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Un brindis con historia en la posada más antigua de Madrid
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BINOMIOS PERFECTOS

Un brindis con historia en la posada más antigua de Madrid

Rafael Ansón visita la Posada de La Villa y confirma que la cocina tradicional y Marqués de Riscal tienen un sitio reservado en el barrio de moda de la capital

Foto: Foto: El dueño de La Posada de La Villa, Félix Colomo, brinda con Rafael Ansón
Foto: El dueño de La Posada de La Villa, Félix Colomo, brinda con Rafael Ansón

Como verdaderos turistas en su propia ciudad, a muchos madrileños les gusta pasar cada cierto tiempo por La Latina, el barrio con más sabor y vibración de la capital. Por la Cava Baja se suceden decenas de restaurantes y bares con siglos de historia y, entre todos ellos, destaca La Posada de la Villa.

Se trata de la posada más antigua de Madrid, ahora reconvertida en un mítico restaurante de cocina tradicional, a donde quiso acudir Rafael Ansón, presidente de la Academia Iberoamericana de Gastronomía. Allí, mano a mano con Félix Colomo, propietario de la posada, además de comentar la historia del restaurante y sus especialidades (cocido de lumbre y cordero asado en horno de leña), se decantan por una combinación con todo el peso de la tradición española: lechazo en horno de leña con el vino XR de Marqués de Riscal.

La Posada de la Villa abrió por primera vez sus puertas en el siglo XVII, concretamente en 1642. Cuando su actual dueño, Félix Colomo, la compró en 1980 estaba completamente en ruinas —no en vano la adquirió con la licencia de derribo del ayuntamiento—. Sin embargo, al entrar y ver cómo era, pensó: “Esto no lo puedo derribar“, y quiso convertir la antigua posada, punto de encuentro de viajeros, en un restaurante con una cocina basada en productos típicos de la cocina tradicional madrileña.

Lechazo y vino tinto, un binomio perfecto

El espacio conserva la clásica lumbre para el cocido y un horno de leña hecho de barro completamente donde, dice, “se hacen unos asados espectaculares”. En el momento de elegir un vino que pudiera armonizar con el plato estrella del restaurante, total unanimidad: “Todas las carnes van muy bien con vino tinto”, comenta Ansón, afirmación con la que Colomo se muestra de acuerdo y apunta: “Sí, por eso hemos elegido el vino tinto XR porque es el santo y seña de la bodega y porque pienso que le va perfecto a los asados. Por la textura, por la chicha… Llega hasta donde tiene que llegar”.

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La posada más antigua de Madrid

En La Posada de la Villa, que tiene un gran aforo dividido en tres plantas, con salones privados incluidos, se puede disfrutar de la cocina de lumbre baja a base de paja y leña. Por ejemplo, pucheros de cocido y olla castellana. La decoración está muy cuidada con detalles conservados de las portadas de la época del Madrid de los Austrias. Además del lechazo y el cocido, se pueden disfrutar de recetas como la gallina en pepitoria, los callos a la madrileña y una cuidada variedad de postres típicos de Madrid.

El vino elegido en esta ocasión, XR de Marqués de Riscal, es la pareja de baile perfecta para el lechazo. A Rafael Ansón esta combinación le parece un acierto absoluto, una armonía ideal. Y es que, como siempre señala, para disfrutar al máximo de la comida, hay que armonizar la parte sólida y la parte líquida.

XR de Marqués de Riscal, un vino con tradición

Se trata de un tempranillo graciano crianza con 24 meses en barrica de roble americano. En su color, un cereza muy cubierto e intenso, no se detectan apenas signos de evolución. Muy expresivo en nariz gracias a las notas de canela, regaliz y pimienta negra. Su complejidad y concentración de fruta madura hacen que apenas se perciba su larga crianza en madera.

Si hay que destacar un punto fuerte es claramente la frescura en boca que aporta y la facilidad para beberse a pesar de su gran estructura, ya que los taninos son pulidos y muy agradables. La estela que permanece en boca es larga y aporta leves recuerdos balsámicos de gran calidad.

El vino XR supone un homenaje a los maestros bodegueros que han contribuido a forjar una parte de la mejor historia del vino español en Marqués de Riscal. Una curiosa anécdota es la que pone nombre a este vino histórico: cuentan que el enólogo de la bodega marcaba con tiza algunas de sus barricas con la palabra XR cuando detectaba características especiales, inéditas hasta el momento. El resto es historia.

Como verdaderos turistas en su propia ciudad, a muchos madrileños les gusta pasar cada cierto tiempo por La Latina, el barrio con más sabor y vibración de la capital. Por la Cava Baja se suceden decenas de restaurantes y bares con siglos de historia y, entre todos ellos, destaca La Posada de la Villa.

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