Primeras palabras del hombre acosado por Edwin Arrieta: "Yo me sentí identificado con Daniel cuando vi la noticia"

La detención de Daniel Sancho Bronchalo, hijo del actor Rodolfo Sancho, por el asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia ha sido una de las noticias más impactantes del verano. Sin embargo, no deja de sorprender, pues cada dato nuevo que se conoce puede dar un vuelco a la investigación.

En las últimas semanas, lo más comentado han sido las palabras de su padre o el cambio de abogado que han realizado. Sin embargo, no nos podemos olvidar de la víctima, el reconocido cirujano Edwin Arrieta.

En las primeras declaraciones, Daniel Sancho alegó el acoso y el miedo que sufría como móvil del asesinato. "Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo", aseguró el hijo del actor en una entrevista para EFE. "Decía que quería meter dinero en la empresa de la que soy socio, que hiciéramos cosas juntos, pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio", afirmó el joven.

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Ahora, el que habla de acoso es otra víctima del médico. En este caso, los hechos ocurrieron en 2005 y fueron denunciados ante la policía colombiana. Según ha relatado el joven, que prefiere mantener su identidad en secreto, en el programa 'Y ahora Sonsoles', Edwin Arrieta desde el primer día mostró interés sentimental en él y ha hecho todo lo posible por estar con él.

"Me ha hecho invitaciones y detalles que he tenido que rechazar para no darle motivos de que tengo interés en él", ha comentado el joven. Además, confiesa "haber tenido que renunciar al trabajo por amenazas de que va a crear escándalos en la oficina".

Según ha relatado la víctima en el citado programa, un día el médico le propinó una paliza. "Me ha tocado cambiar de número de teléfono y de casa, ya que no deja tranquila mi vida", ha explicado el joven, que se siente identificado con el asesino confeso de Edwin Arrieta.

"Yo me sentí identificado con Daniel cuando vi la noticia, o él me hubiese matado, o yo lo hubiese matado a él", narra el joven sin mostrar su rostro y con la voz distorsionada. "Un día me llamó 143 veces y me chantajeaba con que iba a hablar con mi familia o me iban a pasar cosas porque me iba a mandar a gente", explica la víctima, que tiene una cicatriz en la mano por una de las agresiones.