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Un capricho para caprichosos
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Un capricho para caprichosos

Este cuvée de Marqués de Murrieta, un tinto con carácter en el que prevalece un perfil frutal, es un digno representante de una tradición vinícola con

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Un capricho para caprichosos

Este cuvée de Marqués de Murrieta, un tinto con carácter en el que prevalece un perfil frutal, es un digno representante de una tradición vinícola con más de 150 años de historia. La bodega que creó Luciano Francisco Ramón de Murrieta en el año 1878, y que hoy está en manos de V. Dalmau Cebrián-Sagarriga y su hermana Cristina, sigue, no obstante, apostando firmemente por la renovación. De hecho, este vino supone la consolidación de la filosofía con la que el Marqués de Murrieta encara el nuevo siglo: la de crear vinos de “alta expresión”, redondos en boca, con la misma pasión y trabajo de siempre.

Emplazada a pocos kilómetros de la capital riojana, su viñedo, situado en la parte más al sur de la Rioja Alta, goza de unas temperaturas superiores a las del resto de las regiones riojanas, algo que, unido a sus fértiles suelos, permite la característica calidad de sus uvas, de las variedades tempranillo, garnacha, viura, graciano y mazuelo.

El Dalmau 2003 es un vino de producción limitada, “un capricho para caprichosos”, según la propia bodega, surgido de las mejores cepas de tempranillo (85%), cabernet sauvignon (10%) y graciano (5%) con uvas procedentes del Pago Canajas, de la finca Ygay, con más de 300 hectáreas. Asimismo, ha reposado 19 meses en barricas de roble francés.

Con un color cereza picota muy intenso y de capa profunda, en nariz presenta una alta expresión frutal, con elegantes nota de ciruela madura y bayas, sobre un fondo especiado y una noble envoltura de maderas finas. En boca es potente, carnoso y muy profundo, con sensaciones de uva madura al principio y un final largo y persistente. Se aprecia un carácter mineral y balsámico que aporta una enorme personalidad. Es recomendable una decantación de al menos media hora previa al consumo. Para acompañar quesos suaves y carnes rojas.

Precio: 58 euros.

Este cuvée de Marqués de Murrieta, un tinto con carácter en el que prevalece un perfil frutal, es un digno representante de una tradición vinícola con más de 150 años de historia. La bodega que creó Luciano Francisco Ramón de Murrieta en el año 1878, y que hoy está en manos de V. Dalmau Cebrián-Sagarriga y su hermana Cristina, sigue, no obstante, apostando firmemente por la renovación. De hecho, este vino supone la consolidación de la filosofía con la que el Marqués de Murrieta encara el nuevo siglo: la de crear vinos de “alta expresión”, redondos en boca, con la misma pasión y trabajo de siempre.