El desconocido perfil empresarial de Enrique Solís: hoteles, moda y ahora un holding
Enrique Solís y Alejandra Domínguez han vuelto a la primera fila de la actualidad patria tras asistir como invitados a las dos grandes celebraciones de la Casa de Alba
Enrique Solís y Alejandra Domínguez han vuelto a primera fila de la actualidad patria tras asistir como invitados a las dos grandes celebraciones de la Casa de Alba en los últimos diez días. Primero, desfilaron casi al filo del inicio de la ceremonia frente a la prensa que aguardaba noticias de la boda de los condes de Osorno en el palacio de Liria, en Madrid. Apenas una semana después, hacían lo propio dirección la parroquia de San Román, en Sevilla, para asistir al bautizo de la que algún día será duquesa de Alba. Dos eventos en los que, por cierto, Enrique Solís vistió de su propia marca, The Seëlk, y en los que su presencia estaba más que justificada.
Es primo de Fernando y Carlos Fitz-James Stuart y sobrino del duque de Alba. Al menos lo era hasta que su tía Matilde se separó de él hace más de 15 años. Enrique es el hijo menor y quizá el más mediático de Miguel Solís y Martínez Campos, marqués de la Motilla y Valencina, y Carmen Tello, confidente de la duquesa de Alba hasta su último aliento. Un cachorro de la jet que ha huido toda su vida de la etiqueta de 'hijo de' para convertirse a sus 31 años en un empresario consumado.
Tras estudiar International Business entre Madrid, París y Nueva York, fundó su primera empresa (por entonces tenía tan solo 21 años). Tres años más tarde se unía a sus tres hermanos mayores en la creación de su propia cadena de hoteles, One Shot. “Lo hacemos de manera muy profesional porque mis hermanos están en Sevilla y no se meten en la gestión diaria, y las funciones de cada uno están totalmente determinadas y, gracias a una planificación, siempre se evitan los posibles conflictos”, confesó en una entrevista concedida a 'Mujer Hoy' en plena pandemia.
Enrique, tal y como se observa en los documentos a los que ha tenido acceso Vanitatis, es consejero desde 2018 de las empresas que gestionan las sedes en Sevilla, Madrid y Barcelona, como lo fue en las de San Sebastián y Valencia, donde el negocio no tuvo el éxito esperado. También lo es de la empresa matriz, One Shot Equity SL, con un activo total de casi 8,5 millones de euros.
Esta no es la única aventura empresarial de Enrique, que ostenta cargos en 8 empresas a día de hoy. El hijo de Carmen Tello es apoderado de la Corporación Hotelera Soltillan SL, dedicada a la construcción de edificios residenciales con sede en Sevilla. Otra empresa millonaria con un activo total de algo más de 12,5 millones de euros. También es consejero en otra empresa familiar, Solcampo SL, dedicada al alquiler de inmuebles. Quizá la compañía más boyante de todas con un patrimonio que supera los 17 millones de euros.
No obstante, si hay un proyecto del que está orgulloso Enrique Solís, ese es el de su marca The Seëlk, una empresa que creó en 2017 y que relanzó justo antes de la pandemia. Aunque en un primer momento comenzó su andadura vía online dedicada a la venta de accesorios prémium para hombre, hace apenas unos meses dio un salto de calidad, protagonizó su desembarco en el barrio de Salamanca con su primera tienda física en la que han ampliado su oferta a ropa masculina de todo. Desde prendas más casual a trajes a medida como los que lució en las dos grandes citas de la temporada, donde de nuevo se convirtió en uno de los mejor vestidos de ambos eventos.
Un proyecto en continua evolución que, tal y como han anunciado en sus redes sociales, acaba de lanzar un servicio de personalización de corbatas con banderas o incluso el escudo familiar que sin ninguna duda triunfará entre los cachorros de la jet.
Un perfil empresarial de lo más completo, con participación en numerosas empresas que parece que gestionará a través de la última que ha registrado, Wagyu Investments Sociedad Limitada. Un holding en el que aparece como administrador único y que puso en funcionamiento el mes pasado, la misma semana en la que se casó su primo, Carlos Fitz-James, con Belén Corsini en el palacio de Liria.
Enrique Solís y Alejandra Domínguez han vuelto a primera fila de la actualidad patria tras asistir como invitados a las dos grandes celebraciones de la Casa de Alba en los últimos diez días. Primero, desfilaron casi al filo del inicio de la ceremonia frente a la prensa que aguardaba noticias de la boda de los condes de Osorno en el palacio de Liria, en Madrid. Apenas una semana después, hacían lo propio dirección la parroquia de San Román, en Sevilla, para asistir al bautizo de la que algún día será duquesa de Alba. Dos eventos en los que, por cierto, Enrique Solís vistió de su propia marca, The Seëlk, y en los que su presencia estaba más que justificada.