El ojo inversor de Dulceida en Madrid y Barcelona: dos apartamentos céntricos y una casa en construcción

Aida Domenech (Dulceida) y Alba Paul viven uno de los momentos más dulces de su vida. Tras su reconciliación a principios de año, la pareja de influencers, que puso fin a su matrimonio en octubre de 2021 tras siete años de relación, ha vuelto con más fuerza que nunca, con dos proyectos por delante y en común y muchas ganas de retomar su amor donde lo dejaron. Y eso que ni la decisión ni la despedida fueron fáciles.

"Duele mucho ver que se acaba, pero el amor continúa en nosotras y siempre lo hará”, aseguraba la catalana en el comunicado con el que confirmó los rumores entonces en sus redes sociales.

La puerta nunca estuvo cerrada entre ellas. Y aunque en los meses que siguieron a su separación hicieron lo posible por mantener las distancias entre ellas, lo cierto es que con el tiempo volvieron a conectar, a encontrarse y a disfrutar la una de la otra hasta dar de nuevo el paso de retomar su relación.

Su primera casa en común

Pocas primeras veces les quedaban. No obstante, han encontrado una de lo más ilusionante. Alba y Aida se han comprado una casa tal y como ellas mismas han compartido en sus redes. Una vivienda que no recibirán hasta 2025 y cuyas obras irán relatando en sus perfiles para gran deleite de sus seguidores, felices de que hayan vuelto.

Aunque no han dado muchos detalles, se sabe que la han comprado sobre plano, que está en Madrid y que no recibirán las llaves hasta dentro de dos años, lo que hace indicar que están más enamoradas que nunca y dispuestas a compartir el resto de sus vidas en común.

Su idea era comprar en Barcelona, pero finalmente lo que encontraron en Madrid las convenció y decidieron dar el paso de firmar los papeles de la compra y la hipoteca hace apenas unos días.

TE PUEDE INTERESAR

Entramos en casa de Dulceida: un vestidor solo para zapatos y dos salones

P. Izquierdo

La tercera casa de Dulceida

Esta será la tercera casa que Dulceida sume a su ya nutrido patrimonio inmobiliario. La influencer, que triunfa en Instagram con 3,4 millones de seguidores, lleva más de una década dedicada a la creación de contenido.

Primero como bloguera, luego como youtuber y ahora, sobre todo, como instagramer, la catalana constituyó en junio de 2016 Dulce Week End SL, empresa de la que es administradora única y en la que durante el último ejercicio presentado al registro mercantil (2022) facturó algo más de 3,2 millones en ventas. Así se recoge en los documentos a los que ha tenido acceso Vanitatis, que avalan que se ha convertido en la reina Midas de las redes.

Sus premios Ídolo reconocen desde hace dos años el talento de sus compañeros de profesión; su agencia representa a varias decenas de ellos conduciendo sus carreras hacia el éxito que ella ostenta, y sus fiestas se convierten en auténticos cónclaves vip donde las marcas se pirran por estar. Una fortuna virtual y sobre todo económica que la influencer ha sabido invertir con buen ojo en uno de los sectores más rentables y sólidos: el inmobiliario.

En diciembre de 2016, poco después de fundar su empresa, y apenas tres meses después de su gran boda con Alba Paul, Dulceida adquirió un apartamento en pleno centro de Barcelona, en el Ensanche, a pocos minutos a pie de la plaza de España.

Un apartamento exterior, de algo más de 140 metros cuadrados de superficie, dividido en recibidor, pasillo de distribución, cocina y despensa, aseo, lavadero, cuarto de baño, vestidor, comedor y cuatro dormitorios, que la influencer decoró a su gusto y mostró en varias ocasiones a través de sus redes sociales. Allí, la pareja pasó el confinamiento y vivió hasta el final de su relación en 2021.

Tras esta dura ruptura, Aida decidió dar un giro a su vida y mudarse a Madrid, donde vivió de alquiler hasta que el pasado mes de febrero decidió comprarse una segunda vivienda, la primera en la capital.

Ubicada en pleno corazón del distrito Centro de Madrid, a pocas calles de la Gran Vía, es algo más pequeña que la que posee en Barcelona. Cuenta con 96 metros cuadrados de superficie, con balcones al exterior y una animada vida a su alrededor, donde cientos de restaurantes, bares, tiendas y mercados se suceden en su calle y en las cercanías.

No obstante, no será esta la vivienda definitiva de la pareja ya que, en cuanto puedan, ambas se mudarán a la que preveen estrenar dentro de dos años cuando la promotora encargada de su construcción les entregue unas llaves con las que ya sueñan.