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​Huevo frito a baja temperatura con morcilla y manzana
  1. Gastronomía
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​Huevo frito a baja temperatura con morcilla y manzana

Pocas cosas hay tan sencillas y deliciosas como unos huevos fritos con patatas. En esta ocasión os sugerimos hacerlos a baja temperatura y adornarlos con morcilla y manzana

Foto: Huevo frito a baja temperatura con morcilla
Huevo frito a baja temperatura con morcilla

A veces nos complicamos demasiado la vida para intentar sorprender y se nos olvidan comidas que, pese a lo simples, no pueden estar más ricas: a quién no le apetecen, de vez en cuando, unos huevos con patatas. Pueden tener más o menos toque, pero en esencia se trata de eso, unas patatas bien fritas, tiernas por dentro, crujientes por fuera, bañadas en una yema de huevo líquida como si de una salsa se tratase.

Así que voy a aprovechar la ocasión para contaros cómo freír un huevo de una manera un tanto especial: el huevo frito así no tendrá puntillitas, sino que una clara cuajada similar a la de un huevo pasado por agua y una yema completamente líquida, porque lo vamos a cocinar con el aceite a baja temperatura. Y, de paso, nos vamos a ahorrar salpicar toda la cocina.


Preparación: < 30 min Dificultad: fácil Raciones: 1 Coste: barato

Ingredientes

  • 1 patata
  • 1 cucharadita de mantequilla
  • ½ manzana
  • 50 g de morcilla
  • 1 o 2 huevos
  • Aceite para freír
  • Sal

Preparación

  1. Pelamos la patata, la cortamos al gusto, aunque mi recomendación es hacerlo en dados para que luego se mezclen mejor con el huevo.
  2. Freímos la patata en abundante aceite a fuego moderado hasta que esté tierna y en el último momento subimos un poco el fuego para que quede crujiente por fuera.
  3. Mientras se fríen las patatas en otra sartén ponemos a calentar la mantequilla y salteamos la manzana loncheada con una pizca de sal.
  4. Marcamos también la morcilla por ambos lados.
  5. Finalmente ponemos a calentar aceite con el fuego al mínimo –nos interesa que el aceite no pase de 65ºC- y “freímos” el huevo hasta que la clara esté cuajada.
  6. Emplatamos sirviendo un fondo de patatas fritas, que salaremos en ese momento, las rodajas de morcilla, unas láminas de manzana salteada y el huevo. Antes de empezar a comer, destrozamos el huevo para que la yema bañe lujuriosamente al resto de elementos.

Notas

Imprescindible una buena patata gallega para freír –variedad Kennebec a ser posible- o en su defecto, alguna otra variedad de patata que no tenga gran contenido en azúcares, como puede ser la Agria. El huevo, cuanto más fresco mejor.

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A veces nos complicamos demasiado la vida para intentar sorprender y se nos olvidan comidas que, pese a lo simples, no pueden estar más ricas: a quién no le apetecen, de vez en cuando, unos huevos con patatas. Pueden tener más o menos toque, pero en esencia se trata de eso, unas patatas bien fritas, tiernas por dentro, crujientes por fuera, bañadas en una yema de huevo líquida como si de una salsa se tratase.

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