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Isabel Preysler, Miguel Boyer y su boda secreta un 2 de enero
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NO HAY DOS SIN TRES

Isabel Preysler, Miguel Boyer y su boda secreta un 2 de enero

Se repartió a los medios una única foto de la pareja posando a la salida del registro civil y no hubo exclusiva por decisión del exministro, que ya había recibido importantes críticas dentro de su partido

Foto: VA Diseño.
VA Diseño.

Isabel Preysler ha sabido proteger las noticias más importantes de su vida sin que tuvieran trascendencia pública, siendo ella misma la que marcara los tiempos. Con esta táctica que ha manejado a lo largo de los años ha conseguido que historias como su romance con Vargas Llosa no fuera oficial hasta que no dio el visto bueno, al igual que lo ha sido la ruptura, recientemente anunciada.

La imagen de ambos de espaldas fue la portada de '¡Hola!' que sorprendió. Mejor dicho: impactó. Y la razón no era que Isabel Preysler volviera a dar la campanada, que la dio. Lo sorprendente era que el Nobel había celebrado en Nueva York con su familia sus cinco décadas de matrimonio con Patricia un 30 de mayo de 2015 y la portada que confirmaba su relación se publicaba a principios de junio.

Un mes después, Isabel y Mario se convertían en la pareja del momento y la imagen de los dos paseando confirmaba lo que solo ellos sabían. Ni los hijos del escritor estaban al tanto del enamoramiento y tampoco Tamara y Ana, que vivían en la casa familiar de Puerta de Hierro. Una puesta en escena con sorpresa. Y no era la primera vez que Isabel Preysler dejaba atónitos a los amigos y conocidos con este emparejamiento inédito.

placeholder Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen reciente. (EFE)
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen reciente. (EFE)

La que fuera bautizada como la ‘reina del baldosín’ por su relación con la firma azulejera de los Colonques o ‘reina de corazones’ por sus sucesivos matrimonios ya lo hizo un 2 de enero de 1988. Solo unos pocos sabían de la decisión que habían tomado Miguel Boyer e Isabel de casarse en el más absoluto secreto.

El exministro de Hacienda, de 49 años, era en ese momento presidente del Banco Exterior de España. Había dejado su puesto de vicepresidente del Gobierno de Felipe González y la cartera ministerial. Pero seguía manejando los hilos del poder o, mejor dicho, sus amistades, que podían facilitarle la vida para abrir el registro civil de la calle Pradillo de Madrid en un día festivo.

Unos días antes la pareja se había entrevistado con el juez José María Ferrer de la Fuente para informarle de la excepcionalidad del acto y pedir garantías para el secreto. Contaba días después a la revista 'Tiempo' sus impresiones: “Me enteré dos días antes de que iba a ser yo quien les casara. Desde altas instancias nos recomendaron discreción absoluta. El motivo que alegaron era que la noticia podía provocar una alteración del orden público y de ahí la petición de la pareja”.

placeholder Isabel Preysler y Miguel Boyer, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Isabel Preysler y Miguel Boyer, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

'Tiempo' daba las claves de lo que fue el enlace secreto. Esa mañana, la pareja salió del chalet de la calle Arga a las ocho y media de la mañana. Chábeli, Julio, Enrique y Tamara estaban durmiendo. No se enteraron de lo que iba a suceder ese día hasta que su madre y el tío Miguel regresaron dos horas y media después. En el juzgado esperaban los dos testigos: el vicepresidente del Banco Hispano Americano, José María Amusategui, y Margarita Vega Penichet, casada con el presidente de Fasa Renault. Los tres, íntimos de Miguel Boyer y, por lo tanto, de absoluta confianza. Además de los protagonistas y sus amigos, estaban los escoltas y el chófer.

El semanario del grupo Zeta daba días después toda la información. El novio vestía traje azul. La novia, un estilismo oscuro compuesto por un vestido en gris marengo con aplicaciones de visón en el delantero. Fue un regalo conjunto de la dueña de la boutique Dafnis, María Rosa Salvador, y de la peletera Elena Benarroch, una de las grandes amigas de Isabel Preysler. El conjunto lo completaba los pendientes de brillantes y perlas, regalo de Boyer.

placeholder Miguel Boyer e Isabel Preysler, en una imagen de archivo.(EFE)
Miguel Boyer e Isabel Preysler, en una imagen de archivo.(EFE)

Se repartió a los medios una única foto de la pareja posando a la salida del registro civil. No hubo exclusiva por decisión del exministro, que ya había recibido importantes críticas dentro de su partido por un cambio de vida que nada tenía que ver -decían- con su compromiso socialista. Y fueron aún más duros los comentarios cuando la pareja eligió la urbanización Puerta de Hierro para construir en un terreno comprado al empresario Fernando Fernández Tapias la gran mansión. Alfonso Guerra dedicó unas palabras públicas incisivas contra el que había sido compañero de partido y del consejo de ministros.

Al llegar a casa, los niños recibieron la sorpresa. Julio Iglesias, que llamaba habitualmente a sus hijos por la mañana, se enteró de la noticia por su primogénita Chábeli, que le dijo: “¿Sabes, papi? Mami se ha casado”. La noticia de la tercera boda de Isabel Preysler ya era oficial a mediodía del 2 de enero. Y a partir de ese momento comenzaron a llegar telegramas, ramos y centros de flores y regalos de todo tipo, como un juego de maletas de Loewe, un carrito de metacrilato, un bonsái o una vajilla de La Cartuja al domicilio familiar donde ya los fotógrafos hacían guardia.

Treinta y cinco años después de esa boda, para Isabel Preysler es muy lejana la opción de una nueva boda. Hace solo unos días, anunciaba su ruptura "definitiva" con Mario Vargas Llosa a través de la revista '¡Hola'!.

Isabel Preysler ha sabido proteger las noticias más importantes de su vida sin que tuvieran trascendencia pública, siendo ella misma la que marcara los tiempos. Con esta táctica que ha manejado a lo largo de los años ha conseguido que historias como su romance con Vargas Llosa no fuera oficial hasta que no dio el visto bueno, al igual que lo ha sido la ruptura, recientemente anunciada.

Isabel Preysler
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