La Torre, un restaurante de alta cocina en medio de un desguace
¿Un desguace con alta cocina? A veces puedes encontrar grandes ideas culinarias en los lugares más recónditos. No vas a querer perderte este curioso restaurante
Suele ocurrir que, en el imaginario colectivo, cuando se piensa en un restaurante de alta cocina irremediablemente se dibujan imágenes mentales de lujo, ostentación, decoraciones vanguardistas y elegantes. Sitios de grandes ventanas ubicados aún a más grandes alturas sobre el suelo de una, también, enorme ciudad. Sin embargo, hay un restaurante en el que puedes encontrar alta cocina en un ambiente más relajado y que te recordará al típico sitio que puedes encontrar en el centro de cualquier ciudad. Con una salvedad: sirven alta cocina y no lo rodean otros edificios, tiendas o restaurantes, sino coches abandonados.
La Torre es un restaurante de alta cocina que se encuentra en mitad de un desguace y que, para ir a disfrutar de sus delicias culinarias, tienes que trasladarte hasta el kilómetro 24 de la A42, la carretera que va de Madrid a Toledo.
El refranero español es sabio y cuando afirma "no juzgues un libro por su portada" lo hace basado en la amplia y conocida experiencia que ha refrendado que, efectivamente, a veces no es bueno dejarse llevar únicamente por la primera impresión o, como es en este caso, por el hecho de que lo que rodea este restaurante sea un montón de coches a medio componer (o descomponer).
El restaurante del que hablamos se encuentra, efectivamente, en medio de un desguace, sí, pero es un lugar en donde podrás comer un menú económico cocinado por un chef que ha sido cocinero en restaurantes con estrellas Michelin y que arrastra, precisamente, todo el expertise que se extrae de años de profesión en ese galardonado entorno laboral.
El creador y chef de este espacio, Alejandro Rey, ha decidido hacer disfrutar a sus comensales de una comida espectacular, con vistas al desguace más grande de Europa. A pesar de haber trabajado en restaurantes como Mugaritz o El Bohío del afamado juez y presentador de Masterchef Pepe Rodríguez, Alejandro Rey decidió montar su propio negocio y creó La Torre Hostelería con unos precios muy asequibles y en un lugar curioso que aumenta si no el encanto, al menos sí la extravagancia del restaurante.
Se encuentra, como decíamos, al sur de la comunidad de Madrid y cuenta con un comedor amplio de carácter tradicional, con su típica barra y su pared llena de licores y espirituosos. Allí los clientes pueden disfrutar de hasta tres menús en un rango de precios que va desde los 16 hasta los 56 euros por comensal. Los platos que conforman estos menús son elaboraciones de gran calidad como, por ejemplo, una pechuga de pichón de sangre con fresas de la vega de Aranjuez o una crema de erizo de mar con sus gónadas y caviar de salmón, además de poder disfrutar de otros platos para compartir como lomo de vaca vieja gallega o foie micuit con higos confitados y pan tostado.
Es un restaurante que vale la pena conocer y que ha sido recomendado también por figuras gastronómicas de nuestro país como Samanta Vallejo-Nágera, jurado de 'Masterchef' y responsable de una de las empresas de catering más exitosas de España.
No te lo pierdas y disfruta de una cocina tradicional con toques vanguardistas, y a muy buen precio, mientras te asombras y disfrutas (o no, es cuestión de gustos) de unas vistas a la autopista y a un desguace que harán que tengas una visión nueva sobre la alta cocina.
Suele ocurrir que, en el imaginario colectivo, cuando se piensa en un restaurante de alta cocina irremediablemente se dibujan imágenes mentales de lujo, ostentación, decoraciones vanguardistas y elegantes. Sitios de grandes ventanas ubicados aún a más grandes alturas sobre el suelo de una, también, enorme ciudad. Sin embargo, hay un restaurante en el que puedes encontrar alta cocina en un ambiente más relajado y que te recordará al típico sitio que puedes encontrar en el centro de cualquier ciudad. Con una salvedad: sirven alta cocina y no lo rodean otros edificios, tiendas o restaurantes, sino coches abandonados.