Javier Ungría responde a Elena Tablada tras sus últimas acusaciones en Me quedo conmigo: "No admitía que se había terminado la relación"

Tras un complicado divorcio y duros reproches, Javier Ungría se sienta por primera vez en 'De viernes' para responder a las declaraciones de Elena Tablada en la docuserie 'Me quedo conmigo' de Mtmad, en la que el empresario no sale bien parado.

“Se han cruzado unas líneas rojas que no me parecen admisibles”, comienza diciendo Ungría. Afirma que se casaron muy enamorados y que durante la relación han tenido problemas, como podría tener cualquier pareja, no entendiendo de la misma manera la actitud de la que es su exmujer.

El empresario continúa diciendo que las afirmaciones de Tablada en dicha docuserie no son justas, debido a que ambos salían con amigos y que nunca la madre de su hija le habló de cómo se sentía ni de sus inseguridades. Además, afirma que ambos acudieron a terapia para solucionar sus problemas, algo que no funcionó finalmente, siendo Ungría quien dio el primer paso para terminar su relación: “No me gustaba que mi hija me estuviese viendo de mal humor o que viese discusiones en casa. Decidí que lo mejor era que cada uno siguiese su camino”. Por ello, se muestra sorprendido al comprobar que Tablada afirma que fue ella quien decidió separarse: “Ella no quería admitir que había terminado la relación. Me mandó un vídeo sobre mi hija para intentar ablandarme y que volviese”.

Con respecto a su papel como padre, en el cual Tablada afirma que no pasaba demasiado tiempo con su hija, Ungría se defiende: “Al ser padre primerizo yo estaba mucho más verde que ella. Ella lo hacía más veces que yo porque estaba más tiempo en casa”. Además, denuncia que quiere ver más a su hija y aboga por la custodia compartida. “No se me ha quitado la custodia como muchos piensan. Luego tengo el pago de una pensión. Se me da la patria potestad para la educación de la niña”, y afirma que Tablada pasa nueve días con su hija y él tan solo cinco.

Sobre los rumores de su mala relación con la hija mayor de Tablada, fruto de su relación con David Bisbal, Ungría reconoce que al principio no fue fácil: “La relación con su hija mayor fue un poco complicada por temas naturales. Al final yo llegaba a una casa donde desplazaba un poco a la niña, en cierto aspecto, y le quitaba atención de su madre. Tenía la tranquilidad de que si las cosas se hacían de manera adecuada todo se arreglaría”, reconociendo que lo que más le ha dolido es que Tablada afirmase que no era adecuado para su hija. “Soy una persona más estricta, más seria, me gustan los modales y Elena no es tanto así. A mí, en cierta medida, no se me permitía (...) poner normas. Eso no gustaba mucho. Elena tenía el miedo de que la niña se quisiese ir a vivir con su padre, entonces no quería un ambiente que no fuese constantemente alegre”. Además, reflexiona sobre que hay ciertos paralelismos entre su separación con David Bisbal y la suya propia: “Ahora todo es malo respecto a mí y cuando yo llegué todo lo malo era lo anterior. Es como un patrón que se está repitiendo”.

Por último, se ha pronunciado sobre uno de los temas más polémicos: el detective que le puso su exmujer para saber si le era infiel. “Lo que dicen los informes es lo siguiente: 'El investigado consume tres unidades de alcohol en una hora y media'. No es una cosa relevante”. Asimismo, defiende a su familia ante las declaraciones de Tablada: “Le tendría que haber dado vergüenza haber hablado así de mi madre. Ha sido una persona brillante con ella”.

Una guerra que parece estar muy lejos de solucionarse y en la que aún queda mucho por decir por parte de ambos, que no parece que estén dispuestos a parar.