Isabel Pantoja y su encuentro con dos princesas, Lady Di y Carolina de Mónaco
Si se da por buena la aparición de Lady Di en el dormitorio de la cantante, su saludo a Carolina de Mónaco este sábado será su segundo encuentro con una princesa
Isabel Pantoja salió por fin del castillo inexpugnable en que se había convertido Cantora. La finca que compró Paquirri antes de conocerla se convirtió con el tiempo en el lugar de referencia de su vida y su encierro voluntario. Allí fue feliz y allí también purgó sus penas una vez que salió de prisión. El campo dejó de ser el lugar de fiestas y encuentros con amigas y familia directa. Los hijos dejaron de ir con la frecuencia de antes.
En el caso de Kiko, sus ausencias fueron por razones obvias tras los ataques indiscriminados hacia su madre en el programa 'La herencia envenenada' y en declaraciones pagadas donde le daba igual soltar barbaridades como hizo durante varias temporadas. La hija Isa va de vez en cuando, pero Cantora no es un lugar con buenas vibraciones. Y con historias paranormales perfectas para que Iker Jiménez hiciera especiales. Hay un cuadro de cuerpo entero de Paquirri vestido con el traje de torear que interactúa con algunos de los miembros de la saga. En concreto, con Chabelita cuando era pequeña, como tanto ella como su hermano contaron.
Y no solo sucedían estas intervenciones en las que Paquirri era el protagonista. Había veces en que la moto del torero que estaba en el garaje se ponía en marcha a mitad de la noche. Estas historias no fueron invenciones de la prensa, sino que estaban contadas por los habitantes de la casa. A día de hoy, y a pesar de las declaraciones del DJ, Cantora no tiene comprador.
Otra de las más sorprendentes fue la visita de la antigua princesa de Gales al territorio Pantoja. La artista contó que la noche anterior al accidente en el puente del Alma de París que le costó la vida, Lady Di quiso despedirse de ella. Este hecho desconcertante forma parte del histórico vital de la que será una de las estrellas del Baile de la Rosa.
Una vez que murió Ana Martín, doña Ana en el idioma de la prensa social, Isabel Pantoja retomó su vida artística. Acaba de finalizar la gira que la ha llevado por varias ciudades de Estados Unidos y Puerto Rico y donde el éxito ha sido grande, con los aforos llenos. Una vez que coronó su nueva agenda, volvió a refugiarse en Cantora. Esta vuelta la ha hecho de una manera diferente y con un futuro fuera de las fronteras de la finca.
Concedió su primera entrevista hace unos días, después de muchos años de silencio, a la revista '¡Hola!'. Y lo más sorprendente de sus declaraciones fue el anuncio de su viaje a Mónaco para participar en la reunión social más importante como invitada especial de la princesa de Hannover. Así que, si se da por buena la aparición de Lady Di en el dormitorio de la cantante, su saludo a Carolina de Mónaco este sábado será su segundo encuentro con una princesa. Esta vez directamente sin intermediarios celestiales.
Isabel Pantoja salió por fin del castillo inexpugnable en que se había convertido Cantora. La finca que compró Paquirri antes de conocerla se convirtió con el tiempo en el lugar de referencia de su vida y su encierro voluntario. Allí fue feliz y allí también purgó sus penas una vez que salió de prisión. El campo dejó de ser el lugar de fiestas y encuentros con amigas y familia directa. Los hijos dejaron de ir con la frecuencia de antes.