Adelanto editorial del nuevo libro de Tamara Gorro: “No estoy cien por cien recuperada de mis problemas alimenticios”

Vanitatis adelanta en exclusiva un fragmento de 'Ahora que vuelvo a vivir' (HarperCollins Ibérica), en el que Tamra Gorro, creadora de contenido, empresaria y colaboradora televisiva, habla a corazón abierto sobre su trastorno de alimentación.

"Los problemas me gusta analizarlos y darles solución, no dejarlos en el olvido, eso sería una piedra en la mochila que llevas en la espalda, y una ya tiene edad como para no cargar con ese peso durante mucho tiempo. De hecho, en este instante estoy buscando la salida a un serio problema del que me cuesta mucho hablar. Se trata de un trastorno alimenticio con el que llevo un par de años luchando y que te contaré con detalle. Quien haya vivido algo así, podrá entender lo difícil que es, las subidas y bajadas emocionales que conlleva, la lucha interna, los miedos e inseguridades a los que te tienes que enfrentar una y otra vez. Pero hoy, al escribir las primeras páginas de este libro sobre ello, al sincerarme contigo y contarlo, ahora sí te digo que no tengo miedo, que estoy en proceso de curación y convencida de que pronto le pondré punto final.

Como te he adelantado, yo, una mujer adulta, también he sufrido los efectos de una mala gestión de las redes sociales. Y pienso que, en parte, y consecuencia de ello, es el gran problema que tengo con la alimentación, pero no voy a ir a lo fácil. No voy a ignorar mi responsabilidad y culpar de todo a la sociedad. Pienso que debería haberme querido más. Haber sido más consciente de lo que quería y lo que no para mí, pero es verdad que la mirada de los otros es una carga muy difícil de gestionar en ocasiones.

A pesar de que cuando me miraba al espejo veía a una mujer con los huesos marcados y sabía que eso no era bonito, lo veía, me alimentaba el aprobado de los demás. Es decir, continuaba en el bucle de siempre: agradar al mundo. Y lo peor de todo: me empecé a gustar yo. Eso me alimentaba y, como había hecho hasta ese momento, me olvidé de mí misma.

Para mí se convirtió en un hábito pesarme cada mañana. Consideré que cincuenta y tres kilos, te recuerdo que mido 1,76, era mi peso ideal, y no me permitía ni un gramo de más. Cuando la balanza subía de esa cifra, no paraba hasta que la bajaba.

Al cambiar de psiquiatra, en una de las primeras sesiones no hizo falta que yo le dijera nada, él identificó lo que yo me había estado ocultando. Empezó a profundizar sobre el tema de la alimentación y, como buen profesional, supo que existía un problema y a su vez yo también me di cuenta de lo que tenía. Fue un paso muy importante. Ser consciente de una situación te hace buscar soluciones para terminar con ella. Hoy no puedo decir que estoy cien por cien recuperada, pero sí que estoy gestionándolo de una manera maravillosa.

Después de aquel trastorno alimenticio encontré el equilibrio en la alimentación. Mi principal logro ha sido sobre todo dejar de sentir culpabilidad, acabar con esa emoción que tan destructiva puede llegar a ser.

Yo no soy ejemplo de nada, pero si de algo te sirve mi vivencia, objetivo cumplido. Ahora quiero continuar con mi nuevo reto, pasar página en este capítulo tan feo de mi vida, que me ha dejado, sin embargo, un gran aprendizaje".