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Psicología del color: así se aplica en la decoración para conseguir lo que quieres
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Cálidos y fríos

Psicología del color: así se aplica en la decoración para conseguir lo que quieres

Antes de cambiar por completo la decoración de tu hogar, descubre todo lo que los colores pueden hacer por ti y por el diseño de interiores

Foto: Psicología del color para decorar tu casa. (Vinicius "amnx" Amano para Unsplash)
Psicología del color para decorar tu casa. (Vinicius "amnx" Amano para Unsplash)

Los colores nos provocan emociones y sentimientos, por eso a la hora de decorar nuestras casas es importante tener esto en cuenta. En función de las tonalidades con las que decidamos pintar nuestra casa o de los colores que tengan los complementos con los que la decoramos, podremos conseguir un determinado efecto o el contrario, por lo que no debemos desestimar la importancia de la psicología del color a la hora de construir nuestro hogar.

Salones pequeños que se ven todavía más diminutos a causa de una mala elección del color de las paredes, dormitorios que en lugar de invitarnos a tumbarnos en una cama de lujo y descansar nos provocan todo lo contrario, estancias que llegan a cansarnos porque el color que hemos seleccionado no era el más adecuado...

Los colores influyen en cómo percibimos un espacio y en cómo nos sentimos en él, por eso conviene saber qué obtendremos en función de los que escojamos. Aunque se pueden hacer innumerables clasificaciones, la más habitual es diferenciar entre colores fríos, que si son claros pueden ayudarnos a crear que parezca más grande y, si son oscuros, la contraria, y los colores cálidos. En general estos aportan vitalidad y energía, pero si son demasiado potentes, pueden llegar a saturarnos.

La tranquilidad de los tonos fríos

Estos colores, en general, nos producen calma, reposo y tranquilidad, un efecto relajante que podremos aprovechar en determinadas estancias de la casa. Uno de los grandes favoritos en la decoración es el azul, aunque abusar de él puede llegar a producir el efecto de encontrarnos en un ambiente frío, para que esto no suceda, suele combinarse con verdes y violetas. En habitaciones muy iluminadas, absorbe la luz y resta luminosidad, por lo que no se recomienda.

Se podría calificar al color verde como equilibrado y lo asociamos con la naturaleza, aportándonos frescura. Si escogemos las tonalidades que se acercan más al amarillo lograremos ambientes más cálidos. El violeta o morado es el tercer color que compone esta gama de tonos fríos, asociado a la espiritualidad, puede aportarnos profundidad y tristeza junto a los azules y vitalidad al combinarlo con colores cálidos.

Los cálidos, en pequeñas dosis

En habitaciones con poca luz natural, el amarillo puede ser lo más adecuado, logrando evocar fuerza y voluntad. Si bien no se recomienda para grandes superficies porque es uno de esos tonos que puede llegar a saturar, sí es ideal para algunas piezas del mobiliario, como alfombras o sillones, aportando un toque de color.

Conviene usar con moderación el rojo, uno de los colores más potentes y cuyo exceso puede llegar a resultar algo ‘violento’. Es mejor emplearlo en pequeñas zonas o en detalles concretos. Algo similar sucede con el naranja, poco habitual en decoración. Asociado con la vitalidad y la emoción, es mejor emplearlo en elementos puntuales y rebajarlo combinándolo con tonos pastel o salmón.

Descubre los neutros

No podemos dejar de señalar la importancia de los tonos neutros en decoración, que comprenden toda la gama de los marrones, los tonos beises, los cremas y los grises y, por supuesto, el blanco y el negro. Discretos, elegantes y flexibles, no todos funcionan igual, por ejemplo el blanco es ideal para diseñar espacios minimalistas y el negro es mejor evitarlo en las paredes porque la estancia se verá más pequeña.

El resto de tonos neutros cambian de atributos en función del color con el que se combinen y por eso suelen seleccionarse como fondo, aprovechando todo lo anteriormente señalado para escoger los complementos que nos ayuden a que nuestra casa refleje lo que nosotras queremos.

Los colores nos provocan emociones y sentimientos, por eso a la hora de decorar nuestras casas es importante tener esto en cuenta. En función de las tonalidades con las que decidamos pintar nuestra casa o de los colores que tengan los complementos con los que la decoramos, podremos conseguir un determinado efecto o el contrario, por lo que no debemos desestimar la importancia de la psicología del color a la hora de construir nuestro hogar.

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