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El otro Francisco Franco
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El otro Francisco Franco

Francisco Franco es el nieto más polémico de la saga del dictador pese a no ser tan mediático como su hermana Carmen Martínez Bordiú. El tercero

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El otro Francisco Franco

Francisco Franco es el nieto más polémico de la saga del dictador pese a no ser tan mediático como su hermana Carmen Martínez Bordiú. El tercero de los hijos de María del Carmen Franco Polo y Cristóbal Martínez Bordiu es, sin duda, el más orgulloso sucesor de su abuelo. No en vano, alteró el orden de sus apellidos para lucir el legado del general que dictó los designios de los españoles durante cerca de cuatro décadas y que éste no desapareciera -según publicaba Juan Luis Galiacho hace unos años- por orden de su abuelo.

Quienes le conocen dicen de él que es el verdadero ideólogo de la familia y cuenta Paloma Barrientos que durante años y mientras duró la dictadura, creyó que España era la “finca del abuelo”. Francis es, además, el administrador de los bienes que la familia ha recibido como legado. Una fortuna que no está tasada, aunque según barajaba El Economista hace unos meses, oscilaría entre los 500 y los 600 millones de euros. De lo que, de ser así, Francis tendría un gran control.

La figura del nieto de Franco llamado por el abuelo a ser su sucesor, no es tan mediática como la de su hermana Carmen. Dice Galiacho que tenía a su cargo la responsabilidad de perpetuar la estirpe. Así las cosas, el primer varón descendiente del dictador se crió corriendo por los jardines de El Pardo y cuando fue mayor, se matriculó en medicina, aunque nunca llegó a ejercer, porque como el mismo decía “¿Cómo voy a ejercer de médico llamándome Francisco Franco?”. Las razones para que no ejerciera en realidad, según apunta Barrientos, se debían a otros motivos, el primero de ellos, la falta de vocación de quien heredó el reconocimiento social de su abuelo y el gusto por la ostentación de su padre.

El joven, aficionado a la caza, veía pasar los días rodeado de quienes le aplaudían las gracias de montería en montería. Y llegaron las vacas flacas para la familia, es decir, la democracia. Aquellos que otrora se desvivían en atenciones hacia el ‘nietísimo’, huyeron sin previo aviso, ante la indignación de Francis que les tachaba de cobardes ante sus amigos y afirmaba que no tenían “narices para invitar a un Franco”. Pero no abandonó las monterías, sino que se fue a una de furtivo en Teruel y le pillaron. El resultado, una multa considerable.

En 1981, tras algún que otro affaire con mujeres como Ana Obregón, contrajo matrimonio con María Suelves, hija de los marqueses de Tamarit. De esa boda vendió tanto la pedida de mano como la boda en sendas exclusivas para, posteriormente instalarse en el Chile de Pinochet, donde le acusaron de fraude y falsificación documental, amén de hurto. Aunque se libró de la cárcel porque la sombra del abuelo seguía sirviendo de protección para sus descendientes por aquellos lares.

De su matrimonio con María Suelves tuvo dos hijos, Francisco y Juan José. Este último heredó la afición por la caza de su padre, aunque la suerte no le acompañó en una cacería en Burgos la primavera pasada. Allí había acudido el joven Juan José con unos amigos, cuando, al finalizar el día la escopeta se le disparó por accidente, causando la muerte de uno de los amigos que le acompañaba.

Este hecho impidió que tanto Francis como sus hijos -incluidos los dos pequeños, Álvaro y Miriam, fruto de su matrimonio con Miriam Guisasola- acudieran al bautizo de la hija de Luis Alfonso de Borbón en París. Aunque dicen tener buena relación, este fue el segundo paso, ya que fue sonada en su momento la ausencia del tío en la boda caribeña del duque de Anjou. Dicen que por la costumbre de Francis de tener la mano siempre del bolsillo, además de por el considerable enfado que le provocó que su sobrino no le incluyera dentro de la flota del avión privado en el que sí iban el dúo ‘Los del río’ que actuaron para la familia sin recibir a cambio un centavo, y dos familiares de Margarita, la adinerada novia del joven. Algo que desató las iras de quien ha ejercido el control sobre los bienes de la familia Franco desde la muerte del abuelo.

El legado familiar, bajo su control

A pesar de que hace ya 33 años que el caudillo falleció, su herencia se ha repartido entre la familia, que puede presumir de tener lo suficiente para vivir casi como en los viejos tiempos. De ello se deduce la presencia de Francis Franco en más de 50 empresas a lo largo de su vida, entre ellas, 30 del sector inmobiliario como Fiolasa, que ha obtenido, según datos de Romera, un beneficio de 78 euros por cada 100 que entran en sus cuentas.

Este diario ya dio cuenta en 2006 de las andanzas urbanísticas de los Franco. La familia era propietaria de un vasto terreno en Valdelasfuentes, en la Comunidad de Madrid, donde hoy se levantan algunas de las viviendas protegidas de la polémica gestora Bitango. Esta promotora de Jesús Rey compró suelo a Edificaciones Tifán SL, sociedad del imputado en el Caso Malaya, Fidel San Román.

Las familias San Román y Franco se pusieron de acuerdo para desarrollar los terrenos de Valdelasfuentes. De hecho, fue la sociedad que comparten los herederos de Francisco Franco y parte de la familia San Román, FR Promociones del Suroeste SA, la encargada de asumir el planeamiento urbanístico y la gestión de un sector de dicho terreno (el SAU.6, de nombre ‘Zarzalejo’), sobre el que se levantan algunas de las promociones protegidas que hoy gestiona Bitango, según consta en el B.O.C.M. (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid) de enero de 2003.

En Promociones del Suroeste aparecen miembros de ambas familias, según el Registro Mercantil. Así, Francisco Franco Martínez Bordiú figura como director general, Carmen Franco Polo como ex presidenta, Antonio y María Petra San Román como consejeros delegados y Fidel San Román Morán como presidente. Un buen negocio para ambas familias. Posteriormente, una vez puesto en marcha el planeamiento urbanístico, Fidel San Román se encargaría de vender parte de los terrenos de sus socios, los Franco, a Bitango.

Pero donde los descendientes del caudillo han encontrado una fuente discreta de ingresos es en la administración de garajes en la capital madrileña gestionados a través de empresas como Aparcamientos Atocha o la consabida Fiolasa, de la que la matriarca, Carmen Franco Polo, aparece como cabeza visible y cuya sede se sitúa en la madrileña calle de Hermanos Bécquer, en la Milla de Oro Madrileña. Allí en el número ocho, se sitúa la empresa, en un inmueble que pertenece casi por completo a la familia y del que Francis Franco se sitúa como administrador.

Aunque de todos estos negocios también dan buena cuenta el resto de los hermanos, como es el caso de Mariola, Merry, José Cristóbal y Arantxa, los más discretos de familia, aunque su historia, la dejaremos para otro día.

* NOTA DE LA REDACCIÓN: Fidel San Román se ha puesto en contacto con este diario para comunicar que:

"Nunca he sido testaferro de la familia Franco ni de nadie.

Como fundador de Edificaciones Tifan, SL, llevó promoviendo en diversos municipios de la Comunidad de Madrid desde su constitución el 25 de enero de 1.971, siendo la actividad principal la promoción y construcción inmobiliaria entre otras.

En fecha 1 de febrero de 1999, Edificaciones Tifan, SL y Sanedi, S.A. adquirieron respectivamente el 25% cada una de las acciones de FR Promociones del Suroeste, S.A.

En fecha 28 de abril de 2006, Edificaciones Tifan, SL y Sanedi, S.A. adquirieron el resto de la sociedad, siendo estas mercantiles las actuales accionistas de la sociedad.

Que Edificaciones Tifan, SL es propietaria de suelo en el municipio de Arroyomolinos desde el año 1.987, comprado a diversos propietarios y no precisamente a la familia Franco"https://www.vanitatis.elconfidencial.com/noticias/2008-07-21/la-saga-franco-una-familia-rota_567359/ target=_blank>Capítulo 1. Los Franco, ¿Una famila rota?

Francisco Franco es el nieto más polémico de la saga del dictador pese a no ser tan mediático como su hermana Carmen Martínez Bordiú. El tercero de los hijos de María del Carmen Franco Polo y Cristóbal Martínez Bordiu es, sin duda, el más orgulloso sucesor de su abuelo. No en vano, alteró el orden de sus apellidos para lucir el legado del general que dictó los designios de los españoles durante cerca de cuatro décadas y que éste no desapareciera -según publicaba Juan Luis Galiacho hace unos años- por orden de su abuelo.