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Aguirre y Gallardón, a golpe de mozzarella
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Aguirre y Gallardón, a golpe de mozzarella

El encuentro fue en la embajada de Italia. Aunque los protagonistas no eran ellos, cada vez que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón coinciden en un

Foto: Aguirre y Gallardón, a golpe de mozzarella
Aguirre y Gallardón, a golpe de mozzarella

El encuentro fue en la embajada de Italia. Aunque los protagonistas no eran ellos, cada vez que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón coinciden en un acto, ya sea de corte político, cultural o social, hay mil ojos sobre ellos. Lo más importante es no perder ripio de lo que hacen o se dicen. Por ejemplo, si el alcalde la sonríe, si la presidenta le devuelve el guiño. O todo lo contrario como ha ocurrido en alguna ocasión cuando la tensión entre ambos era pública y notoria. El día de la mozzarella fue de esos días buenos en que los dos políticos demostraron que en el fondo de su corazón no pueden vivir el uno sin el otro. Son como la pareja de la copla, pero en versión política. Ya saben: “Ni contigo ni sin tí tienen mis males remedio”. Ojalá este año don Alberto no deje sin luces navideñas la Puerta del Sol.

 

El caso es que ambos acudieron a la entrega de los Premios Tiépolo, que otorga todos los años las Cámaras de Comercio de Madrid e Italia en España. En esta decimotercera edición, los elegidos fueron Paolo Vasile, consejero delegado de Gestevisión Tele 5, y José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta que engloba a Antena 3. Al igual que la presidenta y el alcalde, en varias ocasiones han existido desencuentros profesionales. A veces por ofertas tentadoras a presentadores estrellas por parte de uno u otro, debates pre electorales, contraprogramaciones… Lo habitual cuando se trata de manejar el poder y el share de dos cadenas generalistas. Pero como pasa siempre, los malos rollos -en el caso de que existieran- se limitan al campo exclusivamente estratégico.

La noche de los Tiépolo, unos premios muy prestigiosos entre otras cosas porque el jurado lo forman periodistas de los principales medios de comunicación y corresponsales italianos en España, resultó entrañable. Personalidades que también han sido galardonados en otras ediciones fueron Isidoro Álvarez, José María Cuevas, Luis Ángel Rojo, Rodrigo Rato y Florentino Pérez, entre otros muchos. Algunos de los tiépolos anteriores acudieron a la cita organizada espléndidamente por Covadonga Fernández y sus valiosas chicas. Es lo que tienen los actos cuando se organizan bien, que nada queda al azar y la prensa puede desarrollar su trabajo sin cortapisas, ni tonterías absurdas del tipo “ahora no, y ahora sí” como ocurre en otras situaciones.

Paolo Vasile explicó que “esta distinción pone de relieve el esfuerzo de una empresa de mayoría italiana por consolidar la más española de las televisiones”. Estuvo arropado por su mujer y su hija. Lara, por su parte, agradeció el Tiépolo y dijo que “representa el reconocimiento a uno de los valores esenciales de nuestra cultura empresarial, las alianzas -Planeta y DeAgostini- estratégicas”.

Tras los discursos, un cóctel a base de productos nacionales e italianos. La mozzarella y el jamón pata negra unidos para siempre. Entre los muchos invitados, destacar la presencia de Florentino Pérez, Salvador Sánchez Campano, Marco Silvio Pizzi, Manuel Manrique, Arturo Fernández (CEIM), Miguel Corsini, Alberto y Nora Putin y su hija Alessia, una joven preparadísima, Clemencia Torralvo, Cristina y Federico Saenz de Santamaría, la eficaz y sexy Isabel Gallego, Daniel San Martín y la dulce Natalia Martínez Campos. La presidenta y el alcalde no se pudieron quedar. Ambos tenían otros compromisos. Por separado, por supuesto.

El encuentro fue en la embajada de Italia. Aunque los protagonistas no eran ellos, cada vez que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón coinciden en un acto, ya sea de corte político, cultural o social, hay mil ojos sobre ellos. Lo más importante es no perder ripio de lo que hacen o se dicen. Por ejemplo, si el alcalde la sonríe, si la presidenta le devuelve el guiño. O todo lo contrario como ha ocurrido en alguna ocasión cuando la tensión entre ambos era pública y notoria. El día de la mozzarella fue de esos días buenos en que los dos políticos demostraron que en el fondo de su corazón no pueden vivir el uno sin el otro. Son como la pareja de la copla, pero en versión política. Ya saben: “Ni contigo ni sin tí tienen mis males remedio”. Ojalá este año don Alberto no deje sin luces navideñas la Puerta del Sol.