Isak Andic formaliza su 'jubilación' y deja la primera línea de Mango
El fundador de la gran cadena textil abandona oficialmente sus funciones ejecutivas en el holding. "Será como el Amancio Ortega de Inditex", explican
En 'El regreso de los Bassat' (RBA), un libro fascinante sobre la historia del judaísmo en España a través de nueve generaciones de la familia del conocido publicista, el autor, Vicenç Villatoro, reflexionaba sobre el éxito en los negocios de los judíos afincados en Cataluña. El caso de los Bassat, el de los Carasso (fundadores de Danone) o el de los Andic es paradigmático. "Isak Andic Ermay, el fundador de Mango, que nació en Estambul, en el seno de una familia sefardí, llegó a Cataluña en los años 60 y actualmente es el catalán más rico. Inició su negocio al volver de unas vacaciones con dos camisas que se había comprado fuera y las vendió por el doble de lo que le habían costado. Y a partir de ahí, tiendas y más tiendas".
Probablemente la cita es un resumen muy somero del tiempo y el trabajo que le han dedicado Isak Andic (67 años) y su hermano Nahman (69) a la obra de su vida, Mango, desde que Isak abriera su primera tienda a mediados de los años 80 en el mercado de Balmes. Hoy es uno de los principales grupos de moda del mundo. Con origen y sede central en Barcelona, esta empresa dispone de una extensa red de más de 2.200 tiendas (más de 800.000 metros cuadrados) distribuidas en 109 países.
Actualmente, la compañía está sufriendo los efectos de la pandemia de coronavirus. Ha aplicado un ERTE para más de 4.700 empleados, lo que no le ha impedido tampoco mostrar su solidaridad. Hace unos días llegaron al aeropuerto de Zaragoza dos millones de mascarillas donados por la firma y traídos desde Shanghái para el Ministerio de Sanidad. Desde allí, y utilizando su red logística, se han distribuido ya a los centros hospitalarios de todo el país según indicaciones del Ministerio.
Año excepcional
Antes de la pandemia, la compañía había sacado pecho presentando unos resultados muy positivos tras algunos años de incertidumbre. En 2019 la cadena se llevó limpios 21 millones de euros con ventas récord: 2.375 millones de euros, un 6,3% más. Un cambio importante de tendencia después de perder 36 millones en 2018, 33 en 2017 y 60 en 2016, y un soplo de aire fresco para la sociedad. "Ha sido un año excepcional para nosotros", reconocía orgulloso el flamante consejero delegado, Toni Ruiz.
Ruiz es a Mango lo que Pablo Isla a Inditex. El fundador de la cadena ha decidido delegar en él la parte ejecutiva y se retira de la primera línea. Un sueño largamente acariciado (y amagado en alguna ocasión) que parece por fin tomar cuerpo. Tanto Isak Andic como su hijo Jonathan (a quien muchos identificaron como su sucesor) han dejado de coliderar la cadena -en los papeles- en favor de Ruiz, tal y como refleja el Boletín Oficial del Registro Mercantil estos días. Los Andic han escenificado este relevo tanto en Mango Mng Holding como en Punto Fa, su hermana pequeña y la sociedad que lleva en realidad la actividad de las tiendas.
"En realidad, el señor Andic está en este proceso desde 2018, si han decidido oficializarlo ahora es porque había cosas que en su calidad de director general Ruiz no podía firmar, de ahí que haya sido nombrado consejero delegado", explica un portavoz de la marca. "Isak seguirá presidiendo el Consejo de Administración y seguirá yendo por la empresa -matizan-. Será como el Amancio Ortega de Inditex". En el caso de Jonathan Andic, no se trata tanto de un paso atrás como de una formalidad: "Jonathan lleva años liderando Mango Man, que en 2019 facturó 200 millones, y además se ocupa de áreas más corporativas como comunicación, diseño de tiendas y demás. Él seguirá haciendo exactamente lo mismo que hasta ahora". El hijo de Andic seguirá formando parte del Consejo de Administración, junto con su padre, Toni Ruiz y Daniel López.
Ya sabemos lo que va a seguir haciendo Andic hijo. Pero ¿qué será del padre? No es la primera vez que decide apartarse de los negocios que le han hecho rico. En el año 2009 inició una vuelta al mundo en su velero, Nirvana, como antes habían hecho otros empresarios de éxito (Rafael del Pino padre, fundador de Ferrovial, por ejemplo) y permaneció unos meses fuera de juego. Entre 2013 y 2014, tanto él como su hermano Nahman quisieron dar paso a la siguiente generación y delegaron el liderazgo. Nahman, de hecho, llegó a jubilarse para dedicarse a su otra gran pasión, los caballos. La coyuntura económica y los malos resultados de Mango les trajeron de vuelta al frente de batalla poco después y Nahman recuperó su antiguo puesto en la casa en 2016. Isak nunca había perdido de vista a su 'criatura'.
Por fin han encontrado en Toni Ruiz, que ha dado probadas muestras de saber bien lo que hace, a su delfín. Quizá sea hora de tomárselo con más calma.
En 'El regreso de los Bassat' (RBA), un libro fascinante sobre la historia del judaísmo en España a través de nueve generaciones de la familia del conocido publicista, el autor, Vicenç Villatoro, reflexionaba sobre el éxito en los negocios de los judíos afincados en Cataluña. El caso de los Bassat, el de los Carasso (fundadores de Danone) o el de los Andic es paradigmático. "Isak Andic Ermay, el fundador de Mango, que nació en Estambul, en el seno de una familia sefardí, llegó a Cataluña en los años 60 y actualmente es el catalán más rico. Inició su negocio al volver de unas vacaciones con dos camisas que se había comprado fuera y las vendió por el doble de lo que le habían costado. Y a partir de ahí, tiendas y más tiendas".