decoración que triunfa en interiorismo

Los estilos nórdicos han sido durante mucho tiempo los que han marcado la pauta en la decoración de nuestras casas. Estancias que aprovechan las bases del estilo minimalista para crear rincones acogedores y cálidos, pero siempre respetando aquella máxima que dice que ‘menos es más’.

Colores claros, tonos neutros, elementos esenciales que hacen que no necesitemos excesos… Se potencian los materiales naturales y los tejidos orgánicos, se escoge una gama cromática y se mantiene a lo largo de toda la habitación, generando rincones de tonos suaves, donde se potencia la calma y el confort. Esta tendencia, originada para tener un carácter atemporal, parece que comienza a formar parte del pasado.

El año 2023 llega con fuerza y también con cambios, porque es la tendencia maximalista la que se abre paso y nos tienta, haciendo que sintamos el deseo de cambiar esos espacios diáfanos y con una cantidad mínima de elementos, y abramos la puerta a esta nueva corriente, que mantiene algunos de los puntos, pero los aborda de un modo muy diferente.

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Los espacios diseñados para el confort siguen siendo la norma. Hace tiempo que aprendimos que sentirnos a gusto en casa no era algo negociable. Escogiendo elementos cómodos y colores antiestrés, pero ahora el maximalismo nos ofrece una nueva forma de enamorarnos de nuestra casa y nos aleja de ese aire escandinavo que potencia tendencias como el minimalismo cálido o el estilo japandi.

Ahora se llevan los espacios eclécticos, donde podamos mezclar diferentes estilos sin tener que preocuparnos demasiado. Las piezas clásicas y reliquias familiares se mezclan con los elementos más modernos y actuales y el resultado es de lo más satisfactorio. En lugar de desatar el caos, conseguimos espacios cargados de personalidad, que respetan nuestras raíces y nos ayudan a crear nuevas, con elementos de calidad y artesanales.

Este ‘más es más’ intenta mantenerse dentro de unos límites concretos para no confundirse con las tendencias kitsch. Por eso, aunque se base en la premisa de añadir capa sobre capa, no olvida que lo que busca es crear espacios donde sentirnos cómodos. Esto lo vemos en todos los elementos decorativos que integramos, como los tejidos. El terciopelo regresa con más fuerza que nunca gracias a su suavidad y el lujoso efecto que consigue.

Todo busca el equilibrio. Por eso, mientras los materiales se recargan y los colores abandonan los neutros para darles una oportunidad a tonalidades cálidas y saturadas, como los morados, amarillos y rojos, sin olvidar los dorados, los diseños continúan manteniendo esa línea minimalista y apostando por las formas curvas, otra de las tendencias estrella que se espera que triunfe en este nuevo año.

Diseños modernos, con texturas clásicas y, sobre todo, sostenibles. Se busca que todo lo que incluimos en la decoración sea duradero, y nada mejor que los complementos artesanales para conseguirlo mientras llenamos de alma nuestra casa. En el estilo maximalista, el único límite lo pone el buen gusto.

Colores atrevidos, patrones florales, elementos cómodos, objetos artísticos, lámparas y espejos atrevidos… Un estilo que nos recuerda a los barrocos y clásicos, pero sin perder de vista los estilos más bohemios y con un toque ecléctico y sin dejar fuera elementos vintage. El resultado son espacios vibrantes, exuberantes y donde la mezcla es la gran protagonista, tanto en los colores como las texturas y los estilos.

Un estilo que no es para todo el mundo, pero que aporta gran personalidad a cualquier espacio. Que aboga por espacios recargados, por el color y por el arte, que lo mezcla todo sin temer a nada y que consigue espectaculares resultados en casas y hogares donde la sencillez no tiene cabida.