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“Yo también tuve una pesadilla con Winehouse”
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“Yo también tuve una pesadilla con Winehouse”

Hay pesadillas más cortas y más duraderas, las hay horripilantes y las hay de susto sin sentido. Cada vez que un británico tiene una, es muy

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“Yo también tuve una pesadilla con Winehouse”

Hay pesadillas más cortas y más duraderas, las hay horripilantes y las hay de susto sin sentido. Cada vez que un británico tiene una, es muy probable que tras cara de espanto al despertar suene el apellido Winehouse. La pobre Amy, que bastantes dolores de cabeza crea en su casa, ha llevado el terror a otros muchos hogares que, tras ver los vaivenes de su vida hasta en el telediario, se llevan a la cama la desazón y el sentimiento de desgracia que provocan muchas de sus imágenes. Desde que Amy saltó al estrellato, Freddy Krueger desapareció de los sueños desagradables: ahora las pesadillas se llaman Winehouse.

Un estudio recientemente publicado en el Reino Unido sobre los pormenores del sueño de sus ciudadanos alerta de que la polémica cantante es la persona con la que la mayoría de los encuestados ha afirmado haber tenido pesadillas. Sus tristemente captadas apariciones en los medios como la que protagonizó en el Rock in Río portugués son recordadas por muchos de sus vecinos cuando intentan pegar ojo.

La saturación de información acerca de su vida ha provocado que los consumidores de información no sepan poner un punto y aparte entre lo que se ve y se comenta y aquello con lo que se debería soñar para tener un correcto descanso, pero Amy no es la única que provoca que muchos ingleses acudan a sus puestos de trabajo con cara de pocos amigos tras una mala noche: Marilyn Manson, Gordon Brown, Pete Doherty, The Cheeky Girls, Simon Cowell y Kerry Katona, Cherie Blair, Jodie Marsh, Heather Mills y Alistair Darling son los culpables de que sus paisanos se despierten horrorizados a media noche. ¿Quiénes serán los famosos que causan la misma ‘reacción alérgica’ en los españoles?

Hay pesadillas más cortas y más duraderas, las hay horripilantes y las hay de susto sin sentido. Cada vez que un británico tiene una, es muy probable que tras cara de espanto al despertar suene el apellido Winehouse. La pobre Amy, que bastantes dolores de cabeza crea en su casa, ha llevado el terror a otros muchos hogares que, tras ver los vaivenes de su vida hasta en el telediario, se llevan a la cama la desazón y el sentimiento de desgracia que provocan muchas de sus imágenes. Desde que Amy saltó al estrellato, Freddy Krueger desapareció de los sueños desagradables: ahora las pesadillas se llaman Winehouse.