Su rechazo a encontrar el amor, cómo son sus hijos y un estilismo redondo: los detalles de Isabel Preysler en 'El hormiguero'

Como era de esperar, la visita de Isabel Preysler a 'El hormiguero' nos ha dejado un puñado de anécdotas y varios titulares. Anoche, 14 de diciembre, era la segunda que vez que la socialité se sentaba en directo con Pablo Motos en el espacio de Antena 3. La primera fue en 2015 y su debut resultó ser un éxito de audiencia. Ocho años más tarde, con su hija Tamara Falcó como colaboradora fija del programa y presente en el estudio, la apodada 'reina de corazones' volvió a deleitar al público con ese derroche de elegancia natural que la caracteriza. Recibida entre aplausos, Tamara no dudó en acercarse a su madre antes de que tomase asiento al lado de Motos y darle la bienvenida al que también es su programa con un sentido abrazo.

La gran diferencia con respecto a aquella primera vez quedó en evidencia unos segundos más tarde de su entrada en plató. En esta ocasión, Isabel ocupó la silla a la izquierda del presentador, y no el puesto de Motos. Un hecho que sí se produjo en 2015. En las dieciocho temporadas que lleva el programa en antena (trece en Antena 3 y cinco en Cuatro), la madre de Tamara Falcó ha sido la única invitada que le ha robado el sitio al de Requena. ¿El motivo? Presumir de su lado bueno. Una preferencia que, con los años, parece haberse disipado.

Al tiempo, el secreto del look de Preysler quedaba descubierto. La artífice: Cristina Reyes, su estilista de confianza. Empastada con los colores del plató, la filipina lució un traje de chaqueta azul Klein de Bleis Madrid, una enseña habitual en su fondo de armario y que ha vestido a mujeres tan influyentes como la reina Letizia, Naty Abascal, Paz Vega, Victoria Federica y muchas más. Se trata de un conjunto sastre fabricado en un tejido de crepé en esa tonalidad intensa y eléctrica de azul, conformado por una americana y un pantalón de vestir, ambas piezas, de patrón depurado y líneas minimalistas. En el estilismo de Isabel no faltaron joyas de Rabat.

Sin sorpresas, las preguntas iniciales se centraron en el reality que Preysler protagoniza, 'Mi Navidad', de Disney +, en cómo se celebran estas fiestas en su casa y en determinar el papel que cada uno de sus hijos desempeña en el núcleo familiar. "Todos son muy diferentes. Chábeli es un amor, es como la madre de todos. Ana es la que hace muchas cosas y todas las hace bien. Julio es el más independiente de mis hijos. Enrique es un padrazo; desde que tiene sus hijos, no hay nada en el mundo más importante para él. Y Tamara es la más divertida de todos".

En este contexto navideño, Isabel adelantó a Pablo Motos en directo que este año "viajaremos a Miami" Tamara e Íñigo, Ana, Fernando Verdasco y sus dos hijos. Allí se reunirán con Julio y Chábeli.

El recuerdo a Miguel Boyer y a la enfermedad que padeció estuvo muy presente en la conversación. Para la socialité, su marido era una persona seria en el ámbito laboral, pero en casa, todo lo contrario: muy cariñoso y le gustaba celebrar. "Me di cuenta de lo fuerte que era cuando enfermó". En ese momento, Isabel confesó, aguantando las lágrimas, cómo vivió su declive. "Estuvo dos meses en la UCI y más de 2 años enfermo, le cuidamos mucho, pero era durísimo verle cambiado. Yo tenía la suerte que podía conseguir médicos, pensaba en cómo estarán otras familias, pero hay que ser fuerte", concluyó entre los aplausos del público.

Más velada fue la alusión a la última pareja de Isabel, Mario Vargas Llosa. Mientras trataban el desgaste que puede sufrir y soportar una relación de pareja, e incluso los motivos que llevan a una ruptura, el presentador le preguntó si con los años las separaciones se superan antes. "La última no me dolió nada", indicó Isabel entre risas. Por si todavía hay dudas, lo recordamos: su última ruptura fue de Mario Vargas Llosa, hace ahora un año. Unas declaraciones que, sin tan siquiera pronunciar el nombre del Premio Nobel, desataron la locura en las redes sociales.

Tras su indolora separación, volvió de nuevo a hablar del que fue su marido. La 'reina de corazones' apuntó que la inteligencia, la ternura y el sentido del humor son las bases para encontrar el amor y que precisamente esas cualidades fueron las que un día la enamoraron de Miguel Boyer. "Veo muy difícil volver a encontrar el amor", indicó, cerrando así las puertas a una nueva relación.

Durante esos minutos de charla a dos bandas, Motos y Preysler tuvieron tiempo de conversar sobre otros asuntos más banales. Del paso del tiempo, "no me hace gracia envejecer", aunque lo prefiere a la enfermedad; de su llegada a España, "me pareció la bomba. Entraba y salía, hasta el colegio era divertido", o del valor de la independencia económica, algo que no tuvo en su primer matrimonio y que se prometió a sí misma que no le volvería a pasar.

Como caso excepcional, el presentador le pidió a Isabel que si tras la entrevista le apetecía quedarse y participar de la tertulia de actualidad de los jueves, una sección en la que interviene su hija, Tamara Falcó, además de Nuria Roca, Juan del Val y Cristina Pardo. Ella aceptó con una advertencia, "no sé qué voy a decir, pero vale".

Una vez que la marquesa de Griñón ocupó el asiento a la vera de su progenitora, contó cómo había vivido la entrevista de Isabel Preysler: "Yo sentía que venía mi madre al colegio, y encima no podía decir nada, pero bien". La socialité admitió que es seguidora del programa y que su hija la llama cuando termina. Algo que Tamara Falcó negó rápidamente. La chef explicó que es justo al contrario: es su madre quien está pendiente de llamarla al final de cada grabación.

Sin querer mojarse en temas políticos, de lo más recurrentes cada jueves en 'El hormiguero', Preysler, Motos y compañía trataron una de las noticias de la semana en nuestro país, la prohibición de fumar en las terrazas de los bares. "Mi madre fumaba", contó Falcó, algo que, por la pronta reacción, no gustó a su madre. La contestación de la filipina a este asunto apuntaba a que hacía 40 años que había dejado de fumar. La respuesta de Tamara fue igual de veloz: "No, yo tengo 42 y me acuerdo", y acto seguido, una rectificación por parte de Isabel, "pues hace 30".