Rioja para clásicos y modernos dentro de la misma bodega: Murua
¿Cuántas ‘Riojas’ existen y conviven? No hablamos de territorio. Hablamos de estilos y tipos de vinos. Existen decenas, centenas, miles de ‘Riojas’.
¿Cuántas ‘Riojas’ existen y conviven? No hablamos de territorio. Hablamos de estilos y tipos de vinos. Existen decenas, centenas, miles de ‘Riojas’. Clásicos, modernos, experimentales, elaborados con uvas autóctonas, con variedades de fuera de la denominación... Es una característica bonita de nuestra denominación más internacional: su miscelánea y variedad. Nos gusta saber que cuando uno entra en tierra riojana puede viajar al pasado con las elaboraciones más clásicas o sumergirse en los vinos más modernos. Y en algunas ocasiones sin salir de una misma bodega.
Comenzamos así esta presentación porque hoy venimos a hablar de una historia en la que conviven tradición, modernidad (en este caso no son antónimos si no que conviven a la perfección), y además exclusividad. Se trata de Bodegas Murua, situada en una pequeña colina a la salida de Elciego (Álava) en dirección Laguardia, y hoy ya convertida en una referencia en Rioja Alavesa.
La tradición la aportan sus vinos más clásicos, sus “reservas” como ellos dicen. La modernidad viene de la mano de sus nuevas etiquetas, y la exclusividad reside en que su producción no supera las 200.000 botellas, una cifra bastante exclusiva en comparación con los volúmenes que suelen elaborar las bodegas de primera categoría de esa zona.
La bodega está en manos de la familia Masaveu desde 1974. Desde entonces hasta hoy han ido aumentando el viñedo y dando forma a su línea de vinos. “Poco a poco fuimos dando forma al proyecto, adquiriendo parcelas y así llegando a las 110 hectáreas de viñedo que hoy tenemos en propiedad”, señala José Masaveu, director general de la bodega.
Murua se encuentra enclavada en una finca dividida en ocho pagos cada uno con distintas variedades dependiendo de matices como la orientación, la exposición solar de los racimos... el terruño, en definitiva. Así, si uno tiene la suerte de pasear entre sus viñas, encuentra desde viñedos vetustos con cepas plantadas en vaso en las que se mezclan las uvas tintas y blancas más clásicas de Rioja (tal y como eran los viñedos antaño), hasta extensiones mayores plantadas en espaldera. Como buena casa riojana, solo elaboran con uvas de su viñedo, con cepas de hasta 80-90 años de edad.
Entre las diferentes variedades plantadas en los pagos de Murua domina la tempranillo (75% del viñedo) seguida de otras dos tintas, que acompañan a ésta en los coupages: la graciano (que le aporta color y acidez a los tintos) y la mazuelo (gran compañera del envejecimiento gracias a sus abundantes taninos). El lado blanco lo protagonizan la viura (uva blanca riojana por excelencia), la malvasía y la garnacha blanca.
La bodega trabaja con dos gamas de vinos muy diferenciadas entre sí. El papel más clásico lo asumen el Murua Reserva y el Veguín. Y “de lo clásico a lo moderno, adaptando el método de elaboración”, como dice José Masaveu, han nacido el VS de Murua, que ha sido el último en aparecer, y el vino top y estrella de la casa, M de Murua, del que se elaboran menos de 3.000 botellas. Estos dos últimos junto al reserva componen la selección de este mes de El Club Todovino. Además, para rematar el porfolio y en modo de reivindicación del blanco riojano, la bodega elabora también un blanco de producción limitada.
Sigue a Todovino en Twitter.
¿Cuántas ‘Riojas’ existen y conviven? No hablamos de territorio. Hablamos de estilos y tipos de vinos. Existen decenas, centenas, miles de ‘Riojas’. Clásicos, modernos, experimentales, elaborados con uvas autóctonas, con variedades de fuera de la denominación... Es una característica bonita de nuestra denominación más internacional: su miscelánea y variedad. Nos gusta saber que cuando uno entra en tierra riojana puede viajar al pasado con las elaboraciones más clásicas o sumergirse en los vinos más modernos. Y en algunas ocasiones sin salir de una misma bodega.