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Isabel Preysler, el gran amor de Carlos Falcó: la hemeroteca no engaña
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GRANDES RECUERDOS

Isabel Preysler, el gran amor de Carlos Falcó: la hemeroteca no engaña

El propio marqués de Griñón se había pronunciado sobre sus matrimonios y tuvo siempre muy presente a la madre de su hija Tamara

Foto: Isabel Preysler y Tamara Falcó. (Cordon Press)
Isabel Preysler y Tamara Falcó. (Cordon Press)

El 23 de marzo de 1980, Isabel Preysler y Carlos Falcó se convierten en marido y mujer. Antes de casarse, en la navidades de 1979, viajan en secreto a las Islas Vírgenes. Esta escapada y otras muchas, como el viaje nupcial, nunca fueron descubiertas por los reporteros. La expectación de ese noviazgo y boda fue grande, pero no hubo posibilidad de documento gráfico de la ceremonia matrimonial. Salvo el testimonio que acompaña este reportaje, publicado en la biografía 'Isabel Preysler, reina de corazones'.

La pareja eligió la intimidad de la finca Casa de Vacas en Malpica del Tajo para casarse por la Iglesia. Los dos habían conseguido la anulación y por lo tanto podían celebrar la eucaristía en la ermita de la finca, Isabel en el Tribunal de la Rota de la diócesis de Brooklyn (Nueva York) y Carlos en Madrid. El marqués siempre fue más religioso que su mujer. Fue Tamara la que descubrió que en su familia materna, salvo su abuela Betty Arrastia, con la que suele ir a misa los domingos, no eran practicantes.

placeholder Isabel y Carlos, en su boda. (P.B.)
Isabel y Carlos, en su boda. (P.B.)

A la liturgia acudieron solo los más íntimos. En la capilla de la finca estuvieron la duquesa de Montellano, madre de Falcó; los dos hijos, Xandra y Manolo, y hermanos del novio, más los padres de Isabel y los pequeños -Chábeli, Julio José y Enrique- acompañados de la señorita que les cuidaba. Elvira Olivares fue una segunda madre y vive actualmente con Enrique en su casa de Miami.

Esperando a la novia

Isabel eligió para la ocasión un traje corto en seda color salmón, confeccionado por el modisto Jorge Gonçalvez en exclusiva. Era un diseño muy sencillo, de manga larga y con encaje en la pechera. Nada que ver con típico traje nupcial. Una de las anécdotas de ese día fue que el sacerdote tuvo que esperar tres cuartos de hora a que llegara la novia. Los encargados de entretener el retraso fueron Los del Río, que cantaron la misa rociera. Después llego la cena.

El menú también sencillo: a base de langostinos con mayonesa, ensaladas variadas y corderos de la finca. Y de postre, una tarta de Embassy, regalo de la duquesa de Montellano, que también supervisó que nada faltara en la finca. Todos los gastos de la boda, convite y artistas los pagó el novio. Como también corrió con los gastos de rehabilitación y acondicionamiento del chalet de la colonia de El Viso donde se instaló el matrimonio.

placeholder Carlos Falcó.
Carlos Falcó.

Para el marqués de Griñón, Isabel Preysler fue el gran amor de su vida. Así lo recordaba el aristócrata cuando se le preguntaba por su currículum amoroso. De sus otras parejas hacía la siguiente reflexión: “Jeannine, la madre de mis hijos y una gran mujer. Nos casamos demasiado pronto”. La relación con Fátima de la Cierva, con la que tuvo a Duarte y Aldara, la definía como “tranquila, sosegada y con muchos objetivos comunes”.

La primera y única

Isabel, la mujer de su vida. Con 29 años y tres hijos, había encontrado en el aristócrata todo lo que Julio Iglesias no le había podido dar: estabilidad, cultura, educación y, lo más importante, fidelidad eterna. En este sentido, Tamara también contaría muchos años después: “El divorcio de mami fue porque tío Julio era incapaz de no ponerle los cuernos”. En el caso de su padre, el motivo de la separación fue la llegada de Miguel Boyer: “Mami estaba viviendo un momento de superestrella y mi padre ofrecía un perfil completamente distinto. Eran dos mundos distintos. Y mami se enamoró de tío Miguel y... hecatombe".

placeholder La pareja, en las revistas de la época. (P.B)
La pareja, en las revistas de la época. (P.B)

Aún faltaba tiempo para que llegara la dulce Tamara al mundo. El verano de 1981, los Griñón se instalan en el hotel y clínica de lujo Incosol, en Marbella. Un lugar donde el anonimato y la intimidad estaban asegurados. Al menos, eso pensaba la pareja. Fueron las primeras fotos de Isabel Preysler embarazada y que publicó la revista 'Protagonistas'. En las imágenes se veía a la futura mamá con un traje de baño de rayas en una tumbona y al marqués pendiente de ella. Cuatro meses después nacería la cuarta hija de la saga Preysler en la clínica San Francisco de Asís de Madrid.

Griñón, a diferencia de los anteriores nacimientos, estuvo en el paritorio. “Ver comenzar una nueva vida es asistir a un milagro”, declaraba emocionado. Con Julio Iglesias y tras el desequilibrio emocional que supuso el abandono, las relaciones siempre fueron estables. Cuando nació la niña le envió este mensaje: “Estoy muy contento de tu felicidad. Sabía de la ilusión por este nuevo hijo. ¿Recibiste las flores que te mandé desde Italia? Cuídate mucho, flaca. Si tú eres feliz, también lo soy yo”.

Tras el fallecimiento de Carlos Falcó, todos estos recuerdos vuelven a ser actualidad. Isabel Preysler es ahora la encargada de tutelar emocionalmente a la hija querida del marqués de Griñón.

El 23 de marzo de 1980, Isabel Preysler y Carlos Falcó se convierten en marido y mujer. Antes de casarse, en la navidades de 1979, viajan en secreto a las Islas Vírgenes. Esta escapada y otras muchas, como el viaje nupcial, nunca fueron descubiertas por los reporteros. La expectación de ese noviazgo y boda fue grande, pero no hubo posibilidad de documento gráfico de la ceremonia matrimonial. Salvo el testimonio que acompaña este reportaje, publicado en la biografía 'Isabel Preysler, reina de corazones'.

Isabel Preysler Miguel Boyer
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