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La verdadera vida de Telma Ortiz
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La verdadera vida de Telma Ortiz

Resulta almibarado, exagerado y hasta ridículo el perfil que esta semana aparece en Hola sobre Telma Ortiz, la que nunca quiso ser hermanísima de la princesa

Foto: La verdadera vida de Telma Ortiz
La verdadera vida de Telma Ortiz

Resulta almibarado, exagerado y hasta ridículo el perfil que esta semana aparece en Hola sobre Telma Ortiz, la que nunca quiso ser hermanísima de la princesa Letizia. Después de leídas las páginas de ensalzamiento y gloria de Telma, una llega a la conclusión de que la mano, o mejor dicho, la garganta profunda de ese podría ser la tía Henar, la decoradora de interiores, que no sólo no hace ascos a la popularidad de su sobrina, sino que ingenuamente aprovecha el tirón para lanzar su última colección.

A Telma se la presenta como una mujer decidida, valiente, generosa, volcada en los más débiles... Una foto con sus compañeros de Cruz Roja, unas afirmaciones asegurando que durmió en tienda de campaña y un poquito de música de fondo y ya tenemos una nueva heroína en el mercado rosa. Como siempre, la realidad es mucho más simple. Telma estudió Económicas y se puso a trabajar en Cruz Roja en el departamento de administración. Durante su tiempo en esta organización, se encargó de controlar los recursos económicos de los programas que se hacían en distintos puntos y de ajustar las cuentas.

Ahora, contratada por la Agencia Española de Cooperación Internacional, organismo que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y en el que entró hace dos años, también tiene como cometido cuadrar las cuentas. Además, consiguió que la enviaran a Manila donde estaba trabajando para Cruz Roja su novio Enrique Martín, abogado de carrera, con quien tendrá un hijo en los próximos meses.

Aunque algunos quieran hacer de su historia una vida de aventuras y riesgo, lo cierto es que su trabajo es muy parecido al que desempeñan muchos otros economistas que trabajan fuera de España para multinacionales. Telma tiene su sueldo, se rige por el estatuto de los trabajadores y encima tiene las dietas y la casa pagada por estar fuera de su ciudad. Y para más inri, puede vivir fuera de España y alejarse de las cámaras de los paparazzi y de la atención mediática. En cuanto nazca su hijo y pasada la baja maternal (también su hermana la Princesa se cogió su baja post parto) volverá a sus funciones. Como todos los empleados.

Resulta almibarado, exagerado y hasta ridículo el perfil que esta semana aparece en Hola sobre Telma Ortiz, la que nunca quiso ser hermanísima de la princesa Letizia. Después de leídas las páginas de ensalzamiento y gloria de Telma, una llega a la conclusión de que la mano, o mejor dicho, la garganta profunda de ese podría ser la tía Henar, la decoradora de interiores, que no sólo no hace ascos a la popularidad de su sobrina, sino que ingenuamente aprovecha el tirón para lanzar su última colección.