'Salve marinera' y platos de Dani García: nos colamos en la boda de Ainhoa Arteta

La de Ainhoa Arteta y Matías Urrea ha sido una de las bodas de este fin de semana. Sobre todo por la preparación y elegancia de un enlace que se ha celebrado en el Castillo de San Marcos de El Puerto de Santa María, lugar erigido por Alfonso X el Sabio y en el que escribió sus célebres 'Cantigas'. Según fuentes cercanas a los novios, la celebración ha sido "espectacular, elegante y bonita. Ni faltó ni sobró nada".

Los festejos por la boda de la soprano comenzaron la noche anterior con una fiesta más informal en las bodegas Lustau de Jerez de la Frontera. Pese a ser un aperitivo a la gran ceremonia, también tenía etiqueta. A los caballeros, por ejemplo, se les pedía 'black tie', es decir, un traje de noche seminformal que se suele llevar en fiestas nocturnas. Un DJ y una buena dosis de flamenco amenizaron el conjunto, en el que la novia ya iba vestida de Isabel Zapardiez (su vestido de novia también fue de la misma firma).

Al día siguiente, llegó el plato fuerte: la propia boda, para la que los invitados estaban citados a las 19:45 horas, un cuarto de hora antes del inicio de la ceremonia civil. Gente de El Puerto de Santa María y del País Vasco se agolpaba en los alredores para ver llegar a la novia. Pese al retraso de rigor para toda novia, Arteta no tardó demasiado en llegar y se presentó ante el novio a las 20:15 horas.

Como testigos de su aparición, hubo invitados de lo más dispares: de Antonia San Juan a Susana Díaz, pasando por Eugenia Martínez de Irujo. Carmen Lomana era otra de ellas y asegura a Vanitatis que la boda fue "emocionante. Cuando bailaron el aurresku vasco, algo que ninguno esperábamos, acabé llorando como una magdalena".

Una vez dentro de la antigua mezquita, los amigos de Ainhoa cobraron protagonismo. Un "barítono, una soprano y un tenor", según otro testigo del enlace, cantaron a los novios por sorpresa. Los compañeros de Urrea, capitán de navío, le cantaron la 'Salve marinera' al unísono, lo cual provocó la emoción de la pareja. Fue después cuando, como recuerda Lomana, bailaron el "aurresku vasco" para ellos.

Después tocó el turno de la celebración. Varios fueron los encargados del catering, pero el plato principal estuvo a cargo del conocido chef Dani García. Los arreglos florales, unos nardos con ramas de eucalipto, también supusieron toda una sorpresa para los invitados. "Los arreglos estaban por el suelo y el olor era una maravilla", nos dice otro invitado. Para entonces, Ainhoa Arteta se había cambiado de vestido y llegó el turno del esperado baile de los novios.

La fiesta se alargó hasta el amanecer y dejó en todos los asistentes un gran sabor de boca: el de una boda que mezcló lo andaluz con lo vasco y lo militar con lo musical.