Tosta de aguacate, rúcula y huevo: una receta apta para alquimistas
Reivindiquemos el pan de hogaza, el huevo y el aguacate. Sumemos estos tres ingredientes y tendremos como resultado el primer plato de un brunch muy apetitoso. ¿Te animas?
Los huevos escalfados, pochados o poché se cuecen sin cáscara durante apenas 3 minutos en agua caliente a la que se añade vinagre o zumo de limón. Este ácido rebaja el pH del agua, lo que permite que la clara se coagule alrededor de la yema. Los encontramos cubiertos de salsa holandesa en su modalidad Benedict, a la florentina o en platos tan suculentos como la sopa de ajo. Su elaboración es sencilla aunque delicada, requieren algo de mimo pero el resultado bien merece un poco de esmero. Disfruta preparándolos como brunch del fin de semana o como cena completa con una rebanada de buen pan, unas rodajas cremosas de aguacate, todo el sabor del aceite de oliva y un puñado de rúcula fresca. ¡Se convertirá en un clásico de tu repertorio!
Preparación: 10 minutos Dificultad: media Coste: económico Comensales: 1
Ingredientes
- 1 rebanada de pan de centeno
- 1/2 aguacate en su punto de maduración
- 1 huevo campero
- 1 manojo de rúcula
- 1 cucharada sopera de vinagre
- 1 cucharada de semillas de sésamo
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra
Elaboración
- Para escalfar el huevo pon agua a calentar en un cazo. Antes de que rompa el primer hervor, añade una cucharada de vinagre y mantén el fuego suave. Vierte en el agua un huevo muy fresco y espera hasta que cuaje la clara. Retíralo del agua y escúrrelo bien.
- Tuesta una rebanada de pan en una tostadora o en una sartén. Añádele un chorro de aceite de oliva virgen extra.
- Cubre la tostada con un puñado de rúcula fresca.
- Corta el aguacate en dos, retira el hueso y córtalo en finas rodajas.
- Pon las rodajas de aguacate encima y por último el huevo recién escalfado.
- Salpimenta generosamente y añade las semillas de sésamo.
- Riega de nuevo con aceite y sirve enseguida.
El truco final
Elige huevos muy frescos para que la clara se quede bien unida a la yema durante la cocción.
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Los huevos escalfados, pochados o poché se cuecen sin cáscara durante apenas 3 minutos en agua caliente a la que se añade vinagre o zumo de limón. Este ácido rebaja el pH del agua, lo que permite que la clara se coagule alrededor de la yema. Los encontramos cubiertos de salsa holandesa en su modalidad Benedict, a la florentina o en platos tan suculentos como la sopa de ajo. Su elaboración es sencilla aunque delicada, requieren algo de mimo pero el resultado bien merece un poco de esmero. Disfruta preparándolos como brunch del fin de semana o como cena completa con una rebanada de buen pan, unas rodajas cremosas de aguacate, todo el sabor del aceite de oliva y un puñado de rúcula fresca. ¡Se convertirá en un clásico de tu repertorio!